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| Evaluamos a la segunda generación del Peugeot 208, en este caso en su versión producida en Argentina. |
En los primeros días de octubre de 2019, hice (sin saberlo por entonces) mi último viaje a Europa hasta el momento. Fue a Portugal, un país que desconocía por completo, pero al que siempre había tenido ganas de visitar. También iba con otras ganas: las de ver en persona y por primera vez, a la segunda generación del Peugeot 208 (ver nota). Ya en aquel momento, Autoblog había anunciado en primicia que el modelo llegaría por estas costas en el segundo semestre de 2020.
Aunque me resulte algo típico en este oficio, es muy loco poder probar un auto un año antes de que llegue a tu país. Pero es algo que en este mundo pandémico, resulta inviable por estas horas. Sin ir más lejos, hace un año que no voy a otras partes del planeta a hacer esto que hacía con bastante regularidad desde hace bastante tiempo. Solían ser viajes de largas distancia para pasar apenas unas horas con el producto, casi siempre en paisajes de ensueño que hoy solo se pueden disfrutar gracias a la tecnología y la fiebre que tengo por sacarle fotos a absolutamente todo.
La experiencia portuguesa con el 208 se resume en tres notas, el contacto con las versiones nafteras (ver contacto), la prueba breve con el e-208 100% eléctrico (ver contacto) y la entrevista al gerente de producto mundial del modelo (ver entrevista), Nicolas Bonnardon, que casi sin quererlo, en esa charla me confirmó en primicia que el 208 se iba a producir en Argentina para nuestra región. Mercí, Nico. Otro día les cuento el revuelo que armé en las oficinas de PSA Argentina con esa nota, desde un hotel en Lisboa a más de 9.500 km de distancia.
Con ese viaje, además, supe ser uno de los pocos periodistas latinoamericanos que manejó al nuevo 208 antes que nadie. Hoy todo parece muy lejano y es tan solo un recuerdo de lo que solían ser esos "test drives internacionales", mis eventos preferidos de todos los que supe ir a cubrir al extranjero y que ojalá, vuelvan pronto. Sí, confieso que estaban mejores que ir a los salones del automóvil. De esos extraño pocas cosas. Son eventos repletos de gente, agotadores y que no permiten ver nada en profundidad.
Hoy una pandemia nos aleja todo lo que está del otro lado del Atlántico. No solo a la hora de poder viajar y disfrutar países espectaculares como Portugal, sino también de poder recibir una mayor cantidad de productos que se producen en el viejo continente. Ese mismo 208 que manejé hace un año atrás, estaba previsto que llegara este mismo 2020. Sin embargo, su llegada se postergó hasta mediados de 2021, que es cuando comenzarán a venderse las variantes nafteras producidas en Europa, e incluyendo al e-208 eléctrico.
Mientras eso no sucede, y para no demorar más la llegada del modelo a este lado del mapa, es que Peugeot Uruguay decidió agilizar la comercialización del 208, aprovechando que el modelo ahora se produce en la región, más precisamente en Argentina. Tal y como monsieur Bonnardon me había contado por error (pero on the record, sorry) en un hotel boutique precioso en medio de un bosque cerca de Lisboa, en el pueblito costero de Comporta. El 20 de octubre de 2020, algo más de un año después, el 208 llegó a Uruguay (ver lanzamiento) y un 7 de noviembre, apenas un año y un mes después de manejarlo en Portugal, lo pude volver a ver en suelo uruguayo (ver apuntes del lanzamiento).
Pero este 208 argentino también se demoró un poco. Hoy también es lejano el recuerdo de casi ir a Buenos Aires a su presentación oficial allá por el mes de mayo y terminó siendo digital el 25 de agosto (ver nota). Iba a ser un evento con toda la importancia que se merece el regreso de la Serie 200 a la producción en ese país, tras haberse fabricado el anterior 208 (ver prueba) en Brasil. Esta segunda generación es relevante por varios aspectos. Es el estreno de la plataforma CMP a nivel regional y con ella, también se tuvieron que realizar una serie de adaptaciones para poder convivir en suelos bastante más exigentes que los que se encuentran en las calles y carreteras europeas.
Otro cambio es que el asiento trasero del 208 regional fue rediseñado por completo, para ofrecer un espacio más cómodo para los ocupantes traseros, sin sacrificar capacidad del baúl original. Otra buena noticia es que se aumentó la capacidad de 44 litros (Europa) a 47 litros (Argentina), por ende, tiene mayor autonomía que su homólogo europeo. Algo que en Autoblog supimos criticar en su hermano SUV, el nuevo 2008 europeo (ver prueba), que tiene un tanque más pequeño que el que se produce en el Mercosur (ver prueba), aún en la primera generación.
Por último, la suspensión, dirección y frenos fueron calibrados para soportar a los caminos del Mercosur. Todos los 208 regionales llevan frenos a disco delanteros y de tambores atrás. En Europa, las versiones de entrada a gama tienen la misma configuración, pero en motores con más de 100 cv de potencia tienen discos en las cuatro ruedas. Pero sí, lo que más llama la atención (e incluso le molesta) a muchos del modelo regional es que lleva al veterano motor naftero EC5 1.6 16v (115 cv y 152 Nm). Es que esperaban los mismos motores que tiene en Europa. Por mi parte espero que pueda volver al viejo continente pronto. Mientras espero y esperamos que todo esto pase, me pondré a escribir el test a este 208 regional. Para ver si Europa no está tan lejos (o si), como dice aquel tema de “Los Estómagos”. El análisis completo, en unos días más.
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