Apuntes de la Off-Road Experience de Mercedes-Benz

miércoles, 2 de diciembre de 2015



El sábado pasado nos fuimos a las sierras minuanas con Mercedes-Benz.
El pasado fin de semana asistimos a la Off-Road Experience de Mercedes-Benz, que comprendía un viaje en plan familiar desde Montevideo y hasta una bellísima y acogedora estancia en las sierras minuanas. Crónica de un road trip en una GL 400 y posterior travesía en las sierras, a continuación.


Los periodistas especializados en autos solemos pasar más tiempo sentados en una butaca de oficina que en una de un vehículo. Si bien muchos ven a este oficio como una lluvia de lujos y ostentación, nada está más alejado de la realidad. Son horas y semanas las que se padecen con el resplandor de un monitor como única fuente de bronceado corporal.

Pero muy cada tanto esos días dignos de Gorostiaga en dónde somos tan pobres se ven matizados con algunas jornadas en las que podemos ver el sol sin tener que buscarlo en Google Imágenes, y hasta podemos llegar a divertirnos un poco también lejos de la tecnología atrofiante de un smartphone. Sí, esas en las que tenemos que excusarnos con nuestras familias y amigos con un humilde "tengo que laburar este sábado", pero en realidad te vas de excursión a perderte en el medio de las sierras en un SUV de U$S 174.500.


La jornada arrancó bien temprano el sábado. Había que presentarse a las 9 am (puntal) en el local de Autolider Carrasco. Este editor no pudo con su ansiedad y llegó media hora antes. Mientras iban llegando los clientes invitados por Mercedes-Benz Uruguay a participar de la Off-Road Experience de Mercedes-Benz, se escuchaban charlas sobre todo terreno, el clima que la noche anterior había aumentado el pronóstico de barro para la travesía tras una tormenta insoportable, y sobre los vehículos a ser utilizados ese día.

La fauna era variada. Desde un humilde GLA 200 (ver prueba), pasando por varias generaciones de ML (ver lanzamiento) y muchos GLK (ver lanzamiento). También había un GLC (ver lanzamiento) provisto por Mercedes-Benz y que próximamente visitará nuestro garage, y dos modelos que personalmente me pueden mucho: dos GL, uno 450 y otra 400, y un ML 63 AMG. Otro que se sumó a la fiesta off-road fue un GLA 45 AMG (ver lanzamiento) que tiene de vehículo todo terreno lo que yo de escalador de montañas. O al menos eso pensábamos todos ese día. Hasta se coló un CLA 200 (ver prueba), que si bien se sentía como sapo de otro pozo, llegó a la estancia sin problemas. Eso sí, la travesía todo terreno la vio de lejos.


Luego de un ligero desayuno con medialunas, jugo de frutas y un alfajor, los clientes emprendieron su marcha detrás de un GL 400 (ver lanzamiento) en dónde íbamos los periodistas invitados, llevados a lo Miss Daisy. Este redactor se dispuso a aprovechar las ventajas de un GL 400 con suspensión neumática AIRMATIC, la comodidad de su fila central de asientos (tiene tres) digna de un jet privado, el techo solar panorámico triple, y de la medialuna y el alfajor que nos habían dado al salir. 

Si el paisaje se ponía demasiado "penillanura levemente ondulada", tenía delante mío una pantalla con la película "Turbo" cargada. Preferí mirar las sierras, charlar con mis compañeros de viaje, y sentir en la espalda el empuje de los dos caracoles que tiene el 3.0 V6 del GL capaz de generar unos más que respetables 333 cv de potencia.


Una vez pasada la Ruta 8, desviamos el camino hacia la 81, con unos paisajes que parece mentira que estén tan cerca de la capital. Las sierras envuelven los angostos caminos de tierra, y una vez que el asfalto se termina arranca el ripio con unas superficies granizadas de piedras con un filo tal, que cortarían varios neumáticos. Por eso al final de la caravana de unos 20 vehículos, venía una C 180 Estate cargada con cauchos de repuesto.

Luego de serpentear las sierras por los caminos ondulados de Lavalleja, llegamos finalmente a la estancia La Manuela. Es un establecimiento privado, pero por la calidad del lugar y las vistas que ofrece, no me sorprendería que empezaran a trabajar como emprendimiento hotelero a pequeña escala. El casco principal está enclavado entre varios cerros, y sobre los fondos hay una cascada natural. No sé si ya les dije que estábamos a unos 100 kilómetros de Montevideo, nada más.


Al arribar fuimos bienvenidos por los dueños de casa y tras una rápida organización, partió el primer grupo rumbo a las sierras. No estaba previsto que fuera un ejercicio de off-road exigente, sino un paseo tranquilo por uno de los mejores paisajes que tenemos en nuestro país. Es más, muchos clientes fueron con sus familias. Lo último que queríamos era ver un SUV de 100 mil dólares enterrado hasta el eje con tres niños llorando a bordo.

El camino elegido era de trepada hasta una meseta, con diversos niveles de dificultad. Había algunos surcos marcados, pero en otros tramos se presentaba bastante rocoso y resbaladizo, producto de la lluvia caída el día anterior. En nuestro caso, seguíamos a bordo del GL 400, que era como meter una habitación en suite del Hilton entre medio de las chircas.


Mientras íbamos subiendo, la gente de Mercedes-Benz iba dando por handy instrucciones de cómo pasar los obstáculos a los clientes, muchos de ellos sin ninguna experiencia off-road. Algunos pedían más velocidad, pero esto era un ejercicio de paciencia y fineza, no de rapidez.

Todos los responsables de la marca, y quien les escribe teníamos un solo temor: el cliente que se había mandado la patriada de ir a la travesía con el GLA 45 AMG. Insólitamente, el crossover deportivo con sus cauchos 235/45 R19 pasó sin dramas. Y el ML 63 AMG, con la suspensión neumática podía elevarse como si anduviera sobre zancos.


"Nuestro" GL 400, en tanto, iba casi que a las risas, especialmente por los chistes internos que se hacían vía handy, incluidas un par de canciones de Santiago Chalar para amenizar el paseo. En total habremos pasado unos 20 minutos entre que fuimos al medio de la sierra (donde la cobertura de celular se había transformado un bien negociable para muchos) y volvimos a la estancia. Allí nos estaba esperando un mago que entretuvo a los invitados mientras en el fondo se preparaba lo que todos estábamos esperando: el asado.

A medida que el acto de prestidigitación se desarrollaba, otro grupo de clientes iba haciendo el mismo camino que había recorrido el primer grupo. El hambre entre los invitados soplaba tan fuerte como el viento serrano. El ilusionista terminó su presentación, y hasta él se fue directo a la parrilla a hacer fila.


Mientras unos GLE (ver lanzamiento) y GLE Coupé (ver lanzamiento) posaban impecables frente a las sierras, sin una mancha de barro, el GL 400 que nos llevó y trajo todo el día estaba hecho un dálmata. Lo mismo para un GLK 300 propiedad del dueño de la estancia que iba como un arriero guiando la caravana de estrellas.

Cuando todos ya estábamos en el casco de la estancia, era la hora de llenar nuestros tanques de combustible. Había pulpón, lechón, chorizos, mollejas, ensaladas varias y un buen vino tinto de regalo a cada cliente. Niños correteando, un simpático perro que se paseaba con un gran hueso entre sus dientes, y el resto de los invitados charlábamos al sol mientras degustábamos lo que había salido de la parrilla recién. Porque algunos también nos merecemos salir del escritorio, ¿no?









Galería: Off-Road Experience de Mercedes-Benz

Video: Off-Road Experience de Mercedes-Benz (1)