Pasando al sector trasero, no hay cambios radicales entre versiones 1.0 y 1.6, salvo la pérdida de la luz de techo posterior. En términos de habitabilidad, cuenta con un espacio correcto tanto a lo alto como ancho. No llega a ser justo, ni tampoco el más amplio de su categoría. Si bien una persona de 1,80 m con otra de la misma talla sentada adelante no llega a tocar con las piernas o la cabeza, la amplitud es la correcta para ir cómodos.
Al igual que sus rivales, la posibilidad de llevar a un tercer ocupante en la plaza central trasera es algo que deberemos tomar en cuenta solo para viajes cortos, en especial, porque el ancho de la plataforma no es tan generoso. Hay un mínimo falso túnel de transmisión así como un respaldo más angosto y duro. Pero para viajes de corta y media distancia no será algo problemático.
El baúl conserva los mismos 300 litros de capacidad, que en caso de no ser suficiente el volumen inicial, se lo puede ampliar hasta los 930 litros, pero no rebatiendo los respaldos traseros en proporción 60:40 como en los 1.6, sino que en los 1.0 se cuenta con un respaldo enterizo, tal y como pasaba en las versiones iniciales de los HB20 de primera generación. Otro "recorte" es que el 1.0 Comfort carece de luz de baúl, pero en el 1.0 Premium probado sí la tiene.
Por debajo de una alfombra (debe de ser el único aspecto mejorable en la calidad de todo el auto), encontramos el neumático de auxilio, que en este HB20 no es de la misma marca ni medida que los titulares. Mientras cuenta con unos neumáticos 185/60 R15 en las cuatro ruedas, en el baúl lleva una anémica Maxxis T125/80 D15, es decir, una "ruedita-galleta". Como siempre sucede en estos casos, Hyundai advierte que no se pueden superar los 80 km/h con ese neumático en uso.
Motor y transmisión
Si hasta acá veníamos jugando a encontrar "las siete diferencias", este apartado es el que mostrará las más grandes entre las variantes más potentes y esta evaluada. En términos mecánicos estas nuevas versiones llevan el motor 1.0 Kappa Flex de Hyundai-Kia. Es un impulsor tres cilindros, inyección indirecta, 12 válvulas y distribución CVVT. Tiene 998 cc de cilindrada, produce 80 cv de potencia a 6.000 rpm, así como un par motor de 102 Nm, presentes a las 4.500 vueltas. Va asociado a una caja manual de cinco relaciones.
Es un impulsor conocido de otros modelos del grupo surcoreano, siendo una versión mejorada del que probáramos hace un año en el Atos (
ver prueba). Además de la potencia, al ser un motor con tecnología Flex (puede funcionar a nafta o con etanol), suma un sistema de arranque en frío que Hyundai denomina E-start. Lo que hace el sistema es que cuando la temperatura del refrigerante del motor es muy baja y el porcentaje de etanol en el depósito de combustible es superior al 85%, la unidad de control de inyección electrónica del motor envía una señal de comando a la unidad de control para calentar el combustible en la tubería, provocando que en las regiones de los inyectores se caliente a una temperatura óptima. Esto hace que la vaporización tenga un mejor efecto, generando una mezcla de aire/combustible más homogénea con partículas más pequeñas que resultan en una combustión de mejor calidad y un arranque más rápido.
Más allá de este detalle específico y tan técnico que nadie notará en el día a día, el HB20 1.0 es muy superior a sus rivales en varios aspectos. Tiene un impulsor muy suave en su funcionamiento así como con un gran trabajo de insonorización hacia el habitáculo, no solo desde el punto de vista sonoro, sino también de vibraciones. En ralentí e incluso en las mañanas más frías, así como en movimiento, por debajo de las 5.000 rpm cuesta mucho darse cuenta que tipo de motor hay debajo de su capot. Incluso se lo presté a algunos amigos petrolheads sin decirles que era un tres cilindros y pensaron que tenía cuatro, hasta que les revelé el misterio. Es uno de los tricilíndricos menos vibradores que probé en mucho tiempo.
Pese a estos elogios, el comportamiento de este 1.0 es similar al visto en los otros productos que compiten con este Hyundai, como ser el Chevrolet Joy Hatch/Joy Plus (
ver prueba) o Renault Sandero (
ver prueba), que también utilizan la receta de poner un motor de un
citycar en un auto de segmento B, con la lógica de mover algo grande con una mecánica pequeña. Pero dentro de ese "lote", el Hyundai es el que se lo siente más brioso de todos, hay que decirlo también. Al igual que sus rivales, al tener una escasa cuota de agilidad en baja, sigue siendo una mecánica con su punto de rendimiento más dulce por encima de las 3.000-3.500 vueltas. Es de esos vehículos en donde la transmisión tiene que ser lo suficientemente corta como para exprimir al impulsor al máximo.
Y la elegida para este HB20 lo es. Pero la ingeniería tampoco hace milagros sobrenaturales. Se presenta como un vehículo ágil para el uso urbano, y es una clásica transmisión de Kia-Hyundai en su tacto, bien mecánico y agradable. Si bien tiene unas marchas cortas en las primeras tres relaciones y otras dos más largas que son las encargadas de relajar al 1.0 en la ruta, pero tampoco llegan a hacerlo trabajar a regímenes bajos. Es un motor que todo el tiempo tiene que ir "enroscado" para moverse con agilidad. Por lo menos lo hace con un reducido nivel sonoro y de vibraciones, cosa que no se puede decir de muchos impulsores de tres cilindros.
Pero una vez más, como pasa en sus rivales con mecánicas similares, una vez que la capacidad de pasajeros se completa, el impulsor ya no presenta la misma respuesta ni agilidad que en el tránsito urbano, y así como tampoco ante adelantamientos o recuperaciones de velocidad, como verán más adelante en el apartado dinámico y más cuando lo enfrentamos con los HB20 1.6, donde la diferencia es abismal. Es un mal endémico de todos los 1.0 atmosféricos del segmento B, que priorizan los consumos por sobre la agilidad y es algo que los clientes de este tipo de productos tienen que saber entender antes de decidir la compra.
Hyundai declara una velocidad máxima de 161 km/h, mientras que la aceleración de 0 a 100 km/h es de 14,5 segundos, prestaciones bastante modestas si lo comparamos con el 1.6 con caja manual, que homologa 185 km/h de final y una aceleración de 0 a 100 km/h es de 9,7 segundos. La marca surcoreana no divulga sus cifras oficiales de consumo para este 1.0, pero en los registros de prueba, obtuve 7,0 litros cada 100 km en ciudad, 5,3 l/100 km en ruta, y 6,2 litros cada 100 kilómetros en el ciclo combinado.
En comparación con el HB20 con caja manual y motor 1.6, en este 1.0 hubo una mínima variación en los consumos. Lo cual no habla solo de lo económico que es el 1.0, porque es obvio que lo iba a ser, sino de la excelente relación potencia/consumos que tiene el impulsor más grande. En aquella prueba 6,9 litros cada 100 km en ciudad, 5,3 l/100 km en ruta, y 6,4 litros cada 100 kilómetros en el ciclo combinado. El depósito de combustible lleva 55 litros de capacidad (excelente para la autonomía con el bajo consumo que tiene) y el peso en orden de marcha es de 1.010 kilogramos, es decir, 30 kg menos que en el Hatch 1.6 más equipado.
Comportamiento dinámico
En términos de chasis no hay nada que ya no se haya dicho en otras evaluaciones del HB20, porque en esta versión 1.0 hasta calza los mismos neumáticos (medida y marca) que los que llevaba el 1.6 Unique que manejé en agosto. El modelo siempre gozó de un buen equilibrio dinámico entre el confort de marcha en ciudad y la ruta. Es un producto muy cómodo de usar y su esquema de suspensiones filtran bien problemas como pozos, vías férreas o empedrados, asistido por un correcto despeje al suelo también, que no llega a ser exagerado como otros productos Mercosur, hay que decirlo. Y además, los neumáticos de 15 pulgadas llenan bien los pasarruedas.
La dirección en tanto, con asistencia eléctrica (antes hidráulica) es muy amigable para el uso en el ámbito urbano, presentándose cómoda en las maniobras de estacionamiento y siendo bastante directa cuando tomamos una curva veloz. A su vez, la visibilidad general de esta carrocería es muy buena y prácticamente esta carrocería (casi) no tiene puntos ciegos, ya que los pilares A no son tan gruesos, a diferencia de los C que restan bastante visual hacia atrás en los ¾ traseros a la hora de entrar en un cruce de calles, por ejemplo.
Como dije antes, la mecánica no es de las más ágiles del segmento y se pierde gran parte de la respuesta que llevan los 1.6. Este 1.0 cuenta con una configuración pensada para la vida en la ciudad como principal objetivo y en eso cumple con creces. Se lo percibe bastante correcto para el tránsito urbano en líneas generales, pero de todas formas no llega ni cerca al nivel de agilidad las versiones 1.6. El truco para no sentir tanto la diferencia de potencia, es llevar al motor a la mitad del tacómetro para obtener más agilidad, y aprovechar las tres primeras marchas que son bastante cortas. Ahí se torna en un vehículo práctico y brioso para moverse en la ciudad con comodidad. Y hasta diría que agradable de usar en ciudad.
A 70 km/h, el mil gira a unas 2.250 rpm en quinta y a 110 km/h el motor trabaja a 3.750 vueltas en 5ª, por lo que va bastante enroscado. Pedirle una sexta sería un abuso y una quinta más larga también, porque eso se traduciría en un andar todavía más aletargado. Está bien que las relaciones de caja sean cortas dado que es la única forma lógica de aprovechar al máximo un motor con un torque bastante magro y presente a altas vueltas. Además siendo que las vibraciones y la insonorización está bien conseguida, esto de tener un motor laburando en exceso, no me parece algo mal resuelto. Más cuando los consumos son tan reducidos.
Sin embargo, al igual que ya sucede con otros modelos que eligen un motor 1.0 atmosférico para mover una carrocería de segmento B, al salir a la ruta el impulsor juega un papel demasiado justo. Las recuperaciones tienen valores muy modestos, por decirlo de forma elegante. El punto de conflicto de la mecánica 1.0 de este HB20 se da cuando queremos recuperar velocidades, como puede ser en un adelantamiento rutero. Tomemos por ejemplo ir de 80 a 110 km/h. En 3ª nos tomará 7,26 segundos, en 4ª se va hasta los 8,25 y por último, en quinta, pasaremos a demorar unos eternos 15,77 segundos, siempre medidos en condiciones ideales de circulación (baúl vacío y solo el conductor a bordo).
¿En qué se traduce esto en el uso? En que se tendrá que hacer dos rebajes desde quinta marcha para poder realizar los adelantamientos con mayor seguridad. Este HB20 mil es un producto que aunque puede lidiar con el uso en ruta, tendrá que practicarse con más paciencia que otros usuarios y aprovechando la transmisión, que sabe ayudar al magro, pero económico, motor 1.0. A modo de comparación y para contrastar aún más las diferencias mecánicas entre los dos impulsores del HB20, para ir de 80 a 110 km/h, en la variante con transmisión automática con motor 1.6 tarda 6,21 segundos yendo de D6 a D3, mientras que el manual cumple el mismo sprint en 5,57 segundos en 3ª, 7,09 segundos en 4ª, 8,08 en 5ª y por último, unos más largos 12,77 segundos en 6ª. Hay un abismo de agilidad con el 1.0, no hay otra forma de decirlo.
Equipamiento
De las dos configuraciones con motor 1.0, primer nivel se denomina Comfort y está disponible solo en versión Hatch. Cuenta de serie con: pack eléctrico (levantavidrios delanteros y bloqueo), aire acondicionado, espejos retrovisores en color negro con regulación manual, tiradores de puerta exteriores en color negro, dirección electro-asistida, respaldo trasero rebatible 60:40, tapizados en tela, asiento del conductor regulable en altura, computadora de a bordo, sistema de audio blueAudio con AM/FM/MP3/Bluetooth/USB/Bluetooth y audio streaming, volante multifunción, dos parlantes, levantavidrio eléctrico para el conductor con sistema "one touch", y llantas de acero estampado sobre tazas plásticas "Speed" de 14 pulgadas sobre neumáticos en medida 175/70 R14.
El nivel Premium (que se ofrece en Hatch y Sedán), por su parte, suma o reemplaza sobre el Comfort: pack eléctrico (cuatro levantavidrios, espejos y bloqueo), sistema multimedia blueMedia3 con pantalla táctil de ocho pulgadas con AM/FM/MP3/Bluetooth/2USB/Bluetooth/Android Auto/Apple CarPlay y audio streaming, volante multifunción regulable en altura y profundidad, espejos retrovisores en color carrocería con luces de giro, tiradores de puerta exteriores en color carrocería, cámara de retroceso, encendido automático de luces, levantavidrios eléctricos delanteros y traseros con sistema "one touch" para conductor, apoyabrazos delantero, panel de instrumentos con display digital "Supervision Cluster Evolution", cuatro parlantes, alarma perimétrica, luz de baúl, apertura interna del depósito de combustible y del baúl (de baúl solo en HB20S), y llantas de aleación "Vulcan" de 15 pulgadas sobre neumáticos en medida 185/60 R15.
En ambos casos es una dotación lógica para el precio y segmento donde buscan participar. Sin embargo, esta versión probada, por ser la más completa de las dos, tiene algunos faltantes que se hacen sentir, como ser los faros antiniebla (delanteros y traseros), el sistema "one touch" en todas las ventanillas como en los 1.6 (en el 1.0 más completo es solo para el conductor), o el respaldo trasero 60:40. Son nimiedades, porque en líneas generales la configuración es, como dije, bastante lógica.
Seguridad
Acá tenemos luces y sombras. Por un lado hay que aplaudir de pie que Hyundai decidió dotar a todos los HB20 con controles de tracción y estabilidad (VSM), asistente de arranque en pendientes (HAC) y señalización de frenado de emergencia (ESS) de serie. Con esta incorporación, pasó a ser una de las pocas marcas generalistas que se puede sacar cartel de tener toda su gama con estos elementos de seguridad de serie. No muchas pueden colgarse hoy ese elogio. Bien por ellos, porque ahora tienen el auto con ESC de serie más accesible del mercado uruguayo.
Sin embargo, estas versiones 1.0 pierden frente a los 1.6 la posibilidad de tener airbags laterales delanteros, algo que en Brasil, por ejemplo, sí está en opción. Sería interesante que todos los HB20 pasaran a tener cuatro airbags de serie para complementar la buena decisión del ESC democrático. Ya pedirle airbags de cortinas es un poco más complicado, porque eso no se ofrece en ningún HB20 en ningún mercado. Es un gran faltante que el modelo tuvo desde sus orígenes. Ojalá lo corrijan pronto.
Otro correctivo que tiene que hacer (y urgente) Hyundai do Brasil es en términos de conformidad de producción. Porque
Latin NCAP, el organismo independiente de evaluaciones de seguridad, realizó la prueba de auditoría al Hyundai HB20 y el resultado muestra que el modelo ofreció una protección inferior en el pecho del ocupante adulto que en el test original, superando por poco los límites biomecánicos máximos permitidos para el cuerpo en la prueba de impacto lateral (ver nota).
Durante el impacto lateral el pecho del dummy adulto ofreció protección pobre (color rojo), presentando valores que superan el límite biomecánico permitido por Latin NCAP. Según el protocolo de Latin NCAP 2016-2019, bajo el cual se evaluó el vehículo, una zona crítica del cuerpo con color rojo limita el resultado a no más de una estrella. En consecuencia, la calificación para el Hyundai HB20 es de una estrella para ocupante adulto (tenía cuatro antes) y tres estrellas para ocupante infantil (esto se mantuvo).
Respecto a las diferencias encontradas en el rendimiento de los HB20 probados en 2019 y el auditado en 2020, Latin NCAP no encontró diferencias en la construcción de ambos vehículos sino en sus desempeños. De hecho, la deformación de la estructura se ve igual, con similar deformación interna y puntos de impacto similares en el dummy. Notaron una desaceleración diferente en las mismas condiciones de prueba y un comportamiento ligeramente diferente en el panel interno de las puertas durante el choque.
Los sistemas de seguridad no deben mostrar estas variaciones de una prueba a otra. Esta situación plantea serias dudas sobre la estrategia de los sistemas de retención de impacto lateral de Hyundai. Latin NCAP le consultó a Hyundai si podían explicar las diferencias de rendimiento y también alentó a Hyundai a mejorar el vehículo auditado y a desarrollar un enfoque de seguridad más robusto para el sistema ya existente en el modelo. Al momento de la publicación, Hyundai aún no ha reaccionado a los comentarios de Latin NCAP.
Precio, garantía y competidores
La oferta de los HB20 y HB20S es muy variada: son 15 versiones en total. Como esta evaluación comprende a la carrocería bicuerpo y de motor 1.0, para no marearlos, solo hablaré de esta variante. La gama del HB20 1.0 arranca con el nivel Comfort 1.0 M/T a U$S 13.990 (como reza el innecesario ploteo abusivo de la unidad probada), le sigue el Premium M/T a U$S 15.990. En todos los casos la garantía es de 5 años sin límite de kilometraje, la más extensa del segmento por lejos.
Conclusión
En la conclusión del test del HB20 de segunda generación, comenté que el modelo había tenido una gran cantidad de mejoras en términos de calidad, confort y seguridad. Estas nuevas versiones 1.0 toman lo mejor de los niveles 1.6 y lo acercan a una mayor cantidad de consumidores. Bajar de los U$S 18.490 a U$S 13.990 como primer precio de entrada a una gama, muestra a las claras las intenciones de Hyundai de volcarse de lleno al volumen e intentar pelear el top 3 del segmento B generalista.
Este HB20 1.0 ahora se muestra como una oferta lógica para esos clientes que quieran tener su primer 0km, así como abrirle las puertas también a un consumidor que antes no podía acceder a la marca por tener una barrera de entrada que quedaba algo lejana para su bolsillo, pero que no quería resignar en espacio yéndose a un segmento A, con un habitáculo más pequeño y una dinámica más limitada al uso urbano. Es más, durante los días de evaluación fui casi que un buzón de consultas de usuarios de citycars en estacionamientos y en la calle mismo. O también vía correo. Hyundai apunta a esos clientes y este HB20 es un producto superior a cualquier citycar actual. Por eso es lógico que este sea su 0km aspiracional y sin dudas representa un avance en términos de confort y seguridad frente a esos.
Pero también es una respuesta clara a la dupla de los Chevrolet Joy y Joy Plus con motor 1.0 o al Sandero 1.0 aunque sus ventas no reflejan un volumen que pueda justificar tomarlo en cuenta como rival a batir. Pierde incluso frente al Kwid (
ver prueba) dentro de la propia gama Renault. Eso sí, todos estos productos sufren de las mismas falencias mecánicas que tienen esos productos con impulsores dignos de
citycar para poder salir a pelear un mercado con precios de batalla. Son sub-compactos con motorizaciones muy frugales, pero también demasiado escasas en términos de potencia y torque, a la hora de buscarle prestaciones y agilidad. Si esto no es un factor determinante de compra, son autos muy lógicos en términos de costos de mantenimiento y consumos. Y este HB20 no escapa a esa norma.
Hyundai ahora tiene un abanico amplísimo de opciones en el HB20. Pero también pasó a ser el auto con ESC más accesible del mercado uruguayo. No es menor. Es cierto que tienen que solucionar el papelón ante la evaluación Latin NCAP y que a nivel mecánico este 1.0 sufra de lo mismo que otros rivales. Pero viendo el vaso medio lleno, hace seis meses, comprarse un 0km por menos de U$S 14.000 con controles de tracción y estabilidad de serie, era insólito. Ahora Hyundai logró ponerlo al alcance de una mayor cantidad de consumidores sin importar el modelo. Y creo que la democratización de la seguridad, sin dudas es siempre algo que desde Autoblog vamos a aplaudir. Por eso dentro del grupo de los autos más accesibles del mercado local, este HB20 1.0 también es es la compra más lógica que existe.