Evaluamos a la segunda generación del Ford Territory, el SUV compacto de la marca del óvalo azul producido y desarrollado en China que llega con un motor 1.8 turbo EcoBoost con 185 cv y 320 Nm, asociado a una transmisión automática de doble embrague y siete relaciones. Adelanto de test, tras el salto.
Si bien Estados Unidos y China están en una batalla comercial constante desde que tenemos uso de la memoria, la realidad es que ambas naciones colaboran y trabajan codo a codo de manera constante y consciente. No es novedad que muchas empresas estadounidenses fabrican sus productos en Oriente e incluso que desarrollan algunos exclusivos para aquel mercado. Y otros, son adaptaciones o “rebadges”.
Uno de estos ejemplos es el Ford Territory (ver lanzamiento) de primera generación. Ese SUV compacto fue presentado en 2018 (ver nota), nacido de la colaboración entre Ford Motor Company y la firma Jiangling Motors Corporation (JMC). Es un joint-venture que también dio origen al JMC Yusheng S330. Ambos modelos salían de la planta de Xiaolan, China y se exportaban a varios mercados globales.
Este producto tuvo un paso fugaz conocido por nuestro mercado, con una vida comercial no muy exitosa. Desconozco si fue por prejuicios de origen o por falta de comunicación, pero el Territory de primera generación distó mucho de ser un producto “popular”. Sin embargo, sentó las bases como el SUV más accesible de la gama Ford actual, tras la desaparición del EcoSport (ver prueba) así como de la gama de vehículos de pasajeros, como lo eran los Ka (ver prueba doble), Fiesta (ver prueba) o Focus (ver prueba).
Con ese panorama, Territory tenía una tarea doble: la de llenar el primer escalón de acceso a una gama reconfigurada y de reemplazar, al menos en espíritu, al Focus. No consiguió ninguna de las dos cosas. Al menos en Uruguay, la primera generación de este producto se comercializaba a U$S 46.990 en aquel año 2021 cuando se presentó y jamás alcanzó las cifras de ventas del modelo al que en teoría, le tomaba la posta. Pese a tener una buena dotación de equipamientos y un valor promedio para el segmento.
Sea como sea, Ford decidió que para la segunda generación del Territory había que cambiar de estrategia. Ya no sería un “rebadge” ni un producto que luciera como una copia de algo que una firma china ofrecía en origen. Si bien comparte la plataforma con su antecesor, fueron tantos los cambios realizados en todos los aspectos, que del modelo anterior, solo comparte la denominación. Esta evolución se reveló en 2022 y además del diseño alineado con los patrones estéticos de Ford a nivel global, tuvo mejoras sustanciales.
Por ejemplo, entre otras novedades, dejó atrás la transmisión CVT en favor de una doble embrague húmedo de siete relaciones (DCT), junto a un motor más potente para los mercados de exportación, aunque en China siguió ofreciendo al de la generación previa. Para América y Oriente Medio, incorporó al 4G18F6E, un 1.8 (1.764 cc) GTDi. Cuenta con inyección directa, intercooler, turbocompresor y distribución variable de válvulas TiVCT.
Dos años después, ese nuevo Territory llegó a nuestro mercado en agosto pasado (ver lanzamiento) con una campaña de comunicación basada en el claim publicitario “bienvenidos los cambios”, haciendo hincapié en la radicalidad del cambio que tuvo entre las dos evoluciones. En Autoblog no habíamos podido evaluar al anterior modelo, pero sí pudimos a este. Y este viernes, tendrán el análisis.