Probamos al Haval Jolion Pro, un producto que dentro de la sub-marca de SUVs de GWM (Great Wall Motors) representa una nueva generación. Pero en realidad, es una actualización muy profunda sobre el original. Por eso hoy tendremos un texto didáctico: diferencias entre facelift, restyling y reskinning.
Es sabido que los automóviles renuevan periódicamente su imagen y según la importancia de los cambios, estos reciben un nombre distinto en el argot automovilístico. El desarrollo desde cero de un modelo específico o vida comercial, puede durar unos cinco años, aunque en China por ejemplo, ese plazo se está acortando a apenas uno. Y una vez lanzado al mercado, su vida comercial suele ser de otros siete o ocho, antes de ser renovado por otro completamente nuevo.
Pero antes de que eso suceda, se pueden dar una serie de modificaciones de equipamientos, mecánicas o estética, que se pueden medir en grados de profundidad. El más ligero se denomina “facelift” (“retoque de cara”) y tiene como objetivo poner al día la imagen exterior. Esta renovación suele afectar al frontal (de ahí lo de cara) y modifica sutilmente algunos detalles, llamados “partes blandas” por no formar parte de la estructura, como ser, la forma de los faros, los grupos ópticos y la parrilla, entre otros ejemplos.
El segundo escalón de modificaciones ya gana un grado de profundidad y se denomina “restyling” y se puede traducir directo del inglés como rediseño. Las diferencias entre el restyling y el facelift pueden ser muy sutiles y a veces se utiliza indistintamente la misma palabra para decir lo mismo. Pero no lo son. Acá las renovaciones son más grandes, implicando cambios enteros de piezas por otras más nuevas o distintas, pero también afectando al interior, cambiando materiales, tableros, volantes, asientos, entre otros ítems.
Tanto el primero como el segundo, son moneda corriente en la industria y lo vemos de forma constante. Pero hay una tercera etapa de modificación aún más profunda, pero sin llegar a ser una generación nueva con los costos que implica el desarrollo de una. En nuestro mercado hay un caso bastante popular de esto y es el Hyundai HB20 de segunda generación (ver contacto), que se basa en la primera, pero fuertemente modificada al punto de ser considerada una evolución completa, sin casi modificar la estructura original.
Esto se denomina “reskinning” y si bien suena parecido a “restyling”, son cosas distintas. En el reskinning se trabajan piezas más caras y difíciles de modificar, incluyendo a la estructura o piezas de estampado como las puertas, baúl o capot. También se cambian formas de estos elementos, pudiendo modificar así la morfología del vehículo. Traducido del inglés al español, es como un cambio de piel. Es un proceso bastante más costoso de llevar a cabo, pero reduce bastante las complicaciones técnicas y económicas de desarrollar una generación, sin perder en el camino, la posibilidad de tener algo “nuevo”.
Otro ejemplo más reciente de reskinning es el Haval Jolion Pro HEV (ver lanzamiento) que reemplaza al Jolion HEV (ver prueba). Al igual que aquel, llega a Uruguay en dos variantes (Elite y Deluxe) con un motor 1.5 litros de 94 cv, asociado a uno eléctrico con 110 kW (150 cv) y una batería con una capacidad de 1,8 kWh, entregando combinados 190 cv de potencia. Utiliza una transmisión automática denominada DHT (Dedicated Hybrid Technology), con tracción delantera. Y lo analizaremos este miércoles en detalle.