Prueba: Mitsubishi Mirage 1.2 GLS CVT

viernes, 3 de marzo de 2023



Volvemos al Mitsubishi Mirage, ahora con la excusa de su regreso al mercado tras una actualización.

Probamos al actualizado Mitsubishi Mirage. Llega desde Tailandia en una sola variante de equipamiento denominada GLS con una opción de transmisión, una automática continuamente variable (CVT). El impulsor es el conocido de las versiones anteriores, un 1.2 litros tres cilindros de 76 cv de potencia.

Como este es un producto que ya conocimos hace unos cuantos años en Uruguay, hablar de su historia es hacer un ejercicio de memoria más que una lección desde cero. El Mitsubishi Mirage se presentó en el Salón de Tokio 2011 (ver nota), como la nueva oferta global de la marca de los diamantes en el popular segmento B. Fabricado para todo el planeta en la planta de Laem Chabang, Tailandia, derivaba del Global Small Concept, lanzado en el Salón de Ginebra de aquel mismo año.

En algunos mercados se llamó Mirage, pero en otros, como Europa, fue denominado Space Star. Pero este modelo no es otra cosa que el reemplazante del extinto y famoso Colt, que en algunos mercados, justamente, se supo denominar Mirage en sus primeras generaciones. Siguiendo ese árbol genealógico, este hatchback chico vendría a ser la sexta evolución, conocida bajo los códigos A00/LA/A10. Tres años luego de su revelación mundial, llegó a Uruguay en 2014 (ver lanzamiento) con dos niveles de equipamiento (GLS Full y GLS Extra Full) y Autoblog pudo probarlo por entonces en su versión más completa (ver prueba). Más adelante sumó a la variante sedán, denominada Mirage G4 (ver lanzamiento).

El tiempo pasó y el Mirage se dejó de ofrecer en nuestro mercado. Pero en otras partes del mapa se siguió vendiendo hasta nuestros días. Tuvo incluso dos actualizaciones estéticas y de equipamientos para aggiornarlo en 2015 (ver nota) y cuatro años más tarde el otro (ver nota). La primera nunca llegó a Uruguay, pero la segunda sí. Solo que tres años después, a finales del 2022 (ver lanzamiento). Un detalle no menor, es que este es el único y último automóvil (no-SUV) que Mitsubishi piensa producir por el momento. Su gama global estará dedicada a los sport utilities, los MPVs y los vehículos utilitarios.

Pero dejando de lado ese obituario, este segundo update del Mirage fue presentado como decía más arriba, en el Thailand International Motor Expo del año 2019. Ahora llegó a Uruguay en una sola versión de equipamiento denominada GLS y con la misma mecánica de antes: un impulsor 1.2 litros tres cilindros atmosférico de 76 cv de potencia, solo que ahora en lugar de tener una transmisión manual de cinco relaciones, puede estar asociado solo a una automática CVT. Se comercializa a un precio de U$S 23.990 y Autoblog pudo probarlo hace algunas semanas. Comencemos con el análisis de este Mitsubishi.

Exterior

Hideyasu Nakagami fue el padre del Mirage de sexta generación y la dupla Tsunehiro Kunimoto & Seiji Watanabe, son los encargados de haberle dado el segundo lavado de cara a este modelo. Su nuevo diseño frontal incorpora el lenguaje “Dynamic Shield” de Mitsubishi, aportándole una imagen más moderna y hasta podría decirse que un toque deportivo. Por lejos, creo que es el mejor diseño que tuvo este producto.

Los grupos ópticos son halógenos y con proyector en esta actualización, pero llevan luces diurnas LED y antinieblas delanteros para sumarle algo de modernidad a una carrocería que ya tiene 12 años en sus espaldas. El poder lumínico es correcto, solo eso, pero luce bastante más digno que el diseño original. E incluso, ahora tiene algo de estilo. El Mirage previo (el que nunca tuvimos) es feo, no hay otra forma de decirlo y menos mal que nunca lo trajeron. Y el primero era un auto diseñado para ser económico, aerodinámico y eficiente como objetivo principal. Que es como definir por diseño a un molino de cultivos.


En el lateral las noticias solo llegan de la mano de un ligero zócalo de color negro en la parte baja (casi imperceptible) así como de un nuevo diseño de llantas de aleación. En la versión que nos llega ahora son diamantadas (no pun intended) a dos tonos. La unidad de pruebas las llevaba montadas sobre unos neumáticos Bridgestone Potenza RE0504, en una medida más que lógica para esta parte del planeta: 175/55 R15. Luego cuando lleguemos a hablar del auxilio que trae en el baúl, les tengo una sorpresa.

La parte trasera recibe menos cambios que adelante: estrena un paragolpes más ancho con unos apliques , entre otros elementos, al diseño de las nuevas ópticas traseras LED en forma de “L”. El alerón de techo con luz de freno integrada sigue estando presente y según Mitsubishi, contribuye a mejorar su excelente aerodinámica, que es de verdad buena: Cx 0,27. Lo de si el alerón ayuda o no, habría que chequearlo "donde el diablo perdió el poncho" por ser fino con el refrán. Pero en una de esas, es cierto. Lo dudo.


La renovación del Mirage de 2019 también estrenó dos colores inéditos: Sand Yellow y Wine Red, que es el elegido para la unidad de pruebas, que cambia de tonalidad dependiendo de la luz. Este es un producto que siempre apeló a los tonos llamativos y coloridos. Banco mucho esa decisión, más en productos para un público joven que buscan darle algo de simpatía desde ese segmento. Twingo original, te extrañamos todos, no importa las bobadas que diga Shakira despechada. Acá siempre serás un citycar amado.

Volviendo al Mitsu, vamos a las dimensiones. Salvo por un par de milímetros extra por los nuevos paragolpes, es en esencia, el mismo Mirage de 2011. Mide 3.845 mm de largo, 1.665 mm de ancho, 1.510 mm de alto y cuenta con una distancia entre ejes de 2.450 milímetros. En un segmento B donde se están superando cada vez más seguido los 4 metros de largo, ver algo que apenas pasa los tres metros ochenta, se agradece mucho. Más con una carrocería que lleva las ruedas en los extremos, algo que en el apartado dinámico, les contaré las virtudes que tiene a la hora de moverse por lugares más bien estrechos.

Interior

En el interior del renovado Mirage se han repasado algunos detalles para darle algo más de categoría a un interior de la primera versión que era tan aburrido y monótono como una cadena nacional por AM. El cuadro de instrumentos, mandos de climatización, tapicerías y molduras ahora tienen calidades más agraciadas. En lo personal, mi elemento preferido es el tono y patrón de los tapizados, que me recuerdan mucho a la tela "Interlagos" de los Volkswagen Golf GTI, aunque con otro entramado. Muy agradables.

La calidad de fabricación es la misma de otros Mirage, aunque con un poco más de cuidado en el refinamiento o requinte, como dicen los brasileños. Hay paneles de puerta con apliques en tela, los asientos tienen mejores materiales y todo luce apenas mejor que antes. Siguen siendo predominantes los plásticos rígidos por los cuatro costados, pero ahora disimula más su naturaleza "low-cost" y se lo siente muy digno. Incluso pone en aprietos a varios rivales Mercosur. Sí, a vos te hablo, Citroen C3 (ver prueba).


La posición de manejo es cómoda, pero tiene bastantes limitaciones. En la posición más baja de la butaca, queda bastante elevada y erguida. El ajuste en altura es extraño y hasta anacrónico. Se comanda desde una rueda giratoria que solo levanta la parte de atrás del asiento. El volante, por su parte, se regula en altura (no en alcance), permitiendo dentro de todo encontrar una posición más tolerable. El asiento es no es tan angosto a lo ancho y pero sí corto a lo largo, aunque no cansa tanto a la hora de manejar largas horas.

El instrumental es nuevo y cuenta con dos elementos de agujas: velocímetro al centro (en escala de millas más grande que la de kilómetros, algo extraño para esta región) y a la izquierda, el tacómetro. En el medio del primero hay un display en donde se pueden ver funciones, de la computadora de a bordo (que se comanda desde un "palito" en el tablero, bastante incómodo), la cantidad de combustible en el tanque y temperatura exterior. Como es costumbre en muchos autos modernos, no hay medidor de temperatura de agua, solo una luz testigo. A la izquierda del tablero va el encendido por botón, casi que a la Porsche.


Muchos desmemoriados no recordarán que el Mirage supo traer una radio tan espartana, que ni siquiera contaba con una conexión USB-A. Apenas un puerto Aux-In (¿alguien alguna vez los utilizó?). Con su actualización vino también la novedad de tener de serie ahora un sistema multimedia con pantalla táctil de siete pulgadas con AM/FM/1USB-A/Bluetooth/Android Auto/Apple CarPlay, que Mitsubishi denomina como Smartphone Link Display Audio (SDA). 

Es una interfaz bastante sencilla en su operación y tiene unos gráficos "muy años 2000". Es similar a la vista en la pick-up L200 (ver prueba), por no decir que es el mismo exacto sistema con dos cambios en la estética e integración para smartphones. No trae navegación, pero sí cámara de retroceso. Aunque al estar en una posición algo baja (por encima de la patente trasera) su ángulo de visión no es de los mejores. Y la calidad de la resolución de la pantalla, tampoco acompaña. Más allá de esto, es un sistema que cumple.


Más abajo está el climatizador automático de una vía. Este es uno de los elementos que más destaco por dos cosas: 1) el poder de enfriamiento que tiene es tremendo, casi al nivel de los autos chinos (conocidos por sus potentes equipos de aire acondicionado) y 2) eliminan esos mandos manuales de los primeros Mirage que parecían sacados de un Colt de 1995. Lo único, quizás, criticable, es que los comandos del climatizador emiten un pitido similar al de los microondas. Al final parece que uno está calentando una porción de pizza adentro del auto, no poniendo el aire en 22,5°. En la base de la consola está, casi que escondida, la única conexión USB (tipo A) de todo el habitáculo. Bien podrían ya ponerle dos más.

Otra cosa que podría tener es más lugares para dejar cosas adentro. Tiene una especie de bandeja del lado derecho y otra por debajo de la columna de dirección. Extraño, ¿no? Es que en otros mercados, el Mirage cuenta con airbag de rodillas para el conductor. Como para América Latina no se coloca este elemento, ahí queda un hueco para llevar objetos escondidos. Prefiero el airbag, gracias. Luego tiene dos posavasos de tamaño promedio y alguno que otro espacio para guardar llaves o billeteras. Pero no mucho más.


Pasando a las plazas posteriores, el Mirage siempre fue de los más estrechos en este lugar. Si bien es una carrocería chica, es habitable por dentro al menos para cuatro adultos de estatura generosa, digamos. Bien por eso. Atrás dos personas de hasta 1,83 m de altura irán con espacio suficiente a lo largo, ancho y alto. No sobra nada, pero tampoco se llega a viajar apretado como en otros modelos del segmento. 

Como ya es un clásico en esta categoría, la plaza del medio es la más limitada en todas sus cotas. Sin embargo, en el Mirage el espacio de la cabeza al techo en este lugar no está tan mal y es casi igual a la de los ocupantes laterales, así como el respaldo o el asiento, no son tan firmes. Lo que sí, el ancho es muy justo y apenas si da para un viaje corto y se irá golpeando con las rodillas a los asientos delanteros.


En términos de comodidades, no hay casi ninguna. Apenas un posavasos que será motivo de discordia entre los que viajen atrás. No hay salidas de aire acondicionado, luces de lectura ni puertos USB para recargar aparatejos electrónicos. Pasando raya, es un producto con una habitabilidad correcta y promedio dentro del segmento. Si bien tuvo un update de calidades (y se nota a simple vista o tacto), sigue siendo un habitáculo al que se le siente el pasar de los años. Dentro del segmento, es de los más antiguos que hay. 

Yéndonos al baúl, ofrece una capacidad de 235 litros, ampliables hasta los 912 litros rebatiendo el respaldo trasero en proporción 60:40. Es un volumen lógico para el segmento, cumple bien. Algunas curiosidades: la calidad del piso del baúl es lamentable, con una alfombra de baja calidad y un compensado de maderas bastante pobre, que ni siquiera va pegado a la alfombra. La bandeja de baúl cuenta solo con una cuerda que la sostiene, ahorro notorio. Pero todo ese "macheteo" lo compensa con el neumático de auxilio. Porque lleva un Bridgestone Potenza RE0504 175/55 R15 con llanta de aleación incluida. ¿Ven que se puede tener un segmento B con un baúl digno y un auxilio a tamaño completo y hasta con llanta de aleación? Antes llevaba uno temporario: T115/70 D14. Gran mejora en este aspecto.


Motor y transmisión

Acá es donde menos cambios hubo respecto al anterior Mirage que conocíamos. Mantuvo a la única motorización que se utiliza a nivel global para este producto, la 3A92 de Mitsubishi. Sí, hasta en los Estados Unidos o Europa se vende con la misma mecánica que en nuestro país. Sin novedades. Se trata de de un tres cilindros con 1.193 cc de cilindrada, 12 válvulas, doble árbol de levas a la cabeza y sistema de distribución variable MIVEC. Es capaz de producir 76 cv de potencia a un régimen de 6.000 rpm. El torque máximo es de 100 Nm y lo entrega a las 4.000 vueltas. La transmisión es una automática INVECS-III CVT, continuamente variable, desapareciendo la opción manual que supo tener hace ya casi 10 años.

Cuenta con un comportamiento correcto para este segmento, que a velocidades bajas se muestra bastante falto de nervio. Pero a medida que le imprimimos más presión al acelerador, pareciera que despierta su carácter y la entrega es más un poco más enérgica. En especial, un régimen medio, que es en donde se siente más a gusto. Cuando regula escuchamos el característico sonido rasposo de los impulsores de este tipo, mientras que si hacemos un poco de presión en el acelerador, suena un poco más redondo. De todas formas no puede evitar transmitirle ciertas vibraciones al habitáculo, y al salir a la ruta se hace bastante presente, perjudicando la insonorización. Es más, se nota que hay poco aislamiento en el vano motor.


En ciudad en tanto, es el perfecto aliado. De respuesta ágil, trepa de vueltas fácilmente gracias a relaciones de la transmisión y esto, asociado al bajo peso del vehículo, redunda en una receta ideal para el tránsito urbano. Ya que la menciono, la CVT se lleva bien con el 1.2 en este ambiente. Pese a ser una caja de variador continuo de concepción anticuada, es decir, no es de las que simula pasar cambios para evitar ese sonido constante de ir en el régimen máximo de vueltas. Si no te gusta ese tipo de cajas, no es para vos.

No cuenta con un modo manual que permita imitar ese pasaje de marchas, pero sí un modo "B" que se usa cuando se requiere un frenado del motor ligero a alta velocidad o al ascender por pendientes muy pronunciadas y para utilizar el motor como freno a bajas velocidades. Digamos que la letra viene por "brake" en inglés. En un uso convencional, lo único que hace es elevar el régimen del motor y lo hace "gritar" un poco más de lo normal. A menos que vivas en una zona muy elevada (en Uruguay no hay), no deberías poner el selector en ese cambio jamás. Hay que usarlo en D como cualquier otro automático.


Yendo a las cifras de fábrica, según la marca no hay datos aceleración de 0 a 100 km/h, ni tampoco de consumo mixto o de ningún tipo. Sí los hay de velocidad máxima, que es 167 km/h. Yendo a los registros propios, durante la prueba logré en ciudad 5,2 l/100 km, 4,4 l/100 km en ruta, y 4,8 litros cada 100 km en el combinado ruta/ciudad, que son números más que destacados y de lo mejor del segmento por lejos.

En su momento con la caja manual, al anterior Mirage probado le había logrado sacar guarismos igual de buenos: 5,2 l/100 km en ciclo mixto, 4,7 en ruta y unos 5,6 en ciudad (que en su momento no los anoté en el informe, pero revisando apuntes, sí estaba el número por ahí). El depósito de combustible aloja 35 litros como siempre, que es poco en términos de autonomía. Bien podría tener 50 litros. Aunque al menos en el 1.2 rinden bastante, hay que decirlo también. Pasando al peso en orden de marcha es de 927 kilogramos.


Comportamiento dinámico

El Mirage (o Space Star si estás leyendo del otro lado del Atlántico) es un producto que Mitsubishi siempre presentó como un hatchback urbano y de consumos reducidos. Con o sin actualización, la dinámica de este modelo no cambió en nada. Sigue teniendo un chasis enfocado al confort de marcha, pero con una cuota de robustez que te permite pasar por lomos de burro con total impunidad, porque transmite mucha robustez en este sentido. Son las ventajas de un desarrollo enfocado a los mercados "en desarrollo", donde los caminos están mucho más deteriorados que en otras partes del planeta.

El despeje de 160 milímetros lo ayuda a esto, junto a un esquema de suspensiones blando. Pero tiene un problema: los amortiguadores tienen un recorrido más bien corto. Entonces en situaciones de pozos o al bajar de un lomo de burro, la compresión es poca y es muy fácil que pegue en los topes de suspensión, con un brusco golpe seco y bastante desagradable. Es como si se desprendiera el chasis de la carrocería. Este era un mal endémico de los hatchbacks de segmento B de comienzos de los 2000 y finales de los años 90. Pero hoy todos los rivales de este Mitsubishi han sabido solucionar este problema desde hace mucho.


El mayor de los problemas de este producto desde lo dinámico es que se lo siente de otra época. Ya lo era en el 2014 cuando llegó por primera vez y lo sigue siendo ahora. Otro ejemplo, ahora la columna de dirección trae bloqueo cuando está estacionada. Pero en los primeros Mirage, esto no pasaba. Y era 2014. Por más actualización, ante productos con plataformas modulares y otros esquemas de suspensión más elaborados, este Mitsubishi queda fuera de época. Cumple, si. Pero sigue con los trámites muy atrasados.

Por el contrario, algo que siempre hizo muy bien este producto fue ser maniobrable como pocos. Con un radio de giro de apenas 4,6 metros, es más fácil estacionarlo que todos sus rivales. Además la dirección tiene una asistencia eléctrica que contribuye a esto. Sacarlo de una cochera apretada, es un verdadero chiste. Ni hablar de ubicarlo en espacios complicados. Bien podría tener un par de sensores de estacionamiento posteriores para asistir a la mal ubicada cámara y a la visibilidad hacia los ¾ algo limitada por un pilar C un poco grueso. No llega a ser complicada, pero podría ser un poco más generosa.


Yendo con las mecánicas, el 1.2, como sucedía en ediciones previas, se manifiesta relajado en su comportamiento en líneas generales. A 70 km/h en D, viaja a 2.000 rpm, mientras que si movemos el selector a la posición B, el tricilíndrico se va a 3.100 vueltas. En la carretera, trabaja a 2.500 rpm en D a 110 km/h, que pasan a ser 3.200 con el selector en el modo B. Son números promedio para este segmento. La elasticidad también tiene cifras clásicas de este tipo de mecánicas: 80 a 110 km/h en 6,78 segundos.

La insonorización es tolerable, pero ya tirando a escasa, con 70 db a 100 km/h. Se perciben algunos ruidos a viento, vibraciones del impulsor y rumorosidades de la rodadura provenientes de los neumáticos si el asfalto está muy gastado. También es un producto bastante sensible a los vientos laterales cruzados o a los cambios abruptos de pavimento. Eso se nota más por esa mencionada dirección ligera, tan buena para estacionar. Acá un par de grados de asistencia menos le vendrían bárbaro. Se la siente demasiado "suelta".


Sin embargo, el punto más flojo mejorable de este Mirage es cómo lidia con las curvas pronunciadas. Si bien hay que aplaudir por parte de Mitsubishi que ahora ofrezca de serie controles de tracción y estabilidad (ASTC), en términos dinámicos es un producto deficiente. El sistema es demasiado celoso al punto de tornarse peligroso. Las fotos que ilustran este informe, fueron realizadas en un entorno cerrado al tránsito y a velocidades que no superan los 40 km/h. Sin embargo, el comportamiento que manifestó en estas ocasiones no se condice con estos números, luciendo más exigido de lo que en realidad está.

En más de 400 pruebas, nunca me había sucedido que un ESC me bloqueara de forma tan violenta y sin sentido, el tren delantero mientras estoy realizando la maniobra de curva que he hecho con cientos de vehículos en igualdad de condiciones. Esto lleva a pensar que ante una esquiva de un animal en la ruta o de otro objeto, el auto se comporte de maneras imprevistas, pudiendo llegar a asustar a un conductor poco experimentado. Es cierto, peor podría ser sin las asistencias dinámicas. Pero habiéndolas desactivado, de forma parcial (solo desactiva el control de tracción, no de estabilidad) descubrí que el Mirage es un poco más predecible en sus reacciones, contrario a lo que la lógica indicaría. Sin dudas merece un ajuste para evitar este comportamiento tan errático en situaciones de emergencia. Tal vez solo fue cosa de esta unidad.


Equipamiento

Ahora con esta actualización la gama del Mirage se reduce a una sola opción llamada GLS CVT. Trae de serie: pack eléctrico (levantavidrios, bloqueo y espejos), climatizador automático de una zona, dirección electro-asistida, volante multifunción en cuero regulable en altura, respaldos traseros rebatibles 60:40, faros delanteros halógenos con luces diurnas LED, tapizados en tela, control de velocidad crucero, sistema multimedia con pantalla táctil de siete pulgadas con AM/FM/1USB-A/Bluetooth/Android Auto/Apple CarPlay y cuatro parlantes, faros antiniebla delanteros, sistema de llave manos libres (KOS), computadora de a bordo, y llantas de aleación de 15 pulgadas sobre neumáticos en medida 175/55 R15.

Es una dotación lógica y bastante más generosa que en los primeros Mirage. Sin embargo al precio que se pide por este producto (U$S 24.000), los clientes de este segmento ya tienen opciones por el mismo precio o incluso menos que ya cuentan con algunos ítems que se ausentan en la lista de este Mitsubishi, como ser: columna de dirección regulable en profundidad, bloqueo de puertas en rodaje, encendido automático de luces, sensor de lluvia, techo solar eléctrico, sensores de estacionamiento, faros LED o sistema de "un toque" en todas las ventanillas. Digamos que es una dotación que cumple de forma correcta, pero justo.


Seguridad

La dotación de seguridad mejoró bastante frente al previo modelo. Ahora cuenta de serie con: seis airbags, frenos ABS+EBD, control de tracción y estabilidad (ASTC), Hill Start Assist (HSA), cinco apoyacabezas, cinco cinturones inerciales de tres puntos, y anclajes ISOFIX y TopTether para sillas infantiles. Digamos que cumple con lo mínimo exigido por el segmento y bastante por arriba de lo que piden las magras legislaciones uruguayas. ¿Cuánto tiempo más vamos a pasar sin exigir el ESC y seis airbags de serie?

Dejando de lado esto, el Mirage en otros mercados tiene todavía más equipo. Por ejemplo, cuenta de serie con airbags de rodillas para conductor, como mencioné más arriba, pero también suma: frenado autónomo de emergencia (FCM) con detección de peatones, así como también están disponibles el asistente de cambio de carril involuntario (LDW), y luces delanteras automáticas (AHB). Por el precio que cuesta esta versión GLS CVT, sería bueno que ya los sumara por estos lares también. Y serían un gran diferencial.


Precio, garantía y competidores

Como decía más arriba, hoy la gama se reduce a una sola versión que cuesta U$S 23.990. La garantía es la misma de otros Mitsubishi, 3 años o 100.000 km. Es un precio acorde al segmento, pero elevado para lo que ofrece el producto. Es cierto, las versiones con caja automática de esta categoría no abundan, sino lo contrario. Y todas superan los U$S 25.000. Visto desde ese ángulo, este Mirage suena algo más razonable. Pero el mercado que va entre los U$S 20.000 y U$S 25.000 ya existen exponentes más evolucionados en todos los aspectos. Es como que Mitsubishi se quedó en el tiempo con este producto, más allá del update.

Por eso a la hora de mirar a los rivales directos todos son productos más modernos, con mecánicas más potentes, mayores equipamientos de confort y seguridad o espacio interior, así como una dinámica más refinada por valores inferiores o iguales a este Mitsubishi. La lista de competidores es la siguiente: Citroën C3 1.6 16v AT6 Feel Pack (U$S 20.890), Chevrolet Onix Premier 1.0 Turbo A/T (U$S 24.490), Hyundai HB20 1.6 Premium A/T (U$S 22.690), Peugeot 208 Active 1.6 VTi Tiptronic (U$S 22.490), Suzuki Swift 1.2 GL AMT (U$S 18.990), Suzuki Baleno 1.5 GL A/T (U$S 21.990) y Suzuki Baleno 1.5 GLX A/T (U$S 25.990). Es cierto, hay más opciones. Pero escapan al rango de precios de este modelo evaluado.


Conclusión

El Mirage es un producto que en 2014 tenía un panorama por delante bastante más fácil de enfrentar que en 2023. 11 años de producción en un mundo donde cada cinco hay una renovación de generación completa, es algo que se paga carísimo a la hora de enfrentarse a la competencia. Sin ir más lejos, todos sus rivales ya son de una generación más nueva que este Mitsubishi. Y se nota no solo desde la edad del modelo, también se percibe en términos dinámicos y de concepción del producto. Este Mirage es un hatchback noble, honesto y sencillo. De los que ya no se consiguen. Porque las marcas rivales no los hacen más. Ahora todos tienen más tecnología, mecánicas más complejas y diseños más elaborados.

Es cierto, la modernización de 2019 le sienta bien, mejorando algunos aspectos estéticos y de calidades, así como de equipamientos que lo ponen al día. Pero al día de ese año, no de 2023. Y si a esto le agregamos que el castigo de pagar un arancel de importación del 23% por sobre una gran mayoría de competidores regionales que no tienen que sufrir con ese recargo, la tarea del Mitsubishi es el doble de complicada. No me malinterpreten, es un buen auto urbano, de consumos más que contenidos y una confiabilidad casi que a prueba de balas. Pero está pensado para una época en la que ya no vivimos, así como un segmento B que evolucionó mucho desde aquel año 2014 cuando apareció por primera vez el Mirage por estos lares.


Con ese panorama, nueve años después es complicado definir y entender su posición en un segmento tan modernizado y competitivo como el de los hatchbacks de segmento B actuales. Sigue siendo un producto eficiente, económico, y de una confiabilidad probada, es cierto. Sin embargo, estos son atributos que también le calzan a varios productos de este segmento que gozan de mejores posicionamientos de precio y equipo, así como también con desarrollos de ingeniería más acompasados a los tiempos que corren.

Creo que el mayor escollo que va a tener este producto es que a U$S 24.000 y antes rivales con propuestas más accesibles, modernas, equipadas o potentes, es complicado defenderlo como la opción válida que supo ser hace más de una década atrás, cuando supo estar apalancado en precios accesibles, un equipamiento tirando a justo, pero suficiente y un motor muy económico. Renovado y mejorado, frente a su competencia más reciente el Mirage se siente como un espejismo de un segmento B que ya no existe.


  A favor
  • Agilidad en ciudad
  • Capacidad del baúl
  • Calidad de fabricación y materiales
  • Confort de marcha en ciudad
  • Consumos reducidos
  • Diseño
  • Equipamientos de confort
  • Garantía
  • Habitabilidad para cuatro adultos
  • Maniobrabilidad general
  En contra
  • Depósito de combustible pequeño
  • Calibración errática del ESC
  • Insonorización en carretera
  • Plaza central trasera justa a lo ancho
  • Respuesta del motor en baja
  • Sin asistencias a la conducción disponibles
  • Sequedades del esquema de suspensiones
  • Sensibilidad a vientos laterales
  • Visibilidad ¾ posterior reducida

FICHA TÉCNICA:

MOTORIZACIÓN
Cilindrada (cc) 1.193
Número de cilindros: 3
Número de válvulas: 12
Relación de compresión: 10,5:1
Diámetro x carrera (mm): 75 x 90
Inyección: indirecta multipunto secuencial con distribución variable MIVEC
Potencia máxima (cv/rpm) 76/6.000
Torque máximo (Nm/rpm) 100/4.000
TRANSMISIÓN
Caja de velocidades continuamente variable INVECS-III CVT
Tracción delantera
DIRECCIÓN
De piñón y cremallera con asistencia eléctrica variable
FRENOS
Delanteros: de discos autoventilados
Traseros: de tambores
EJES - SUSPENSIÓN
Delantera: independiente McPherson con barra estabilizadora
Trasera: eje de torsión
NEUMÁTICOS
Dimensiones: 175/55 R15
Rueda auxiliar: 175/55 R15
PRESTACIONES
Velocidad máxima (km/h) 167
Aceleración 0-100 km/h (s) N/D
Consumo (l/100km) Urbano: N/D - Carretera: N/D - Mixto: N/D
DIMENSIONES / PESO
Capacidad del baúl (l) 235/912
Peso en vacío (kg) N/D
Peso en orden de marcha (kg) 927
Largo total (mm) 3.845
Ancho total (mm) 1.665
Alto total (mm) 1.510
Distancia entre ejes (mm) 2.450
Capacidad del tanque de combustible (l) 35

Galería: Mitsubishi Mirage 1.2 GLS CVT | Créditos: Autoblog y Diego Olivera.
Prueba Mitsubishi Mirage 1.2 GLS CVT

EQUIPAMIENTO:

EXTERIOR
Llantas de aleación de 15 pulgadas
Faros antiniebla delanteros
Faros delanteros halógenos con luces diurnas LED
SEGURIDAD
Airbags frontales delanteros, laterales delanteros, y de cortinas
Anclajes ISOFIX y TopTether para sillas infantiles en las plazas traseras
Apoyacabezas delanteros y traseros (5)
Asistente al arranque en pendientes (HSA)
Cinturones de seguridad inerciales de tres puntos (5)
Control de tracción y estabilidad (ASTC)
Frenos ABS+EBD
CONFORT
Asiento del conductor regulable en altura
Cierre centralizado de puertas con mando a distancia
Climatizador automático de una zona
Control de velocidad crucero
Dirección electro-asistida
Espejos retrovisores exteriores regulables eléctricamente
Computadora de a bordo
Levantavidrios eléctricos delanteros y traseros con sistema de un toque para conductor
Sistema multimedia con pantalla táctil de siete pulgadas con AM/FM/1USB-A/Bluetooth/Android Auto/Apple CarPlay
Sistema de llave manos libres (KOS)
Parlantes (4)
Respaldos traseros rebatibles 60:40
Tapizados en tela/eco-cuero
Volante multifunción en cuero regulable en altura

PRECIO Y GARANTÍA:

U$S 23.990. 3 años o 100.000 km.

COMERCIALIZA:

Grupo Fiancar. Galicia 957. Tel. 29021212. Web: www.mitsubishi-motors.com.uy