Prueba: MINI Cooper S Cabrio Iconic 2.0 T DKG Steptronic

viernes, 23 de febrero de 2024




Probamos a la tercera generación del MINI Cabrio, denominada F57. En este caso, en su variante Cooper S Iconic, equipada con el impulsor 2.0 turbo de 192 cv y transmisión automática de doble embrague y siete relaciones, DKG Steptronic Sport. Análisis completo de este producto, a continuación.
En Autoblog ya manejamos todas las carrocerías derivadas de la tercera generación del MINI Hatch (ver lanzamiento). Bueno, casi todas. Porque nos venía quedando una en el tintero y tal vez, la más “exótica”de todas. En 2014 fue el turno del Cooper S (ver prueba) y en 2018 del Cooper (ver prueba), con la excusa del primer update, llamado LCI (Life Cycle Impulse). Con la llegada del segundo, denominado LCI 2, volvimos a repetir la receta. Probamos al Cooper S primero (ver prueba) y al Cooper luego (ver prueba).

Sin embargo, más acá en el tiempo fue el momento de empezar a saldar cuentas con este producto. Porque en 2022 evaluamos por primera vez a su versiones eléctricas, los Cooper SE (ver prueba) y SE Resolute (ver contacto), mientras que en 2023 fue el turno de la más radical, la John Cooper Works 3 Door Hatch (ver prueba) y del Cooper S 5 Door Hatch, que además manejamos en su tierra natal, Inglaterra (ver prueba).


Para seguir tachando pendientes es que ahora llegó el turno de probar al Cabrio LCI 2 (ver lanzamiento) o F57 si lo mencionamos por su código interno. Esta generación fue revelada mundialmente en el Salón de Tokio de 2015 (ver nota) y llegó a nuestro mercado en agosto de 2016 (ver lanzamiento), y tuvo su primer actualización en 2018 (ver lanzamiento) y por segunda vez en 2021 (ver lanzamiento). Ahora en 2024, comenzó a ofrecer más equipamiento de serie, que incluye: asistente de luz de carretera activa, advertencia de control de peatones y colisión, frenado autónomo de emergencia, y advertencia de salida del carril con asistencia activa (ver lanzamiento).

Esta variante se denomina Iconic y llega importada desde Oxford, Inglaterra con el impulsor 2.0 turbo de 192 cv y transmisión automática de doble embrague y siete relaciones, denominada DKG Steptronic Sport. A un precio de lista de U$S 77.990, no es para todos los bolsillos en el sentido estricto, pero lo hace ser el cabrio más accesible del mercado uruguayo. Ahora llegó el turno de analizarlo a fondo no solo para cumplir con un pendiente de hace años, sino también para despedir al F57 que se dejará de producir este año previo a su profunda renovación llamada F67 y que será el último MINI a combustión (ver nota).


EXTERIOR

Como dije en la introducción, a la tercera generación del MINI la conocemos todos de memoria a estas alturas. Es un diseño que está entre nosotros desde 2013 (¡11 años!) por lo que repasarlo una vez más es repetir conceptos. Es un diseño que por más que ya supere la década de vigencia, se mantiene fresco y distinto a todo lo que hay en la vuelta. Y si le sumamos el factor de tener un techo retráctil de material textil, más aún. Por eso esta parte del análisis se va a centrar en esto que lo diferencia de otros MINI.

Su capota de lona dispone de un accionamiento eléctrico, que puede abrirse y cerrarse en 18 segundos. Incluso puede accionarse mientras se conduce a velocidades de hasta 30 km/h. Pero tiene un truco: la parte delantera de la capota puede abrirse hasta 40 cm. Esta función de techo solar está disponible a cualquier velocidad. Como alternativa al color negro (como en la unidad probada), está disponible el techo MINI Yours, que homenajea a la nacionalidad británica con el diseño Union Jack tejido en color Titanium Grey. Algo a tener en cuenta es que no cuenta con una barra de protección ante vuelcos fija, sino con una que en caso de ser necesaria su intervención ante un vuelco, se activa de forma automática eyectándose.


En el lateral aparecen en esta versión Iconic unas llantas de aleación “Pedal Spoke Black” de 17 pulgadas sobre neumáticos en medida 205/45 R17, de la marca Goodyear y modelo Eagle F1 Asymmetric 3. La unidad probada, además contaba con el paquete estético, Piano Black Exterior, en donde los tiradores de las puertas, los Side Scuttles, la tapa del depósito de combustible, los logotipos MINI del capot y del portón del baúl, las letras del modelo y las salidas de escape -última generación que las mostrará- tienen un acabado High-Gloss Black, además de los marcos de los faros, la parrilla delantera y las luces traseras.

Luego en términos de dimensiones, al tener este techo el baúl cambia en su forma de apertura. En lugar de ser hacia arriba, pasa a ser hacia abajo, casi como si fuese una pick-up. Hablaré sobre esto en el apartado del interior. Lo otro que varía en comparación con el 3 Door Hatch son las cotas, pero no mucho. Casi nada diría, para ser honesto. Mide 3.876 mm de largo, 1.727 mm de ancho, 1.415 mm de alto, y la distancia entre ejes está en los 2.495. Frente a su hermano de techo fijo, es tan solo 1 milímetro más alto.


INTERIOR

En el habitáculo, la historia es similar a la del exterior. Exceptuando la salvedad de tener un techo que se puede quitar, este F57 es idéntico al F56 en toda su ergonomía y diseño interior. Esto es, como todo en la vida, hablar de cosas buenas y otras no tanto. Entre las primeras destaco la posición de manejo, que en esta generación es lo más cercano a ser perfecta. Lleva un volante deportivo de cuero bien redondo -parece chiste aclarar esto-, con botones multifunción y dos levas de cambio que podrían tener un poco más de calidad. También el anclaje superior del cinturón de seguridad, que queda por debajo de la altura del hombro, a los más altos nos incomoda un poco. Pero es “un problema de primer mundo”, lo sé.

Pero sin dudarlo donde no hay quejas es por las butacas que tiene. Te abrazan con sus pétalos laterales y con un extensor para muslos, para que no te muevas de ahí durante horas. Y adoré el tapizado mixto en tela/leatherette Black Pearl, escapando del cuero integral. Las “instrucciones” para no padecer el uso de un vehículo sin techo fueron explicadas en el adelanto de esta prueba (ver nota). Y uno de los detalles a tener en cuenta a la hora de elegir un cabrio era poder calentar o enfriar tus asientos. Lamentablemente este no ofrece ninguna de esas opciones, que seria lo ideal. En estos meses de calor, la solución es poner el aire acondicionado en su punto más frío y subir las ventanillas para no lidiar con las turbulencias, además de colocar el deflector de viento de serie en los asientos posteriores, que es un ítem muy necesario.


Luego mantiene elementos ya vistos en las otras variantes de carrocería, como ser el instrumental digital Black Panel de 5,0 pulgadas o la pantalla MINI Visual Boost de 8,8 pulgadas con FM/1USB-A/Bluetooth/Apple CarPlay (inalámbrico, no hay Android Auto aún en esta marca) sistema de navegación MINI, comandos vocales, audio streaming y MINI Connected. A diferencia de otras configuraciones del producto, en esta versión Cooper S Cabrio Iconic carece de una conexión USB-C y del cargador inalámbrico para smarthpones que va en el apoyabrazos central, y que otros MINI tienen. Raro. Desconozco si en la configuración se perdió esto por sumar las asistencias a la conducción de serie. De ser así, entonces fue un sacrificio necesario. Pero por casi U$S 80.000, son dos faltantes algo extraños.

Si hay que moverse a las plazas traseras, esa será un sacrificio, pero literalmente hablando. De todas formas, al poder quitar el techo, la habitabilidad a lo alto puede mejorar. Sin embargo, para llevar -ya no adultos- personas ahí atrás, se complica y mucho. El espacio para piernas es casi nulo para dos adultos de 1,80 metros, pero en el ancho es correcto, siempre y cuando no sean muy voluminosos porque tampoco esas cotas son abundantes. El tercer habitante posterior no es ni siquiera una opción, dado que no hay ni apoyacabezas o cinturón de seguridad. Es un 2+2 puro y duro, con excelentes plazas delanteras y dos más atrás para ser usadas de forma ocasional como baúl extra, por algo lo que comentaré ahora.


El baúl de esta versión es todavía más pequeño que el del 3 Door Hatch. Y su acceso es aún más complejo, dado que la boca de cargas es chica y complicada en su ubicación, producto de ese portón que cae en lugar de subir. Ofrece el sistema Easy-Load para ampliar el espacio de acceso, pero su funcionamiento es algo complejo de operar. Con el techo plegado ofrece apenas 160 litros, que pueden ser ampliables a 215 con el techo. Tiene un aplique para proteger el equipaje cuando lo bajamos, que roba varios litros y que se puede correr cuando tenemos el techo colocado para mejorar el acceso al área de carga. No es nada que sorprenda. Los cabrio son vehículos un poco más comprometidos que el resto.

En resumen para ya salir del interior, es un producto para dos pasajeros, con espacio para una escapada de fin de semana en pareja o bien en solitario. Si bien las otras versiones ya estaban concebidos con una idea similar, este Cabrio es la expresión máxima de producto “egoísta” y pensado más que nada para quienes que viajen en la parte delantera. Por último, no cuenta con neumático de auxilio. No se sorprendan, lo dije más arriba cuando describí que eran runflat. Es decir, que pueden circular desinflados. Eso sí, donde se llegue a rajar un neumático contra un pozo, no queda otra solución que llamar al auxilio mecánico.


EQUIPAMIENTO

Esta versión Iconic está bastante bien “regada” en términos de equipamientos de serie. Cuenta con: cuatro airbags, frenos ABS, regulación electrónica de la fuerza de frenado (EBD), ayuda de frenado en curvas (CBC), sistema de estabilización (DSC) con asistencia de frenado, asistente de arranque en pendientes, función de secado de frenos, luces de freno dinámicas, compensación de “fading”, control dinámico de la estabilidad (DTC) y control electrónico del bloqueo del diferencial (EDLC), monitoreo de presión de neumáticos, paquete de asistencias Driving Assistant (asistente de luz de carretera activa, advertencia de control de peatones y colisión, frenado autónomo de emergencia, y advertencia de salida del carril con asistencia activa), anclajes i-Size y TopTether para sillas infantiles, dirección asistida electromecánica (EPS), pack eléctrico (levantavidrios, espejos y bloqueo), computadora de a bordo, alarma, paquete de iluminación, limitador de velocidad, faros delanteros full LED con contenido ampliado y luces diurnas, faro antiniebla trasero, respaldo trasero rebatible 50:50, radio MINI Visual Boost con FM/1USB-A/Bluetooth/Apple CarPlay (inalámbrico) con pantalla central de 8,8 pulgadas, sistema de navegación MINI, comandos vocales, audio streaming y MINI Connected, encendido automático de luces, sistema Launch Control, MINI Driving Modes (Sport, Mid y Green), sensor de lluvia, carcasas de los retrovisores en color “Jet Black/White”, paquete estético exterior Classic (aplique delantero), chasis adaptativo, instrumental digital Black Panel de 5,0 pulgadas, control de velocidad crucero dinámico con función de frenado y limitador de velocidad, cámara de retroceso, tapizados en tela/leatherette Black Pearl, molduras interiores Piano Black, volante deportivo multifunción en cuero napa con regulación en altura y profundidad con levas de cambio integradas, luces ambientales interiores, asientos delanteros deportivos regulables en altura con extensor para muslos, techo textil retráctil electromecánico con función de techo solar y deflector de viento, acceso confort, climatizador automático bi-zona, sistema de audio harman/kardon con 12 altavoces, amplificador digital, potencia de amplificación de 360 W, sensores de estacionamiento traseros, espejo retrovisor interno con anti-encandilamiento automático, espejos retrovisores exteriores plegables eléctricamente, y llantas de aleación “Pedal Spoke Black” de 17 pulgadas sobre neumáticos runflat en medida 225/45 R17.


Aplaudo el agregado de serie de las ADAS como ser: asistente de luz de carretera activa, advertencia de control de peatones y colisión, frenado autónomo de emergencia, y advertencia de salida del carril con asistencia activa. Sin embargo, algunos podrán reclamar conectividad con Android Auto (tal vez llegará en próximas actualizaciones de software), el cargador inalámbrico y la conexión USB-C que sí está en los otros MINI, tapizados en cuero, butacas eléctricas y tantas otras cosas. Pero en lo personal, hubiera gustado de tener el paquete extra de asistencias que MINI sí ofrece en otros mercados. 

Estas suman al que tiene de serie en Uruguay un ítem muy práctico: control de velocidad crucero activo con función “Stop & Go”, que puede utilizarse en un rango de entre 30 y 140 km/h. Si hay modelos generalistas que las ofrecen, por qué no las trae un MINI de casi 80 mil dólares, resulta ser toda una incógnita. Tampoco tiene alerta de ángulo ciego y otro faltante -más razonable- son los airbags laterales de cortina. Como pasa con otros cabrio, tiene de serie sólo cuatro (dos frontales delanteros y dos laterales en las butacas con diseño cabeza/tórax, que cubre esas dos partes corporales). Así que cumple con la norma.

Un detalle exclusivo de esta carrocería es que lleva en el sistema multimedia y también en la computadora de a bordo el “Always Open Timer”, un medidor de tiempo de conducción sin techo. Es un “gadget” genial que te invita a la conducción al aire libre constante. En mi caso logré registrar durante la prueba la nada despreciable cifra de 12:30 horas de manejo con techo guardado. En cinco días de uso, es bastante.


MOTOR Y TRANSMISIÓN

En esta prueba fue el momento de reencontrarse una vez más con uno de mis impulsores 2.0 litros de cuatro cilindros preferido. Se trata del B48A20M0 del Grupo BMW que fuera probado por Autoblog en varios modelos tanto de MINI como BMW. Tiene 1.998 cc de cilindrada, cuatro cilindros con MINI TwinPower Turbo (twin-scroll o de doble entrada), inyección directa, sistema de regulación variable de las válvulas (VALVETRONIC), y control variable del árbol de levas (doble VANOS).

En este Cooper S produce 192 cv entre 5.000 y 5.500 rpm, y un torque de 280 Nm entre las 1.350 y 4.200 vueltas. Este 2.0 sigue destacándose como siempre por ser progresivo y flexible en el uso, pudiéndole sacar un comportamiento sereno y familiar, así como uno más enérgico y rabioso. Permite una doble personalidad, es un aparato nervioso y lleno de agresividad desde el momento que encendés el motor. A su vez, en el modo de manejo “Sport”, emite sonidos más roncos y en los rebajes se llegan a sentir unos “pops&bangs” del escape. Es muy adictivo. Pero en ediciones previas, estaban más presentes, digamos.


A su vez, tenemos que sumarle el factor de poder ir escuchando toda esta sinfonía con un poco más de nitidez que si vamos con el techo cerrado. Parece un detalle menor, pero la realidad es que el Cabrio se transmite mucho más que la versión 3 Door Hatch en términos de sensaciones de manejo. Si esto lo combináramos con el seteo “más picante” del nivel JCW, creo que ahí estaría ante el MINI Cabrio ideal. De todas formas, las cifras de potencia y torque de los Cooper S son más que suficientes para divertirse.

La entrega tanto de potencia como del par no solo son constantes, sino también contundentes en todo el rango de utilización. Es lo que se dice en la jerga, un motor parejo y elástico. Aquellos menos experimentados se van a llevar una sorpresa al acelerarlo a fondo, porque al tener la tracción adelante, parece el auto te arrastrara de la mano como un perro persiguiendo a un gato. Y los neumáticos delanteros también sienten (y sufren, hay que decirlo) la descarga del 2.0 hacia el asfalto, manifestándose con un inevitable torque steer hacia el volante, pero controlado en gran medida a mucha electrónica aplicada.


Pasando al comportamiento de la transmisión con este motor, hay que volver a repetir conceptos. La transmisión elegida para los Cooper S, ahora es solo una automática en todo el mundo. Me parece lógico porque es todo lo que los clientes piden. Sin embargo, añoro las épocas en las que se podía comprar este modelo con caja manual de sexta. Más allá de extrañar no usar el pie izquierdo, esta DKG Steptronic se comporta de maravillas. Es igual de veloz y eficiente que siempre, y utilizada en su modo “Sport”, es menos brusca y más suave que otras de doble embrague de otras marcas premium.

La explicación de esto último es que al igual que un sistema de convertidor convencional, la transmisión de doble embrague de este MINI también ofrece la función “Crawl”, que permite una salida suave sin activar el acelerador, lo que aumenta la comodidad al maniobrar o en el tráfico con paradas y arranques frecuentes. Entonces no hay cabeceos a bajas velocidades o durante maniobras de estacionamiento. A su vez, cuenta con la función Launch Control, que es un gadget muy adictivo también. Pero como todo vicio hay que tratar de usarlo con moderación para prolongar la vida útil de los neumáticos delanteros.


Ya cerrando este apartado, hablemos de prestaciones y consumos. MINI declara una aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora en 6,9 segundos con esta configuración mecánica mientras que la velocidad máxima es de 230 km/h. En materia de consumos, las prestaciones según fábrica son: 6,2 litros cada 100 km en ciclo mixto, según WLTP. Es decir, son todas cifras muy similares a los otros Cooper S, algo que también se replicó durante los registros de la evaluación.

Durante la prueba, logré como mejores cifras 8,1 l/100 km en ciclo urbano, 5,8 l/100 km en ruta, y 6,5 litros cada 100 km en ciclo mixto, es decir, números parecidos a los de la variante de techo fijo. El peso en orden de marcha en tanto, es de 1.315 kg (solo 15 kg más que el Cooper S Hatch 3 Door equivalente), mientras que el depósito de combustible aloja 44 litros de capacidad y podría tener al menos 6 litros más, porque si bien los consumos son correctos, la autonomía es bastante limitada. Más si nos ponemos a “buscarle las cosquillas” a este 2.0, cosa que no es nada difícil, porque es un juguete muy, muy divertido.


COMPORTAMIENTO DINÁMICO

Más allá de la posibilidad de poder quitarle el techo -mientras no llueva-, y esos 15 kg plus que suman al conjunto gracias a tener una carrocería sin pilares B y C rígidos, el MINI Cooper S Cabrio no cambia en casi nada frente a un Cooper S Hatch 3 Door. Lo cual vuelve a cimentar una idea que después desarrollaré en el cierre del análisis. Y esto es algo bueno o malo, depende de donde nos paremos a mirar. Entre lo último, está la visibilidad hacia atrás y los ¾ posteriores, que es bastante más limitada que en el 3 Door Hatch, ya sea con el techo puesto o guardado, que salvo que llueva torrencialmente, no debería estar en otro lugar. 

La posición del pilar C textil o del techo plegado, roban bastante visión hacia esos ángulos. Luego en la utilización abierta, hay que considerar algunos puntos que todos los usuarios de un cabrio ya conocen, como ser tomar la precaución de subir las ventanillas, para evitar remolinos de viento en la cabina. Al circular por calles y avenidas a velocidades más urbanas, digamos, se puede llegar a viajar con las ventanillas bajadas. El miedo -tercermundista- a que rompan el techo para robarte algo del interior está. Pero bueno, estos son los compromisos del cabrio en países en donde la cultura delictiva está presente.


La otra incomodidad que puede darse en el tránsito no es culpa del auto, sino de vivir en un país como Uruguay. Si en un semáforo o embotellamiento estás cerca de un vehículos cuyas emisiones de gases no comulguen con lo que pregona Greta Thumberg, esos humos te darán de lleno en la cara. Pero de nuevo, este es un producto con ciertos compromisos que uno tiene que asumir a adoptar para disfrutar otras cosas.
No es nada que escape al uso que le dan otros clientes que compra un cabrio o que también utilizan otros medios de transporte “al aire libre”, como ser bicis, monopatines eléctricos o motocicletas. También hay que reconocer que cuando pasamos por lugares con ricos aromas con el techo guardado, es un plus.

Más allá de todo eso, se lo puede disfrutar conviviendo con estos inconvenientes culturales latinoamericanos. Sigue siendo una herramienta muy divertida para el uso diario. La mecánica, por su parte y como ya dije, tiene un comportamiento destacado e ideal para el tránsito urbano, ya que las relaciones de la transmisión automática le permite viajar muy relajado. Trabaja en D6 a 70 km/h a apenas 1.250 vueltas, mientras que en el caso usar el modo “S” de la caja, a igual velocidad el régimen es un poco superior, pero no tanto, 2.100 rpm y con la Steptronic en S4. En ruta, en tanto, el conjunto se mueve a 110 km/h en D7 a unas muy relajadas 1.700 vueltas, mientras que pasando la transmisión al seteo deportivo, baja una marcha (S6) y sube 400 revoluciones el motor (2.100 rpm) a igual velocidad.


Ya que hablo de la ruta y de circular a velocidades más elevadas que en ciudad, el comportamiento es intachable, incluso con los cambios en términos estructurales que recibe para perder los pilares B y C rígidos, que casi que ni se sienten. No hay torsión de la carrocería ni nada que se le parezca, ni siquiera en caminos de tierra o rurales, por los que anduve sin techo, claro está. 

Acá es donde se pueden apreciar con más claridad los abismos dinámicos entre este producto y otros, por tener un chasis volcado hacia un lado más deportivo que confortable. Porque la suspensión sigue siendo firme y hasta para algunos, dura. En lo personal, me encanta y es lo que más disfruto de los MINI. Ese “go-kart-feeling” que la marca tanto pregona y que disfruto cada vez que puedo probar uno, acá se magnifica por la sensación de no llevar un techo encima. ¿O alguna vez vieron un kart con techo? Si querías esto, el Cabrio es el MINI a comprar. Eso sí, entendiendo los varios compromisos que conlleva.


Los adelantamientos siguen siendo un trámite, al igual que en otros Cooper S: baja de D7 a D3 en un pestañeo y cumple el 80-110 km/h en solo 4,17 segundos. Gran tiempo. La insonorización, por su parte, es un factor que en los cabrio juega un papel fundamental. Ante las asperezas del asfalto la sonoridad de los neumáticos se ve amplificada, registrando nada menos que 69 db a 100 km/h, que es un valor algo elevado que puede llegar hasta los 74 db si el asfalto está muy gastado, siempre midiendo con el techo puesto. 

Ya si lo llevamos abierto, a 100 km/h, con las cuatro ventanillas subidas, el registro queda en unos tolerables 73 decibeles. Más allá de esto, probé mantener una conversación por teléfono vía Bluetooth a unos 100 km/h, y se escuchaba perfecto. Eso sí, llevando las ventanillas levantadas y el deflector de viento colocado. En conclusión, es casi idéntico a un Cooper S 3 Door Hatch, solo que permite la posibilidad de magnificar todas las sensaciones que ya conocemos, al llevar los pelos al viento. Bueno, quienes puedan.


CONCLUSIÓN

Esta será una conclusión agridulce. Es un producto lleno de compromisos de usabilidad y caro como pocos a U$S 77.990. Pero también es de los cabrios más económico que el bolsillo puede comprar hoy en Uruguay. Lo más similar en concepto (aunque no son rivales) es ir por el Mazda MX-5 Soft Top 2.0 SKYACTIV-G M/T a U$S 69.900 (ver lanzamiento), que si bien gana en encanto por tener una transmisión manual y tracción trasera, carece del equipamiento que tiene el MINI. Tampoco tiene las prestaciones ni el baúl del Cooper S, digamos todo también. Comprarse un cabrio en esta economía y mercado, es toda una declaración de principios. Nadie en su sano juicio lo hará por conveniencias. Es una de las compras más en las antípodas de ese criterio. Acá no hay análisis. Es una compra pasional y punto.

Este es un vehículo plagado de contradicciones y a la vez de convicciones. “Los cabrio no están para ser debatidos, están para ser disfrutados” dije en el adelanto del análisis. Y tras la prueba, durante cinco días no hice otra cosa que eso, paseando con mi pareja y amigos. Hoy modelos como el Cooper S Cabrio son un glitch en la matrix, un error. Es entrar a un mundo de sensaciones que el mercado está abandonando en pos de adormecer la diversión y homogeneizar el manejo, en base a los productos sin personalidad o las motorizaciones sin carácter. Seguro termine más pronto que tarde comprándome un cabrio. Porque no quiero perderme esto. Y creo que si sos un petrolhead, vos también tendrías que estar pensando lo mismo.


A favor
  • Calidad de materiales y terminaciones
  • Conjunto motor/transmisión
  • Consumos reducidos
  • Comportamiento dinámico
  • Diseño
  • Diversión de manejo
  • Equipamientos de seguridad y confort
  • Garantía
  • Prestaciones
  • Posición de manejo
  • Tecnologías aplicadas
En contra
  • Capacidad del baúl reducida
  • Depósito de combustible pequeño
  • Habitabilidad en las plazas traseras
  • Precio elevado
  • Rumorosidad de los neumáticos
  • Sin neumático de auxilio
  • Visibilidad ¾ trasera y posterior limitada


FICHA TÉCNICA 

MOTORIZACIÓN
Cilindrada (cc) 1.998
Número de cilindros: 4
Número de válvulas: 16
Relación de compresión: 11:1
Diámetro x carrera (mm): 82 x 94,6
Inyección: directa con turbocompresor twin-scroll e intercooler, control variable de válvulas (VALVETRONIC) y doble sincronización variable del árbol de levas (doble VANOS)
Potencia máxima (cv/rpm) 192/5.000-5.500
Torque máximo (Nm/rpm) 280/1.350-4.200
TRANSMISIÓN - TRACCIÓN
Caja de velocidades automática secuencial con doble embrague y siete relaciones
Tracción delantera
DIRECCIÓN
De piñón y cremallera con asistencia eléctrica variable
FRENOS
Delanteros: de discos autoventilados
Traseros: de discos sólidos
EJES - SUSPENSIÓN
Delantera: eje de articulación única y montantes telescópicos McPherson con soporte de aluminio
Trasera: eje de brazos múltiples con brazos longitudinales
NEUMÁTICOS
Dimensiones: 205/45 R17
Rueda auxiliar: N/D
PRESTACIONES
Velocidad máxima (km/h) 230
Aceleración 0-100 km/h (s) 6,9
Consumo (l/100km) Urbano: N/D - Carretera: N/D - Mixto: 6,2
DIMENSIONES - PESO
Capacidad del baúl (l): 160/215
Peso en orden de marcha (kg): 1.315
Largo total (mm): 3.876
Ancho total (mm): 1.727
Alto total (mm): 1.415
Distancia entre ejes (mm): 2.495
Capacidad del depósito de combustible (l): 44

PRECIO Y GARANTÍA

U$S 77.990. 3 años o 200.000 km.

COMERCIALIZA

Magna. Francisco Solano Antuña 2996. Tel. 29243125. Web: www.mini.com.uy


Video: MINI Cooper S Cabrio Iconic 2.0 T DKG Steptronic

Galería: MINI Cooper S Cabrio Iconic 2.0 T DKG Steptronic | Créditos: Autoblog y Diego Olivera.
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