Probamos al Volkswagen Gol: partido de despedida

martes, 26 de julio de 2016



Evaluamos al Volkswagen Gol Hatch en su variante más equipada, denominada Trendline 1.6.
En la próxima prueba de Autoblog sanearemos una deuda pendiente y además será una despedida. Durante cuatro días y más de 610 kilómetros evaluamos por primera vez al Volkswagen Gol en su última actualización previa al recambio generacional que sucederá a comienzos de 2018.

Durante los algo más de cinco años y medio de existencia de este medio hemos probado de todo acá. Desde un sencillo citycar hasta un furgón eléctrico, pasando por una berlina deportiva italiana de más de 300 cv de potencia y una catarata de SUVs de todo tipo tamaño y color. Pero nunca, jamás de los jameses, habíamos tenido la chance de probar un producto tan popular, histórico, y normal como el Volkswagen Gol.

Sí probamos a (casi todos) sus rivales: Fiat Palio (ver prueba), Chevrolet Onix (ver prueba), Nissan March (ver prueba), Renault Sandero (ver prueba), Ford Fiesta (ver prueba), Suzuki Swift (ver prueba), y tantos otros hatchbacks de segmento B. Pero nunca al Gol, que por la cantidad de años que está en el mercado regional, 36 para ser exacto, (ver nota) es casi que la definición de auto chico producido en el Mercosur.


La principal razón de esto es que desde fines de 2010 (cuando nació Autoblog) hasta la fecha, el Gol no tuvo grandes novedades como para ganarse un lugar entre nuestras pruebas, solo un par de actualizaciones mínimas. Es un auto que se mantiene -casi- sin cambios desde que esta tercera generación (quinta en el dialecto Volkswagen) se presentara allá por 2008.

Por eso para muchos no es novedad ya que miles de consumidores que compraron y siguen comprando este producto incluso sin probarlo. El Gol es uno de esos autos que se vende más por su reputación que por lo que es. Es más, si fuera por mi los invitaría a ellos a hacer la evaluación porque de seguro lo conocen mejor que un tester que se pone al volante de este histórico del mercado regional por primera vez para un medio. 


En 2013 el Gol solo había recibido un ligero facelift (ver lanzamiento). Se lo llamó Gol VI y recibió un nuevo frontal, ópticas, llantas/tazas, paragolpes, portón trasero, tablero y tapizados. Pero todos los cambios eran bastante sencillos y en los huesos seguía todo igual. La mecánica seguía siendo la misma de siempre, el histórico 1.6 8v de 101 cv.

Desde entonces el producto se había mantenido en pie con ligeras actualizaciones de "año-modelo" como ser colores, tapizados y llantas/tazas nuevas. Pero nada más. Sin embargo, a comienzos de este año se presentó en Brasil una nueva renovación estética que seguía los mismos pasos de la receta anterior, pero hecho con un lápiz recién sacado de la caja (ver nota).


Nuevamente cambiaron el frontal, las llantas, los paragolpes, ópticas, portón trasero, interiores y tapizados. Pero esta vez será la última. El Gol está próximo a su cuarto cambio de generación (octavo en dialecto de Wolfsburg) que se realizará en el año 2018, e incluso se presume que será un producto global, y ya no regional, incluso usando la famosa plataforma Modularer Querbaukasten (MQB).

Pero mientras masticamos rumores, y esperamos a que llegue ese Gol VIII, en Autoblog decidimos hacerle la prueba al VII, que recién llegó al mercado uruguayo (ver lanzamiento). Será nuestro debut con el modelo, y a la vez el partido despedida de la generación actual de uno de los nombres más exitosos e históricos de Volkswagen en el Mercosur.