Probamos al Nissan Versa: más que una cirugía plástica

lunes, 17 de febrero de 2020



Probamos al Nissan Versa en sus dos versiones, Advance (foto) con caja manual y Exclusive con transmisión CVT.
Autoblog evaluó a la tercera generación del Nissan Versa en sus dos versiones, Advance y Exclusive, ambas equipadas con el conocido impulsor 1.6 litros de 122 cv junto a una transmisión manual de cinco marchas o automática X-Tronic CVT respectivamente. Pero antes del test, el clásico adelanto.

"¿Cómo hace Nissan para vender tan bien un auto tan, pero tan horrible de feo? Francamente no lo sé. Pero lo que sé es que lo venden mucho y no lo podemos alcanzar en ventas hagamos lo que hagamos". Ese honesticidio se lo escuché a un gerente de una marca de la competencia, que no mencionaré ni nombre ni marca, pero que reconoceré que tienen un producto que a nivel estético supera con ventaja a las líneas del primer Versa (ver prueba). A nivel personal jamás me gustó, pero siempre lo respeté como una de las compras más razonables del segmento B. Incluso más que a ese sedán de segmento B "no nombrado" de la competencia.

Nissan tenía en ese modelo -que dicho sea de paso se sigue vendiendo como una opción entry level- un paquete que combinaba espacio interior muy generoso, una mecánica irrompible y confiable, junto con un confort de marcha bastante bueno y valores de venta lógicos. Es cierto, su diseño no era -ni es- el más agraciado ni proporcionado del segmento donde compite. Pero ese ítem podía ser pasado por alto porque en la balanza pesaba mucho más todo lo otro. Era un planteo similar al sobre el que se sostiene uno de sus rivales, el Toyota Etios Sedán (ver prueba).


Por esto, tras una lluvia de comentarios negativos sobre el diseño del anterior Versa, Nissan decidió tomar lo bueno y hacerlo todavía mejor para la segunda generación del modelo (ver lanzamiento), pero presentándolo ahora en un paquete más -mucho más- atractivo que antes. Ese "pasado oscuro" del diseño del Nissan Versa quedó en los libros de historia. Ahora tiene un estilo que está entre los más logrados del segmento, al menos bajo mi criterio y el de muchos de ustedes que comentaron en las notas que publiqué del modelo hasta ahora.

La estética se vio renovada por completo en su imagen y estilo. Ahora adoptó un lenguaje similar al de los Maxima y Altima, pero en una escala de tamaño menor. También ahora luce como la versión sedán del March/Micra que se vende en Europa. Eso sí, a nivel estructural conservó a la conocida plataforma V de la generación actual compartida con los March, Note y Kicks, así como también del anterior Versa. En relación a la mecánica lleva el impulsor ya visto en Note (ver prueba) y Kicks (ver prueba). El HR16DE de 1.6 litros, 122 cv de potencia y un torque máximo de 154 Nm.


Sin embargo, esta segunda generación pega varios saltos en términos de equipamientos tanto de confort como de seguridad en comparación con su antecesor. Por ejemplo, ahora trae de serie: seis airbags, frenos ABS+EBD+BA, control dinámico del vehículo (VDC), control de tracción (TCS), y asistente de ascenso en pendientes (HSA), a lo que en la versión más equipada hay que sumarle frenado inteligente de emergencia (IEB), alerta de tráfico cruzado (RCTA), y alerta de punto ciego (BSW).

Ya el Versa dejó de ser un auto "feo" para muchos, aunque no solo porque pasó por una intensa cirugía plástica. Tanto que en los primeros dos meses de ventas de esta segunda generación, se comercializaron nada menos que 136 unidades, quedando como el líder del segmento en diciembre de 2019 (ver nota). Además, a valores bastante agresivos con la competencia que lo dejan como una de las nuevas opciones a tener en cuenta, retomando lo que ya tenía en su haber el anterior Versa. Por eso, para conocerlo a fondo es que Autoblog realizó una prueba doble con las versiones manual y automática del nuevo Versa. Y la podrán leer en los próximos días.