Probamos al Audi A3 Sedán 1.2 TFSI: prejuicios vs. downsizing

viernes, 6 de febrero de 2015



Probamos a la variante más accesible del Audi A3 Sedán, la 1.2 TFSI.
Después de haber probado en Alemania al impulsor 1.8 TFSI de 180 cv, hace algunos días atrás nos subimos al Audi A3 Sedán con el motor 1.2 TFSI de 105 cv asociado a una caja manual de cinco relaciones. En esta introducción intentaremos explicar el por qué de esta versión.

Unos días antes de subirme al Audi A3 Sedán 1.2 TFSI hice un experimento y escribí este texto que están leyendo ahora mismo, es decir, todavía no me subí al auto, ni siquiera sé de qué color es. Previamente a retirarlo, fui a repasar los comentarios de ustedes en la nota de lanzamiento de esta versión (ver lanzamiento) e intentar refrescar algunos conceptos vertidos por los lectores de Autoblog.

Terminada esa tarea, revisé mis apuntes de cuando probé por más de 1.700 km al A3 Sedán 1.8 TFSI con una transmisión manual de sexta en las autopistas y calles de Alemania a comienzos del año pasado (ver contacto), un auto que me dejó una excelente impresión, además de haber sido la herramienta perfecta para ir del Sur al Norte de ese país, y nuevamente al Sur.


Pero volviendo al experimento que acabo de hacer, es decir, cruzar todo lo bueno que dije de este modelo con el 1.8, con todo lo malo que dijeron ustedes en la nota del 1.2. ¿Saben qué salió del diagrama de Venn de esas dos notas? Que el uruguayo promedio sigue mirando de costado al downsizing.

Varios argumentaban que Audi había tomado una dirección equivocada con este impulsor, y que deberían haber traído el 1.4 TFSI con 125 cv. Otros más en contacto con la realidad, pedían el 1.2 TFSI con normativa Euro 6 -acá llega con Euro 2, ya que fábrica no lo homologó por la calidad nuestros combustibles- que produce 110 cv, es decir, 5 cv más que el que visitó nuestro garage hace unos días.


Y otros, en tanto, trazaban un razonamiento de lo más lógico: ¿por qué pagar casi U$S 44.000 por un Audi con 105 cv, cuando el mismo segmento C tiene entre sus filas a modelos más potentes y por menos precio? La respuesta es muy sencilla: los generalistas, no son premium, y eso en el listado de prioridades de varios usuarios está muy por encima de la potencia. Sí, a veces tira más un emblema que 100 cv.

Por eso el segundo experimento, el de probar el A3 Sedán con esta mecánica, es toda un desafío de los prejuicios, ya que Audi está atacando a la parte más alta del segmento C con un producto que, si bien no es más potente que algunos tricuerpos generalistas, ofrece muchos elementos que las marcas "no-aspiracionales" no pueden dar.


Y esto es: ser un vehículo importado desde Europa (más precisamente de Hungría), con la mejor calidad de interiores -por lejos- del segmento C, un equipamiento de seguridad intachable, y una garantía de tres años o 90.000 km, siendo que otras empresas rivales y del mismo origen dan como mucho, dos años, aunque extienden ese plazo cobrando extra. Ah, y me olvidaba, los productos "no-premium" no llevan cuatro aros en la parrilla.

Como oferta es más que tentadora para muchos, porque es un sedán premium a unos billetes de distancia de varios tricuerpos generalistas, mientras que los más dubitativos apelan a que un Audi con una mecánica que iguala en potencia a un hatchback popular de segmento B no vale la pena ni considerarlo. Es más, llegué a leer un "esto es un Gol Sedán disfrazado", un comentario que transformaría a un apacible ingeniero alemán en Mr. Hyde.


La realidad es que dejé para lo último en esta nota el as guardado en la manga que tiene este modelo: llevar un impulsor que promete consumos en promedio de 5 litros cada 100 km, es decir, lo mismo que gasta un Mitsubishi Mirage (ver prueba). No recuerdo otro sedán premium que pueda lograr estas cifras, y mucho menos, tricuerpos de segmento C generalistas. Habrá que ver si en la práctica son tan reales estos números.

Por ese motivo, más los otros que podemos ver en esta nota, es que le pedimos a Audi que nos prestara un A3 Sedán 1.2 TFSI para realizarle la correspondiente prueba. En unos días, les contaré si en esos días dejé los prejuicios en un cajón o si me los llevé para poder seguir andando con ellos más kilómetros.