Contacto: Mitsubishi L200 2.4 High Power Di-D GLS 4x4 A/T

jueves, 16 de enero de 2020



Probamos a la Mitsubishi L200 una vez más, en este caso con la excusa de la actualización de su quinta generación.
Con motivo de su última actualización, evaluamos a la quinta generación de la Mitsubishi L200. Nos subimos a la variante más equipada, la GLS 4x4 asociada al impulsor más potente de la gama, un 2.4 High Power Di-D turbodiesel con 178 cv de potencia y transmisión automática secuencial de sexta.

Si bien en la historia del segmento de las pick-ups medianas se suele hablar de la Toyota Hilux como la más longeva, otras marcas también tienen un "árbol genealógico" con raíces bastante profundas. Mitsubishi con su L200 es uno de esos casos, ya que hace 42 años que este producto camina sobre la Tierra. No repasaré todo su linaje, porque eso ya fue realizado en su momento con la prueba de la quinta generación de este modelo (ver prueba).

Así que ahora, con la actualización de la última generación, es que retomamos el libro de historia, pero en sus páginas más recientes. La renovación de la L200 actual -lanzada en 2015- ya tiene un año de vigencia. Fue lanzada en Tailandia a finales de 2018 (ver nota). Los mayores cambios se aprecian a nivel estético, en especial en el frontal, donde se aprecia una imagen similar a estrenada hace algunos años atrás en el Eclipse Cross (ver prueba), con el nuevo lenguaje de diseño de la marca nipona, llamado "Dynamic Shield".


Más allá de las novedades estéticas y de equipamientos que detallaré en el informe, las L200 ahora recibieron mejoras a nivel mecánico también. Las transmisiones de las variantes turbodiesel pasaron a ser todas de seis velocidades, tanto en las versiones manuales como automáticas. En relación a todos los impulsores, naftero y gasoleros, y aumentaron su torque en los diesel, que pasaron de 2.5 a 2.4 litros: 5 Nm (207 Nm) para el 2.4 MPI de 130 cv, 10 Nm extra (324 Nm) en la 2.4 turbodiesel de 134 cv y por último, el 2.4 High Power de 178 cv de potencia, tuvo un incremento de 30 Nm, para llegar a unos interesantes 430 Nm.

En diciembre de 2019 llegó a nuestro mercado (ver lanzamiento) importada desde la planta de Laem Chabang, en Tailandia con cuatro versiones (2.4 MPI GL 4x4 M/T, 2.4 Di-D GLX Hi-Rider 4x2 M/T, 2.4 Di-D GLS 4x4 M/T y 2.4 High Power Di-D GLS 4x4 A/T), una mecánica naftera 2.4 de 130 cv, y dos turbodiesel 2.5 DI-D de 134 y 178 cv de potencia, tracción 4x2 y 4x4, acopladas a transmisiones manuales de cinco (nafta) o seis relaciones (turbodiesel) y automática de sexta (turbodiesel). Los precios van entre los U$S 34.990 del nivel más accesible y los U$S 66.990 de la versión más equipada, que es la que Autoblog evaluó hace algunas semanas atrás.


Exterior

Desde la cuarta generación en adelante, la Mitsubishi L200 viene siendo la pick-up mediana que más juega con el diseño. En un segmento donde se tiende a ser más bien conservador en términos de estilo, los japoneses no apelan a un estilo rectilíneo, conservador y por qué no decirlo, aburrido. Con la actualización de esta quinta generación, llevaron este concepto un poco más allá y ahora adoptaron el lenguaje de diseño de todos los modelos de la marca, llamado "Dynamic Shield", que según Mitsubishi, se inspira en los cascos de los guerreros samurái.

Los mayores cambios se aprecian a nivel estético, en especial en el frontal, donde se aprecia una imagen más robusta, con líneas más rectas y más cercana a lo que se encuentra en modelos como el Eclipse Cross, Montero Sport y Outlander, por ejemplo. Acá destacan los grupos ópticos con luces LED más pequeños que antes. Además, dispone de una nueva parrilla con barras horizontales en oposición a las verticales del modelo anterior.


Esta versión tope de gama GLS 4x4 A/T se distingue por llevar grupos ópticos que pasaron a ser de Xenón HID a unos más modernos con tecnología LED y firma lumínica para las luces diurnas. En el paragolpes lleva ahora las luces de giro, así como los faros antiniebla delanteros (tiene también uno trasero). También Mitsubishi "aflojó" un poco con el abuso de cromados en la carrocería para diferenciar a esta versión GLS de las GL y GLX. Es un cambio bienvenido por un más discreto gris satinado.

Otra forma de diferenciar a esta variante de las menos equipadas, es que cuenta con unas atractivas llantas de aleación diamantadas (justo, en una marca cuyo logo y nombre significa "tres diamantes") de 18 pulgadas. En la unidad de pruebas iban montadas sobre neumáticos Dunlop AT20 Grandtrek de uso mixto en medida 265/60 R18. Antes esta versión utilizaba unos 245/65 R17, tamaño que ahora pasó a llevar solo el nivel GLS M/T.


En el sector posterior los cambios son menores frente a la versión anterior, sumando ahora nuevas ópticas con luces de posición LED en este nivel GLS con caja automática y volaron los tres diamantes para pasar a ocupar su lugar en el portón de caja el nombre entero de la marca. Cambió también el tirador del portón de caja que ahora integra la cámara de retroceso - ahora disponible desde el nivel GLS 4x4 M/T en adelante-, pero no unos aún más útiles sensores de estacionamiento traseros. Un faltante poco lógico en un vehículo de casi 67 mil dólares.

Tampoco tiene sensores delanteros y para serles francos, se los precisa a ambos para mover un vehículo que tiene las siguientes cotas: 5.220 mm de largo, 1.815 mm de ancho, 1.795 mm de alto y una distancia entre ejes de 3.000 milímetros. Frente a la versión anterior, creció 20 mm a lo largo por los nuevos paragolpes y 15 a lo alto producto de los neumáticos más grandes. Ancho y batalla se mantuvieron sin cambios.


Interior

Con un par de cambios aquí y allá que ahora veremos en detalle, al igual que otros modelos de Mitsubishi, la New L200 sigue en su interior una receta muy nipona. La calidad es intachable, con encastres perfectos y con una apariencia de solidez por donde se la mire.

Pero los materiales no son los más refinados en comparación con sus rivales. Todo luce opaco y negro, sin jugársela mucho. De todas formas, es de esperar que en 10 años, todo siga funcionando y sin grillitos. Lo mejor de todo: las dos levas de cambio que van integradas a la columna de dirección y que son de magnesio "posta".


Los elementos novedosos de la actualización vienen de la mano de un nuevo volante multifunción con cuatro radios así como también un nuevo sistema multimedia. Sigue siendo una pantalla de 6,1 pulgadas con AM/FM/CD/Aux-In/USB/Bluetooth, que aunque ahora no tiene un marco tan grueso como antes, adoptando la ya vista en los Eclipse Cross, por ejemplo.

Tiene una interfaz sencilla de usar mediante comandos vocales, pero otras más simples como cambiar una frecuencia de radio llevan un poco más de trabajo. Carece de compatibilidad con Android Auto o Apple CarPlay, así como de un navegador integrado. Todas sus rivales ofrecen una de estas funcionalidades al menos e incluso hay algunas con ambas.


Por el resto, la L200 mantiene una posición de manejo que no varía. Permite viajar muy alto, incluso en el punto más bajo de la butaca, como en toda pick-up de este segmento, aunque de todas formas la postura que se logra sigue siendo muy cómoda.

La butaca del conductor es bastante ancha y tiene regulaciones eléctricas en altura, longitudinal y del respaldo para este nivel GLS A/T, pero le quedaría en el debe un ajuste lumbar. El volante, en tanto, se regula tanto en altura como en profundidad. Otro cambio es el instrumental, que mantiene su información, pero cambia su estética, siendo similar al de los Eclipse Cross.


Si pasamos a las plazas traseras hay espacio para dos personas de 1,80 m en promedio, mientras que un tercer ocupante irá bien, aunque algo más justo que a lo ancho que el resto. El túnel central no llega a molestar a la altura de los pies porque es bastante plano, aunque por allí pasa el eje de transmisión.

En este sentido Mitsubishi lo supo solucionarlo mejor que algunos rivales. El respaldo no es tan recto ni duro como en otras pick-ups, y por todo esto gana algunos puntos en materia de habitabilidad, siendo en líneas generales una de las más cómodas del segmento para pasajeros adultos. Además en esta actualización ganó salidas de aire posteriores, ubicadas en el techo, que además cuentan con forzador propio, así que es casi como tener un equipo de aire acondicionado independiente.


Si pasamos a la caja de carga, la L200 tiene una superficie con 1.520 mm de largo, 1.470 milímetros de ancho y un alto de 0.475 mm. Mitsubishi declara una capacidad de carga de 1.000 kg (entre las tope de gama es de las más generosas) y un volumen de 1.061 litros, teniendo cotas similares a las de otras rivales del segmento. En las otras versiones de esta pick-up la capacidad de carga es mayor: 1.045 kg (GL 4x4) y 1.035 kg (GLX Hi-Rider 4x2).

El espacio de cargas tiene cuatro anillas de carga internAs, aunque no cuenta con ningún aplique para amarrar la carga por fuera. A su vez, es la única del mercado en ofrecer de serie cobertor de caja, siendo un accesorio que en otras marcas se paga aparte. Lo único que le falta es una luz de caja para trabajar en la noche. Al ser una pick-up, el auxilio va ubicado por debajo de la caja y es idéntico a los titulares, incluso con una llanta de aleación. Bien por no poner un temporario, Mitsubishi. Al resto de las marcas, a copiar ese ejemplo.


Motor y transmisión

Al igual que hace tres años atrás, me volvió a tocar en suerte probar la L200 con la mecánica más potente de las tres que se venden en Uruguay, solo que ahora el motor es 4N15, en reemplazo del 4D56. Este 2.4 DI-D High Power tiene 2.442 cc de cilindrada, inyección directa common rail (DI-D), turbo de geometría variable e intercooler, y 16 válvulas. Es capaz de producir 178 cv de potencia a 3.500 rpm y un torque máximo de 430 Nm a las 2.500 vueltas.

La única transmisión disponible para este motor es una automática secuencial de seis velocidades con levas de cambio al volante. No se ofrece con caja manual en esta mecánica. Para eso, hay que "bajar" al mismo 4N15 2.4, pero con 134 cv y 324 Nm. Sería interesante que el motor evaluado ofrezca una versión manual.


En comparación con la mecánica anterior, ahora la potencia máxima se expresa a 500 rpm menos, mientras que el torque, que aumentó en 30 Nm, ahora el valor aparece 500 vueltas más arriba que antes. El resultado que otorga ese matrimonio es uno de los mejores combos mecánicos gasoleros de las pick-ups medianas actuales.

El nuevo 2.4 empuja de forma casi tan pareja como los impulsores más grandes de este segmento, y por encima de las 1.800 rpm, todavía más. Es bastante silencioso en el andar (al menos por debajo de las 3.500 vueltas) y en ralentí transmite algunas vibraciones provenientes del motor, pero se amainan una vez que toma temperatura. En comparación con el 2.5 que reemplazó, se lo percibe más refinado y suave en su accionar.


Algo que quiero destacar de este conjunto mecánico es que es una de las pocas pick-ups en las que se puede escuchar bien nítido el silbido de la válvula de descarga del turbo cuando levantamos el pie del acelerador, algo que para los más petrolheads será bastante estimulante. Lo otro es la posibilidad de pasar los cambios desde las levas al volante de una caja que es secuencial de verdad, no secuencial "a lo marketing", incorporando ahora una sexta relación que durante la evaluación de la versión previa se lo reclamé y ahora por suerte Mitsubishi sumó. No porque sus ingenieros lean Autoblog, pero se agradece igual.

Más allá de ser una caja eficiente, rápida no lo es tampoco. Esta transmisión, bastante suave dicho sea de paso, tiene un convertidor de par como cualquier otra del segmento. Pero al igual que en la S10 (ver prueba) de Chevrolet o la Ranger Limited de Ford (ver contacto), en la L200 se puede sostener la marcha en lo más alto del rango de revoluciones, algo ideal para el off-road. Permite subir o bajar tanto desde las levas como también desde el propio selector. Pese a que es bienvenida la marcha extra, Nissan sube el escalón con la Frontier a siete y por último tenemos a Volkswagen con su Amarok de ocho marchas. Eso sí, igual ninguna tiene esas hermosas levas de magnesio que trae la L200 y las prefiero a unas relaciones más de caja.


Mitsubishi no declara prestaciones de ningún tipo para la L200, en lo que respecta a aceleración o consumo de combustible, pero sí de velocidad final que es de 175 km/h. Yendo a los números fríos, fueron correctos y hasta me atrevería a decir, están entre los más bajos del segmento de las medianas gasoleras: en el ciclo urbano esta GLS 4x4 A/T dio como mejor cifra unos 9,8 litros cada 100 kilómetros, en ruta bajó a 7,3 l/100 km, mientras que en el combinado conseguí sacarle 8,5 litros cada 100 km. 

Los números de consumo en comparación con la variante anterior con el impulsor 2.5, pero con una marcha menos en la transmisión, fueron superiores y termina pesando bastante la relación extra en este sentido: 11,8 litros cada 100 kilómetros en ciudad, 8,6 l/100 km en ruta, y 10,2 litros/100 km en mixto. Al igual que antes, tiene un generoso tanque de 75 litros de capacidad, mientras que el peso en orden de marcha declarado por fábrica es de 1.925 kg, que son 75 kilogramos más que su antecesor.


Comportamiento dinámico

La L200 mantuvo un esquema de suspensiones similar al de sus rivales, siendo un producto cómodo en el uso urbano. Se la puede usar tanto como una herramienta de trabajo, porque sus huesos fueron diseñados para eso, pero como vehículo pensado para moverse con suavidad en la urbe también sirve. Claro, hay que darse cuenta que no es un citycar y que muchas veces sus dimensiones nos pasarán factura a la hora de querer estacionarla o escabullirse entre el tránsito.

De todas formas Mitsubishi hace alarde de tener el mejor radio de giro del segmento, con 5,9 metros. Ya que la menciono, la dirección cuenta con asistencia hidráulica, no eléctrica como algunas rivales, pero de todas formas es muy amigable de usar y tampoco se la siente tan pesada cuando estemos metiendo manos para volantear, por ejemplo, en un campo. Si un día de estos me pongo a juntar firmas para que las pick-ups sigan teniendo dirección hidráulica, espero su apoyo, queridos lectores.


El mayor cambio respecto a la anterior L200 evaluada es que los neumáticos son un poco mayores, y la ya mencionada sexta marcha de la transmisión. Son diferencias bastante pequeñas como para que el resultado varíe tanto entre ambos productos. Mitsubishi mantuvo casi sin novedades una mecánica que tiene respuesta de sobra para moverse en el tránsito, con el 2.4 funcionando con soltura en combinación con la caja automática. A 70 km/h este gasolero se mueve a apenas 1.300 vueltas con la transmisión en D5. Antes, con la caja de quinta, iba al mismo régimen en la misma marcha y velocidad.

Algo que se mantuvo y que ahora con los neumáticos de 18 pulgadas es que en el uso urbano es que el eje trasero suele ser bastante más seco y rebotón que la de algunas rivales cuando viajamos con la caja descargada. Para que se hagan una idea en dónde se sitúa, es más dura que una S10 o Frontier, y pero un poco menos que Ranger o Hilux. Más allá de algunos casos puntuales como cuando transitamos sobre calles empedradas o vías ferroviarias, en líneas generales es una pick-up bastante cómoda, aunque no llega a los niveles de la Volkswagen Amarok, que es la referencia en este sentido.


Si nos vamos a la ruta, una vez más entenderemos a los dueños de estos vehículos que las defienden a capa y espada como herramientas ideales para cubrir largas distancias con mucho confort. Las butacas son muy cómodas, el aislamiento eólico y de rodamientos es correcto, mientras que el motor es el perfecto aliado para hacer muchos kilómetros sin que el bolsillo duela. Es una de esas pick-ups con las que no molesta irse bien, bien lejos de la ciudad durante varias horas al volante.

El 2.4, en tanto viaja a 110 km/h viaja en D6 descansando a unas 1.700 rpm (antes D5 a 2.100 rpm con la caja automática de quinta) demostrando que con una caja de sexta este motor podía ir incluso todavía más relajado que en la versión anterior, mejorando apenas los consumos también. Mitsubishi logra tener un gran conjunto mecánico en esta L200 y ahora con los ligeros updates, se sitúa entre uno de los mejores del segmento, pese a que todavía está muy lejos de los más potentes por sus 178 cv. Incluso las recuperaciones de velocidad son buenas. Pasa de 80 a 110 km/h en 6,1 segundos.


Las capacidades para moverse lejos del asfalto son excelentes. Y después de una paliza en la arena, con varios saltos (como el de la foto de portada) así como también algunas trepadas a médanos con raíces de pinos, la L200 no hizo ni una sola queja al maltrato y en esto queda bastante pareja con la competencia. Pero en donde Mitsubishi saca una ventaja clara sobre los rivales es en su sistema de tracción.

Mientras algunas como S10, Ranger, Frontier, Hilux, Amarok manuales gasoleras, y BT-50 tienen un sistema 4x4 tradicional, es decir, que tiene 4x2, 4x4 alta y baja, y otras como la Amarok automática tienen un sistema integral permanente con diferencial central que reparte el par y la potencia a demanda, la L200 se vale de un sistema llamado Super Select 4WD-II que logra combinar las funciones de esos dos tipos de tracción en uno solo, algo único en el segmento y que tomó prestado de los míticos Montero.


Este sistema tiene cuatro modos: 2H, 4H, 4HLc y 4LLc. Paso a explicar cada uno. El primero es tracción simple al eje trasero, nada nuevo en eso. 4H, en tanto, es un 4x4 inteligente que permite ser usado en todo tipo de terrenos, incluso en asfalto. Va repartiendo potencia y par de forma automática a ambos ejes dependiendo de las condiciones del camino. Para pasar de 2H a 4H se puede hacer en movimiento hasta una velocidad máxima de 100 km/h.

Pero también, como dije más arriba, tiene un diferencial central de deslizamiento limitado, que permite trabajar tanto con alta como baja. Cuando las condiciones se vuelvan más severas, la L200 permite bloquearlo mediante la selección de 4HLc para terrenos complicados (para circular hasta 30 km/h) y todavía tiene una función más, que es la la selección de 4LLc para terrenos con barro y nieve (para circular debajo de los 30 km/h) que conecta la reductora y reduce el giro de las ruedas para obtener mayor tracción. Eso sí, carece de bloqueo del diferencial trasero, que sí ofrecen algunos rivales.


A su vez, ese diferencial central de deslizamiento limitado es del tipo híbrido, como le denomina Mitsubishi. Se lo llama así porque combina engranajes helicoidales de detección del par motor con un acoplamiento viscoso de detección de la velocidad para conseguir un mejor agarre sobre superficies resbaladizas y abruptas. Al igual que en otras pick-ups, para conectar o desconectar el diferencial hay que hacerlo siempre con el vehículo detenido, y a su vez, un mecanismo de escape del embrague interno que previene la pérdida del par motor si una de las ruedas comienza a patinar, por ejemplo, en el barro. 

Ya para ir cerrando, para esta actualización, sumó el modo "off-road" que mejora la tracción al circular fuera del asfalto seleccionando las opciones Grava (Gravel), Barro/Nieve (Mud/snow), Arena (Sand) o Roca (Rock). Basta con pulsar el selector de modos de conducción, hasta que aparezca el modo adecuado en el display informativo del cuadro de instrumentos. Pasado a criollo: si alguien entierra una L200, es porque necesita urgente clases de manejo off-road. Dejé lo más aburrido para el final, números: 31º de ángulo de ataque, 28º de ángulo de salida, 26º de ángulo ventral, y 45º de inclinación. El despeje al suelo, en tanto, es de 220 milímetros, 15 más que antes como consecuencia de los nuevos neumáticos.


Equipamiento

La GLS A/T evaluada es las más equipada de las L200. Lleva de serie toda esta dotación: pack eléctrico (cuatro levantavidrios, espejos, y bloqueo), apertura interna del depósito de combustible, faros antiniebla delanteros, control de velocidad crucero, volante y selector de cambios en cuero, encendido/apagado por botón, sistema de llave manos libres (KOS), computadora de a bordo, cámara de retroceso, sistema multimedia Mitsubishi Multi Entertainment System (MMES) con pantalla táctil de 6,1 pulgadas con AM/FM/CD/Aux-In/USB/Bluetooth y comandos vocales, seis parlantes, seis parlantes, climatizador automático de dos zonas con salidas de aire para las plazas traseras, tiradores de puertas, parrilla, y espejos retrovisores con luz de giro cromados, retrovisores con función de plegado eléctrico, paragolpes trasero plateado y delantero en color de la carrocería, diferencial central autoblocante (LSD), faros antiniebla delanteros y trasero, control de velocidad crucero, cámara de retroceso, sensores de lluvia y luces, tapizados en cuero, volante multifunción en cuero con regulación en altura y profundidad con levas de cambio, faros delanteros full LED con luces diurnas LED, luces traseras de posición LED, espejo retrovisor interior con anti-encandilamiento automático, Off-Road Mode con cuatro modos de conducción (Grava, Barro/Nieve, Arena o Roca), y llantas de aleación de 18 pulgadas sobre neumáticos en medida 265/60 R18.


La dotación es correcta si repasamos que tiene lo necesario para ser una pick-up tope de gama. Pero si la comparamos con lo que ofrecen las variantes equivalentes de la competencia, a la L200 le empiezan a faltar algunos elementos que por los U$S 66.990 que vale ya deberían estar presentes. Es más, incluso es muy llamativa la cantidad de botones ciegos que tiene en el interior siendo la versión más completa que se vende en Uruguay. Y en especial lo digo por los que están en la parte baja de la consola central. No hay uno solo que no sea ciego. Ahí en otros mercados van todas estas funciones: alerta de punto ciego, sensores de estacionamiento, sistema Start&Stop, y el comando del bloqueo de diferencial trasero. Aún así, siguen quedando dos teclas anuladas.

Más allá de eso, a esta GLS A/T le faltaría una regulación lumbar eléctrica para la butaca del conductor, navegador (esto es porque Mitsubishi Japón no tiene homologados mapas de Uruguay), sistema de "un toque" para todas las ventanillas, compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay, luz de caja, bloqueo del diferencial trasero, y sensores de estacionamiento, al menos en el paragolpes trasero. Ya hay incluso algunas competidoras que tienen adelante y atrás, que son en algunos casos más prácticos que una cámara de retroceso.


Seguridad

Acá es donde la L200 entra en un terreno bastante escabroso. En la anterior era inentendible que tuviera un faltante tan grande como los controles de tracción y estabilidad hasta en la versión más cara de todas. Ahora con la actualización, esa variante sumó controles de estabilidad (ASTC) y tracción off-road (TA), asistente de arranque en pendientes (HAC), asistente de descenso de pendientes (DAC), y control de balanceo de trailer (TSA).

Los controles de tracción y estabilidad, por su parte, permiten desactivar (de forma parcial, aunque el testigo indique lo contrario) al sistema ASC, manteniendo pulsado el botón situado a la izquierda del volante, durante más de 3 segundos. Si lo presionamos sin mantenerlo apretado, desactivaremos solo el control de tracción. El accionar del sistema es bastante intrusivo cuando está conectado, frenando con brusquedad las ruedas que estén perdiendo adherencia. Ahora en esta versión GLS A/T sumó el asistente de descenso de pendientes (DAC), que aplica los frenos manteniendo una velocidad constante al bajar pendientes pronunciadas. El sistema puede activarse entre 2 y 20 km/h.


La anterior L200 tampoco tenía anclajes para sillas infantiles de serie y ahora los sumó para todas las versiones. Además, en esta GLS A/T, ahora tiene discos delanteros de mayor tamaño (320 mm de diámetro), ventilados y con pinzas de doble pistón. Todo eso es bienvenido, no hace falta decirlo. Pero más allá de esto, ahora es donde arranca el "show de los reclamos", porque en un vehículo de 2020, si todavía tenemos que estar debatiendo la seguridad disponible que ofrece, estamos ante un problema.

No todas las L200 tienen todos esos sistemas de seguridad pasiva, solo la más cara. Tampoco todas tienen airbags laterales delanteros, de cortinas, y de rodillas para conductor como la evaluada. Las más básicas tienen solo los dos delanteros frontales requeridos por ley. Y con esta actualización, en otros mercados sumó en opción muchas asistencias a la seguridad: frenado autónomo de emergencia, alerta de punto ciego y de tráfico cruzado. En Uruguay ni siquiera están disponibles. Una lástima perdernos eso de este lado del mapa.


Por último, Latin NCAP evaluó en 2019 a la L200 (sin airbags) con una puntuación de cero estrellas para adultos y una estructura calificada como "inestable e incapaz de soportar mayores cargas." (ver nota). Mitsubishi Uruguay respondió a esto con un comunicado aclarando que en nuestro mercado el modelo ofrece un mejor equipamiento de seguridad (ver nota) y que "todos los productos comercializados actualmente por Mitsubishi Motors en nuestro país cumplen integralmente con todos los requisitos, normativas y disposiciones vigentes en términos de seguridad vial."

Entiendo la aclaración del importador local, pero el problema del modelo yace en que su estructura calificada como "inestable e incapaz de soportar mayores cargas." Esto es un problema que no se soluciona mediante dos, cuatro o siete airbags como es el caso de la L200. Y esto lo digo porque en el reporte de Latin NCAP se complementa la información con esto: "las rodillas del conductor y del acompañante ofrecieron protección marginal, ya que están expuestas a alcanzar estructuras peligrosas detrás del tablero (...) La zona del área de los pies fue considerada como inestable." A su vez, días más tarde, el organismo independiente respondió al comunicado con una frase lapidaria: "dicho equipamiento no permitiría un resultado de más de tres estrellas y, a partir de 2020, probablemente de no más de dos estrellas".


Precio, garantía y competidores

La L200 probada se comercializa en Uruguay a un precio de U$S 66.990 y con una garantía de 3 años o 100.000 kilómetros. Si consideramos que es el nivel más "caro" y equipado de su gama, tiene un valor bastante coherente en relación a la competencia, en donde las versiones tope se van siempre por encima de los 70 mil dólares. Sí, a ustedes les hablo, Amarok V6 y a la mayoría de las Hilux tope de gama. Eso sí, en comparación con la anterior L200, el incremento que tuvo la actualización fue de U$S 10.000. Saladito.

Los rivales de esta Mitsubishi son los siguientes: Chevrolet S10 High Country 2.8 CTDI 4x4 A/T (U$S 63.390), Ford Ranger Limited 3.2 TDCi 4x4 Cabina Doble A/T (U$S 69.990), Mazda BT-50 3.2 MZ-CD eTGV 4x4 A/T (U$S 59.990), Nissan Frontier C/D LE 4x4 2.5 DDTTi High Power A/T (U$S 59.158), Nissan Frontier C/D LE X-Gear 4x4 2.5 DDTTi High Power A/T (U$S 60.988), Toyota Hilux Cabina Doble 2.8 D-4D SRV 4x4 A/T (U$S 64.990), Toyota Hilux Cabina Doble 2.8 D-4D SRV Plus 4x4 A/T (U$S 72.990), Toyota Hilux Cabina Doble 2.8 D-4D GR-Sport 4x4 A/T (U$S 75.990), Volkswagen Amarok 2.0 TDI Highline 4x4 A/T (U$S 57.990) y Volkswagen Amarok 3.0 V6 TDI Highline 4x4 A/T (U$S 72.390). Cabe destacar que todos los precios mencionados, como siempre en este tipo de vehículos, son con beneficio de IMESI para contribuyentes IRAE/IMEBA.


Conclusión

Mientras en mercados como el de Chile, la L200 es líder de su segmento y de los vehículos 0km  más vendidos de ese país. En Uruguay, por su parte, el panorama es muy diferente. Entre enero y noviembre del año pasado, Toyota lideró con Hilux, comercializando en ese período 664 unidades, seguido por la Nissan Frontier, con 434 unidades, 197 de la Volkswagen Amarok, 165 de la Chevrolet S10, 125 de la Ford Ranger, 120 de la Mitsubishi, y quedando en el último escalón, Mazda con apenas 20 de la BT-50. Es decir, acá la L200 está en la penúltima posición.

Es que el segmento presenta un panorama bastante polarizado. Nissan y Toyota juegan un partido por el liderazgo hace unos cuantos años, mientras que el resto se reparten la cancha por resultados que completen la tabla de posiciones. Lo extraño es que hoy las pick-ups medianas son un tipo de producto que hay evolucionado tanto en los últimos 15 años que llegamos a un punto en que todas son muy buenas. Todas. Y eso no es algo que suceda tan seguido en la industria.


Por un lado es desafiante para las propias marcas el lograr un vehículo mejor que la competencia, pero para el cliente es una complicación, ya que pondrá sus preferencias y gustos por encima de lo que en realidad es cada producto. Entonces las diferencias hay que hacerlas en otros aspectos, como ser el valor de reventa, la posventa o la confiabilidad y durabilidad de cada vehículo y marca.

Pasan los años, pero la única marca que sabe entender eso es Toyota, y en esa es una de las patas sobre las que se sostiene su liderazgo. Hoy Mitsubishi sale al mercado con esta L200 actualizada con la difícil tarea de pelearle no solo a la líder del segmento, sino también a otras pick-ups con las mismas virtudes y ganas de quitarle el trono al producto de Toyota. Es una tarea casi que imposible. Pero no solo para Mitsubishi, sino para todas las que no sean una Hilux.


En algunos aspectos la L200 supera a los rivales, como ser en diseño (es subjetivo, lo sé), confiabilidad probada desde hace años y por sobre todo, en las capacidades fuera de terreno gracias al sólido chasis y por tener el mejor sistema de tracción montado en una camioneta mediana. Acá sin discusión. Pero por el otro lado queda debiendo algunos equipamientos de confort, pero en especial de seguridad de serie en las versiones menos equipadas, quedando relegadas frente a sus rivales, y además, acentuado por los problemas encontrados en las pruebas de Latin NCAP.

A los japoneses solo les faltará ponerse a tiro del pelotón como meta principal en ese aspecto. Porque por el resto, la L200, al menos en esta versión tope de gama, sigue siendo un producto más que recomendable. Ahora subió el nivel de equipamientos disponibles tanto en materia de confort como de seguridad respecto a su antecesor y se lo siente como un producto más redondo. Mitsubishi tiene un gran diamante en bruto entre manos. Solo falta pulirle apenas un poco más los bordes para que sea igual de brillante que el resto de la competencia. Porque el potencial para igualarlos, lo tiene.


A favor
  • Confort de marcha en ruta
  • Comportamiento off-road y dinámico
  • Conjunto motor/caja
  • Consumos
  • Diseño
  • Equipamientos de confort y seguridad
  • Garantía
  • Habitabilidad general
  • Robustez estructural
En contra
  • Falta de opción con transmisión manual para esta mecánica
  • Plaza central trasera justa a lo ancho
  • Reacciones lentas de la transmisión
  • Seguridad estructural
  • Sin bloqueo de diferencial trasero







FICHA TÉCNICA:

MOTORIZACIÓN
Cilindrada (cc): 2.442
Número de cilindros: 4
Número de válvulas: 16
Relación de compresión: 14,9:1
Diámetro x carrera (mm): 86.0 x 105.1
Inyección: directa common rail con turbo de geometría variable (eTGV) e intercooler
Potencia máxima (cv/rpm): 178/3.500
Torque máximo (Nm/rpm): 430/2.500 
TRANSMISIÓN
Caja de velocidades automática secuencial de seis relaciones
Tracción integral 4x4 denominado Super Select 4WD-II con diferencial central de deslizamiento limitado (LSD)
DIRECCIÓN
De piñón y cremallera con asistencia hidráulica
FRENOS
Delanteros: de discos ventilados
Traseros: de tambores
EJES - SUSPENSIÓN
Delantera: brazos oscilantes con resortes helicoidales
Trasera: ballestas elípticas
NEUMÁTICOS
Dimensiones: 265/60 R18
Rueda auxiliar: 265/60 R18
PRESTACIONES
Velocidad máxima (km/h): 175
Aceleración 0-100 km/h (s): N/D
Consumo (l/100km) Urbano: N/D - Carretera: N/D - Mixto: N/D
DIMENSIONES / PESO
Capacidad de carga (kg): 1.000
Volumen de carga (l): 1.061
Peso en vacío (kg): N/D
Peso en orden de marcha (kg): 1.925
Largo total (mm): 5.220
Ancho total (mm): 1.850
Alto total (mm): 1.795
Distancia entre ejes (mm): 3.220
Largo de la caja (mm): 1.520
Ancho de la caja (mm): 1.470
Alto de la caja (mm): 0.475
Capacidad del tanque de combustible (l): 75
Capacidades fuera de camino (º) ángulo de ataque: 31 - de salida: 23 - ventral: 25
Despeje al suelo (mm): 220

Galería: Mitsubishi L200 2.4 High Power Di-D GLS 4x4 A/T | Créditos: Autoblog y Diego Olivera.
Contacto Mitsubishi L200 2.5 High Power Di-D GLS 4x4 A/T

EQUIPAMIENTO:

EXTERIOR
Estribos cromados
Espejos exteriores, parrilla, y tiradores de puerta cromados
Llantas de aleación de 18 pulgadas
Luces de giro en los retrovisores
Luces traseras de posición LED
Faros antiniebla delanteros y trasero
Faros delanteros full LED con luces diurnas LED
Ganchos de carga dentro de la caja (6)
Ganchos de amarre externos en la caja (8)
Paragolpes trasero plateado
Protector de caja
SEGURIDAD
Activación de las luces traseras de emergencia (ESS)
Airbags frontales, laterales delanteros y de rodillas para conductor
Anclajes ISOFIX y TopTether para sillas infantiles
Apoyacabezas delanteros y traseros (5)
Asistente de arranque en pendientes (HAC)
Asistente de descenso de pendientes (DAC)
Diferencial central autoblocante (LSD)
Control de balanceo de trailer (TSA)
Controles de estabilidad (ASTC) y tracción off-road (TA)
Cinturones de seguridad inerciales de tres puntos (5)
Frenos ABS+EBD
CONFORT
Alarma
Asiento del conductor con regulación eléctrica en altura, longitudinal y del respaldo
Cámara de retroceso
Climatizador automático bi-zona con salidas de aire para las plazas traseras
Cierre centralizado de puertas con mando a distancia
Control de velocidad crucero
Computadora de a bordo
Dirección con asistencia hidráulica
Encendido automático de luces
Espejos retrovisores rebatibles eléctricamente
Espejo retrovisor interior con anti-encandilamiento automático
Encendido/apagado por botón
Levantavidrios eléctricos delanteros y traseros con sistema "one touch" para conductor
Off-Road Mode con cuatro modos de conducción (Grava, Barro/Nieve, Arena o Roca)
Selector de cambios y freno de estacionamiento en cuero
Seis parlantes
Sensor de lluvia
Sistema de llave manos libres (KOS)
Sistema multimedia Mitsubishi Multi Entertainment System (MMES) con pantalla táctil de 6,1 pulgadas con AM/FM/CD/Aux-In/USB/Bluetooth y comandos vocales
Tapizados en cuero
Volante multifunción en cuero regulable en altura y profundidad con levas de cambio

PRECIO Y GARANTÍA:

U$S 66.990. Garantía: 3 años o 100.000 km

COMERCIALIZA:

BOR S.A. Galicia 957. Tel. 29021212. Web: www.mitsubishi-motors.com.uy