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En una nueva prueba comparativa, enfrentamos a los Volkswagen T-Cross y Nivus 200 TSI. |
Antes de comenzar con la comparativa, unas aclaraciones para que nadie se enoje al terminar de leer. Este no va a ser un enfrentamiento de "el mejor/peor de los dos". Tampoco habrá un ganador total, ni es la intención buscar eso tampoco. La finalidad de este análisis en conjunto es determinar las diferencias y semejanzas que hay entre dos modelos que comparten muchísimo en común, pero con dos planteos que como verán a lo largo de la comparativa, son muy distintos. Por ende, enfrentarlos es más un ejercicio de mercado que una batalla.
Tampoco será un análisis detallado de cada producto. Eso ya se hizo en sus sendas evaluaciones independientes y no vale la pena repetir algunos conceptos ya explicados en más extensión allí. Hoy la comparativa intentará demostrar como con la misma base de mecánicas, transmisiones o chasis, marcas como Volkswagen están realizando dos productos que aunque tengan mucho en común en los papeles e incluso con valores de mercado muy similares, no podrían ser más diferentes entre sí.
Por un lado tenemos al Nivus Highline 200 TSI (U$S 29.990) que ya fuera probado por Autoblog a finales de 2020 (ver prueba) y al recientemente evaluado T-Cross Highline 200 TSI (U$S 34.990), que fue uno de los últimos análisis de producto realizados en lo que va del 2021 (ver prueba). Uno es un crossover sub-compacto que deriva del Polo (ver prueba) y el otro es un SUV de esta familia de modelos que se valen de la plataforma modular MQB-A0 del Grupo Volkswagen, compartiendo base con el sedán de la gama, el Virtus (ver prueba).
A modo de entender el posicionamiento de ambos, la gama del T-Cross 200 TSI con transmisión automática va desde los U$S 28.990 del nivel Comfortline a los U$S 37.440 del Highline + Innovation. En el caso de Nivus 200 TSI, las opciones se reducen a dos, Comfortline y Highline, a U$S 26.990 y U$S 29.990 respectivamente. La idea de esta comparativa es enfrentar a las versiones más completas y sin opcionales de cada modelo así como para separar las aguas entre los universos más deseados por el público en estos tiempos, que son los crossovers y SUVs sub-compactos. Arranquemos la evaluación.
Exterior
Aunque uno es un crossover puro y duro, y el otro un SUV con todas las letras, se pueden encontrar rasgos muy similares entre los estilos de los Nivus y T-Cross. El Nivus es el crossover derivado del Polo, ya que comparte con aquel no solo la plataforma, sino también el parabrisas, las cuatro puertas y gran parte del interior. En términos estéticos para muchos es como un Audi Q3 Sportback "a escala" (ver prueba).
T-Cross, por su parte, no lleva un solo panel en común con sus hermanos de plataforma. Es el SUV derivado del Polo, sí. Aunque al menos en este lado del mundo comparta más piezas con su hermano sedán, el Virtus. En términos estéticos para muchos es un "mini-Tiguan" por sus proporciones. Cabe destacar que no es el reemplazo del Suran Cross aunque toma el espacio que dejó tras su final de vida (ver nota), y tampoco tiene nada que ver con el T-Roc (ver nota), aunque más de uno confunde sus nombres.
En términos de equipamientos exteriores, al menos en esta versión Highline de ambos modelos, los faros delanteros son full LED con luces diurnas LED integradas, todas de excelente poder lumínico. Con una salvedad. En el Nivus es de serie en ambas versiones, mientras que en T-Cross están solo en el nivel más completo. A su vez, los faros antiniebla delanteros ahora pasaron a ser halógenos (antes de LED) aunque mantienen la función de luz de curva. En Nivus los antiniebla con LEDs son solo para el nivel Highline.
Vistos en el lateral, se delata la naturaleza de Polo del Nivus y la diferencia en altura de ambas carrocerías, que como veremos más adelante, será uno de los puntos divergentes entre ambos modelos. Los dos llevan en estas configuraciones barras de techo longitudinales satinadas en color gris, mientras sus versiones más accesibles las llevan en negro. También hay similitudes en los neumáticos y llantas. Ambos cuentan con unas de 17 pulgadas de diferente diseño, pero sobre idénticos cauchos Pirelli Cinturato P7 en medida 205/55 R17. El Nivus más accesible lleva 205/60 R16, al igual que el T-Cross Trendline con caja manual.
Luego están las diferencias más grandes que son de cotas. El Nivus mide 4.266 mm de largo, 1.757 mm de ancho, 1.493 mm de altura y 2.566 mm de distancia entre ejes. El T-Cross, por su parte, declara 4.199 mm de longitud, 1.760 mm de ancho, 1.598 mm de alto (1.601 mm contando las barras de techo) mientras que la distancia entre los ejes es de 2.651 milímetros.
Si lo comparamos entre sí, hay un detalle curioso: el Nivus es 67 más largo que el T-Cross, pero 3 mm más angosto y 108 mm más bajo que el SUV. El despeje al suelo es de 166 milímetros, siendo 25 menor que en el T-Cross. Otra diferencia es que la distancia entre ejes es 85 milímetros menor en el crossover, por aquello de tener la base del Polo y no del Virtus, como sí es el caso del T-Cross. Y como veremos más adelante, esto será uno de los mayores puntos de quiebre entre los dos modelos en las habitabilidades.
Interior
Por dentro también hay puntos semejantes, pero son los menos. Es cierto, se respira un "aire de familia" entre ambos, pero una vez más, su parentesco con el Polo separa bastante al Nivus del T-Cross. Mientras el SUV tiene un panel interior propio, el crossover lo toma calcado de su hermano hatchback. El Nivus apela a un habitáculo más "deportivo" (entre todas las comillas que puedas) con un techo revestido en color negro, mientras que el T-Cross va por un lado más luminoso y familiar, con tapizados o paneles en tonos claros, potenciados por tener en esta versión y en opción en todas las otras, un enorme techo solar eléctrico y panorámico, que el Nivus no tiene en ninguna versión. Medio punto para T-Cross en esto.
En términos de terminaciones y materiales están muy parejos. La calidad de armado es bastante buena tanto al tacto como a la vista, sin aparecer grillos ni piezas mal encastradas, aunque son en ambos casos habitáculos que lucen mejor de lo que se tocan. Si bien todo está bien ajustado, queda en la media de sus rivales al utilizar plásticos duros (algunos incluso bastante rústicos para este rangos de precios) u otros satinados, pero ninguno de inyectado blando, ni por asomo. En ambos casos, hay rivales con calidades mejores e incluso a precios similares. Es un empate.
La posición de manejo será uno de esos factores que arrimará clientela para un lado u otro. Si te gusta viajar alto, el Nivus no es para vos. Porque es como un Polo solo más levantado y uno ingresa al vehículo casi como en aquel. Si preferís manejar con toda la butaca llevada al piso, T-Cross no es el ideal. Porque es un SUV e incluso con el asiento más bajo, se viaja elevado, lo cual también mejora el acceso para aquellos que prioricen esto. Sin embargo, en ambos resultado hay una buena postura. Gracias a las regulaciones múltiples y generosas tanto de la butaca (en altura y longitudinal) como del volante (alcance y altura), cualquiera podrá ubicarse sin mayores dificultades en cualquiera de los dos modelos. T-Cross saca "medio punto" acá por tener un ajuste lumbar manual para conductor y una pedalera metálica con tacos de goma en el nivel Highline.
Los instrumentales son otro punto que dividirá aguas. Al no ser por la versión Highline + Innovation, todos los T-Cross llevan el mismo tablero analógico de toda la vida, siendo un extra dentro de un paquete de U$S 2.450, sumarle el "Active Info Display" con una pantalla de 10,25 pulgadas a color totalmente personalizable, que Nivus ya trae de serie en el nivel Highline, que vale nada menos que U$S 7.450 menos que el T-Cross más caro. Aunque defiendo los tableros analógicos, este digital de los Volkswagen es tan personalizable y lleno de funciones, que le pasa el trapo todos los días del año. Va punto para Nivus acá.
Donde ambos empatan ahora es en el infoentretenimiento. Desde las versiones Comfortline del T-Cross, pero solo en el Highline de Nivus, llevan el sistema multimedia VW Play con pantalla táctil de diez pulgadas con AM/FM/MP3/USB/Bluetooth/App-Connect (Android Auto y Apple CarPlay inalámbrico), comandos por voz y audio streaming. No tiene teclas ni perillas físicas (es algo molesto), pero en su lugar cuenta con 10 GB de memoria para guardar medios y aplicaciones (Waze viene nativo, por ejemplo), además de tener un manual cognitivo que la marca denomina "Watson". Sí, como el atento asistente de Sherlock Holmes.
Antes de ir a la habitabilidad, un punteo rápido de amenidades: hay una conexión USB-A para las plazas delanteras y dos más para los que viajen atrás en el T-Cross. Nivus solo manda una sola para los pasajeros posteriores, aunque en los dos modelos hay salidas de aire acondicionado para esas plazas, lo que es muy bueno. El climatizador es automático en los niveles Highline de ambos, pero de una sola zona. Los tapizados son en eco-cuero para los dos, con una calidad algo mejorable por el precio. Hay apoyabrazos delantero deslizable también en ambos, pero solo en T-Cross se puede ajustar en altura. Por último, también en el T-Cross hay una sutil iluminación ambiental de color blanco, muy agradable en la noche.
Acá tenemos el segundo punto que divide aguas entre los futuros usuarios de ambos modelos. En las plazas posteriores del T-Cross hay espacio para dos adultos de 1,80 m de alto (o más), tanto para las piernas como para las cabezas o a lo ancho. Un tercer ocupante podrá ir en la plaza central bien a lo alto y largo, pero el lugar a lo ancho ya no será tan generoso como en los laterales al menos a la altura de los hombros que es donde queda más justo.
De todas formas, la distancia de la cabeza al techo es la misma que en las plazas laterales, así que al menos en un viaje corto, tres se lograrán acomodar un poco mejor que en Nivus. Además la accesibilidad para colocar sillas infantiles está mejor resuelta en este modelo, por tener una puerta trasera más amplia en su apertura y tamaño, así como un asiento ubicado un poco más alto. Otra ventaja es que el respaldo trasero de T-Cross permite regularse un par de grados para ganar espacio de cargas, por ejemplo.
En el Nivus, en tanto, dos adultos de hasta 1,80 metros viajarán bien a lo largo y ancho, mientras que a lo alto la línea fastback que tiene el techo por fuera, roba algunos centímetros de espacio para las cabezas. De todas formas no se llega a viajar tan apretado en esta cota como aparenta en la teoría, aunque de todas formas es un espacio un poco más ajustado que en el T-Cross.
Eso sí, al igual que pasa con otros productos de este segmento, en el Nivus un tercer ocupante adulto irá un poco más apretado, aunque apenas más en el T-Cross, en especial a lo ancho que es donde se percibe más la diferencia entre ambos. Tanto el respaldo como el asiento son más firmes en esa plaza, pero la distancia de la cabeza al techo es la misma que en las plazas laterales. Sin embargo el falso túnel de transmisión, y una distancia entre ejes un poco menor, pueden llegar a molestar a los pies de quien viaje en el medio.
Los baúles son bastante generosos en ambos casos. El del T-Cross tiene un par de trucos escondidos bajo la manga, y el del Nivus es muy aprovechable, aunque con menores soluciones de modularidad disponibles. En el SUV cuenta una capacidad de 373 litros, que pueden crecer hasta los 420 litros si se coloca el respaldo trasero en la posición más vertical, dejando apenas unos grados menos de comodidad en el asiento para los pasajeros que viajen ahí. Rebatiéndolo en proporción 60:40, en tanto, la capacidad aumenta crece hasta los 1.281 litros.
Pero además se puede rebatir el respaldo del asiento del pasajero, dejando una longitud total de carga de hasta 2.654 milímetros y el piso cuenta con dos niveles, en una solución llamada s.a.v.e. (sistema de carga variable) por Volkswagen. En el Nivus, en tanto, ofrece unos más que correctos 415 litros y está entre los más amplios del segmento en capacidad. De no alcanzar ese volumen se pueden abatir los respaldos traseros en proporción 60:40, ganando hasta los 826 litros. Los auxilios son idénticos Goodyear Efficientgrip Performance en tamaño 195/65 R15 para los dos modelos, o sea, del tipo temporario.
Motor y transmisión
Esta fue la excusa por la que decidí enfrentar a estos modelos: además de la plataforma, ahora llevan la misma combinación mecánica. Se trata de un de tres cilindros y 1.0 litros de cilindrada (999 cc), capaz de producir 116 cv de potencia a 5.500 rpm y 200 Nm de par máximo entre 1.500 y 4.250 rpm. La transmisión es una automática con convertidor de par y seis velocidades, que Volkswagen denomina AQ 250. También es conocida por su nombre más industrial: AISIN TF-60SN y es usada en otros modelos del Grupo Volkswagen, así como en los de BMW y FCA.
Agradecimientos: Verónica Petrissans, Gabriela Hernández, y Valeria Moreira (Volkswagen Uruguay, gestión de las unidades), Emiliano Cameto (logística de la prueba), Diego Olivera (imágenes dinámicas) y Bodega Bouza (locación para las fotos).