Probamos a la RAM Rampage: un carnero no es un Toro

lunes, 18 de marzo de 2024




Probamos a la primera pick-up regional de RAM a nivel global, la Rampage. Se trata de un producto que comparte mucho con su hermana de Fiat, la Toro, aunque con un planteo muy diferente desde la ingeniería, estética, posicionamiento y clientes a los que apunta. Pero antes del análisis, un adelanto de la evaluación.

Con el surgimiento de los grandes grupos automotrices, como lo es Stellantis, la creación y desarrollo de productos nuevos están ligados a la inevitable utilización de recursos existentes para maximizar los costos de producción, diseño e ingeniería en algún aspecto. Unos casos son en los que se crea un vehículo de cero, con una inversión monumental sin compartir nada con productos preexistentes.

Y por otro lado está el concepto de “badge engineering” cuando esos costos apremian y por otro lado muy distinto existe la ingeniería de producto en sí, que se encarga de desarrollar nuevos modelos con base de componentes ya estrenados con anterioridad o con una base completamente nueva. Esto es la mayoría de los casos en la industria mundial, en donde las marcas maximizan utilidades y reducen la inversión en desarrollo de cero de diversos componentes. El ejemplo es Stellantis mismo vendiendo a la Fiat Toro (ver prueba) como RAM 750 en los mercados latinoamericanos por fuera de Argentina, Brasil y Uruguay.


Pero no es el caso de la RAM Rampage (ver lanzamiento). Si bien su creación es una conjugación de muchos elementos combinados, dista muchísimo del concepto de producto que tiene la RAM 750. Porque si bien muchos pensarán -o creerán en base a prejuicios- que también es un producto nacido del “badge engineering” de Stellantis, la realidad es muy distinta. Hace algunos meses, en el marco de la presentación regional del modelo, Autoblog pudo conversar con Fábio Alves, brand manager de RAM para los mercados de América Latina y Central y comentaba lo siguiente al respecto (ver entrevista).

“Empezamos a pensar en Rampage justamente para acercar la marca a los clientes en la región. Es una solución para quien necesita manejar una pick-up en la ciudad, pero también si quiere pueda llevar todo lo que necesita cargar en la caja. Es un producto que está preparado para los desafíos diferentes de conducción. Y para eso, Estados Unidos tiene la tradición de desarrollar las grandes pick-ups y nosotros en América Latina, somos el mercado donde tenemos los pick-ups pequeños y medianos más importantes del mundo.”


Rampage es más que la primera incursión regional de RAM. Es también un producto que toma de varias vertientes del Grupo Stellantis para crear algo -casi- nuevo de cero. Es cierto, utiliza la plataforma FCA Small Wide, y la comparte con productos como Fiat Toro (ver lanzamiento), Jeep Renegade (ver lanzamiento), Compass (ver lanzamiento) y Commander (ver lanzamiento), con los que también convive en la línea de montaje de la planta brasileña de Pernambuco. Y sí, la RAM 750 también se produce allí.

Hay también mecánicas compartidas con estos productos y otros de Stellantis. Algunos elementos del interior incluso son los mismos. Pero sin dudas, RAM se encargó de darle una impronta propia, que pudimos ver en persona en un breve contacto en São Paulo (ver contacto) y un posicionamiento de precios que apunta a un cliente que ninguno de esos modelos anteriormente nombrados, está atendiendo el grupo. Ni siquiera -y en especial- Fiat Toro o RAM 750, dependiendo desde donde estés leyendo esto. Rampage busca ser una opción más aspiracional, equipada y de una calidad superior, para un cliente más exigente. Ahora llegó el turno de averiguar qué tan distinto es “un carnero de un Toro”, en su prueba completa.