Probamos al Audi Q2: un mundo de etiquetas

miércoles, 3 de octubre de 2018



Durante una semana nos subimos al más pequeño de la familia Q de Audi, el Q2. Será la próxima prueba en Autoblog.
Durante una semana nos subimos al más pequeño de la familia Q de Audi. Evaluamos durante más de 860 kilómetros al Q2, este producto dice ser un SUV compacto, que otros llaman crossover y que la propia marca dice que es "in-etiquetable". Pero antes de la prueba, un adelanto para conversarlo.

Según la definición que da Wikipedia, un hashtag es una cadena de caracteres formada por una o varias palabras concatenadas y precedidas por un numeral (#). Es, por lo tanto, una etiqueta de metadatos precedida de un carácter especial con el fin de que tanto el sistema como el usuario la identifiquen de forma rápida. En criollo es lo que siempre conocimos como "etiqueta".

Sin ir más lejos, esta nota que estás leyendo tiene cuatro para que pueda ser buscada en el historial del sitio: Audi, Pruebas, Q2, y SUV. Pero hay un problema. Bah, en realidad es una cuestión que radica en la forma que las marcas comunican sus productos. Audi se niega a etiquetar al Q2 en su campaña publicitaria y por eso usa el claim #untaggable ("in-etiquetable").


Pero al Q2 es muy fácil ponerle todas las etiquetas posibles: es un SUV compacto con un aspecto más urbano que su hermano mayor, el Q3. Es cierto que muchos confunden a este producto con el sport utility del A1, pero en realidad es otro derivado más de la familia de los A3. Incluso comparte la plataforma con aquel y casi todas (por no decir todas) sus mecánicas y transmisiones.

Entonces por más que se quiera desetiquetar de todos los conceptos establecidos por la industria, en términos de producto el Q2 tiene más etiquetas que la valija de un trotamundos. Sin ir más lejos, uno de mis tantos labores diarios es clasificar modelos y siluetas, además de discutir con ustedes en los comentarios sobre eso.


Pero volviendo al modelo en cuestión, ¿qué sentido tiene tener un producto que cumple con los mismos cánones que ya cumplía el Q3? Fácil. Hay una parte de los consumidores que buscan un SUV que sea más urbano y personalizable. Por ejemplo, en el Q2 se pueden cambiar paneles de la carrocería para combinarlos con diversos tonos. El interior también permite jugar con eso, conjugando molduras, tapizados y apliques.

Por eso muchos supieron confundirlo como el SUV del A1. Sin embargo, también esos mismos cayeron en las redes del razonamiento al pensar que si el Q3 era un compacto, el Q2 por deducción numérica, sería un sport utility del segmento B. Es cierto, es más pequeño que aquel. Pero el segmento es el mismo. Para Audi se llama "Segmento A", pero para el resto de los mortales, es un C.


Esa diversidad de criterios de querer ser de un segmento, pero ser más chico que el resto, de querer ser un SUV, pero no querer pisar un solo metro de camino sin asfaltar o tener casi las mismas virtudes que su hermano mayor, pero en una presentación más lúdica, definen al Q2 como un producto complicado de entender más que de clasificar. ¿Precisaban otro SUV más, Audi?

Recuerdo que cuando fui a su presentación mundial en Zúrich, hace unos dos años atrás (ver contacto), dije que el principal rival del Q2 no eran productos similares de otras marcas premium e incluso de generalistas. Sino que la competencia directa dormía en su propia casa y se llamaba A3 Sportback (ver prueba). Promete ser casi el mismo producto, solo que con una posición de manejo más alta y un aspecto menos convencional. Pero, ¿será algo más? Se los contaré en unos días más.