Probamos al BYD S5: conflictos de identidad

martes, 19 de septiembre de 2017



BYD puso a la venta en Uruguay a un nuevo SUV compacto, el S5. Pasó por nuestro garage y será la próxima prueba.
Durante tres días y algo más de 400 kilómetros, evaluamos al SUV compacto de BYD, el S5. Probamos al nivel entrada de gama denominado G-i, con la única motorización disponible en nuestro mercado, el 1.5TI turboalimentado de 150 cv de potencia. Pero antes, el clásico adelanto de test.


En los últimos años, la proliferación de modelos ha llevado a que pasaran algunos inconvenientes en el mercado local que terminan en confusiones para el consumidor. No son problemas significantes, pero se han dado algunas situaciones curiosas por parte de algunas marcas a la hora de denominar a sus productos.

En el año 2014, JAC Motors presentó en nuestro país al S5, un SUV compacto con un aspecto muy similar al del Hyundai Tucson actual, precios muy competitivos y una mecánica turboalimentada de 174 cv para su versión más completa (ver lanzamiento). Este modelo pasó sin pena ni gloria bajo la importación de Sevex y directamente ese modelo quedó en el ostracismo. Es más, casi nadie recuerda que se vendió acá.


A comienzo del año pasado, Haima, otra marca de origen chino que pasó ya por más de un importador, presentó en el mercado nacional al S5, un SUV compacto, con un aspecto muy similar al Mazda CX-5, precios muy competitivos y una mecánica turboalimentada de 160 cv para su versión más equipada (ver lanzamiento). Este modelo sigue a la venta, pero sus ventas no son lo que se dice "prolíficas". Es un sport utility que si bien está posicionado correctamente, no recibe toda la atención por parte del público. Es más, pocos somos los que recordamos que se está vendiendo ese producto.

Este año, BYD presentó en Uruguay un SUV compacto, con precios muy competitivos, un diseño similar al Toyota RAV4 actual, y una sola mecánica turboalimentada de 150 cv de potencia como única opción de motor (ver lanzamiento) Y sí, al igual que los otros dos modelos mencionados anteriormente, este también se llama S5. Y sí, es rival directo del Haima S5 y lo sería del JAC S5 si ese modelo ya no estuviera discontinuado.


¿Qué quiero probar con esto? La primera es la falta de originalidad por parte de las marcas de este origen para denominar a sus productos fuera de China. El BYD en origen se llama "Song", como la dinastía que comenzó en el año 960 y culminó en el 1279. Pero tanto el JAC que acá llamábamos S5 así como el Haima, ambos se llaman en su país natal igual que acá, S5.

Al cliente se le presenta la alternativa confusión de comprar un S5, un S5 o un S5. Los tres tienen motor turbo, los tres son SUVs compactos que se parecen a otros SUVs compactos en términos de diseño y los tres provienen de China. Y como si esto fuera poco, Audi también decidió que su A5 Coupé en la versión deportiva, también se denomine así (ver nota) y Samsung hizo lo propio con la quinta generación de sus smartphones Galaxy.


Entonces, cuando alguien nos diga que "me compré un S5" habrá que responderle con tres preguntas: ¿el celular surcoreano, el coupé alemán o el SUV chino? Y si la tercera interrogante es la correcta, habrá que cuestionar otras tres veces más: ¿el Haima, el JAC o el BYD? Se podría solucionar en parte, como hizo BYD en Costa Rica, donde al S5 lo llaman S3 (ver). Pero tendríamos otra ronda de preguntas: ¿el SUV de BYD o el Audi A3 deportivo (ver lanzamiento)?

Chistes a un lado y dejando los conflictos de identidad que suelen tener algunas marcas, la próxima prueba será la de un SUV compacto de BYD que busca posicionarse en el mercado nacional como una alternativa large en un rango de precio donde todos calzan un talle small. Pero para poder conocerlo en detalle, tendrán que esperar unos días más a la prueba del S5. Pero el de BYD, no el de Haima. Ni el de Audi tampoco.