Un turbo-yipao: manejamos al Jeep Renegade T270 en Colombia

jueves, 26 de enero de 2023



Fuimos a Colombia al lanzamiento regional del Jeep Renegade T270 y a conocer la historia del "yipao".

Stellantis Latam convocó a la prensa regional al lanzamiento del Jeep Renegade con el nuevo motor 1.3 T270 turbo de 175 cv y 270 Nm. Autoblog viajó hasta Barú, Colombia a formar parte del evento. A continuación, crónica de viaje y la historia de cómo un Jeep se transformó en unidad de medida: el yipao.

Desde Barú, Cartagena, Colombia (*) - A finales del año pasado, la gerente de marketing y comunicación corporativa de Grupo Sevel Uruguay, Gabriela Coletto, me escribió para invitarme al primer viaje de este 2023. Sería el lanzamiento regional del Jeep Renegade. Al decirme eso, dudé y pregunté varias veces si había un error. El Renegade T270 hacía meses que estaba a la venta en Uruguay y otros países de la región (ver lanzamiento). Incluso ya lo había manejado en diciembre (ver prueba).

Sin embargo, los años de oficio me enseñaron muchas cosas. Una de ellas es nunca, jamás, rechazar un viaje con Jeep. Tienen por lejos uno de los mejores equipos para hacer lo que se llama “scouting de locaciones”, es decir, tienen muy afinado ese mecanismo de invitar a los medios a lugares espectaculares a manejar sus productos. La historia con ellos avala esto: me llevaron al impresionante y ecléctico Jalapão Experience, en Brasil a probar el Compass (ver diario de viaje) y más acá en el tiempo a la isla de Chiloé, al Sur de Chile con la presentación regional del Grand Cherokee L (ver contacto).


En el caso del Renegade el lugar elegido por Stellantis Latam fue Barú, en la localidad colombiana de Cartagena y a unos 45 minutos de lancha de la conocida ciudad amurallada. Es una península pequeña, de apenas 8.000 habitantes aproximadamente, cerca de la bahía cartagenera, con costa en el Mar Caribe.Y sí, es todo lo que te imaginás cuando te mencionan ese lugar: agua color turquesa, arena blanca como un papel, y un calor insoportable que todo el tiempo te invita a estar metido en el mar durante horas.

Stellantis Latam nos alojó a todos los medios en un complejo llamado “Hotel Las Islas” que se caracteriza por tener bungalows al nivel del piso, pero también elevados casi 10 metros (como el que me tocó) con todos los lujos posibles. Incluso tenía un jacuzzi afuera con vista hacia los manglares y la vegetación tropical. Si querés reservar unos días de vacaciones ahí, te costará unos U$S 600 la noche. Sí, eso cuesta.

Saliendo de esa “burbuja de lujo”, el hotel entero está ubicado dentro de un manglar, intentando dejarlo todo lo más agreste posible. Si no te acordás de las clases de geografía latinoamericana, estos espacios naturales son lugares de vegetación espesa intramarina, resistente al agua salada y que se caracterizan por generarse en zonas tropicales, con una rica variedad de flora y fauna. Esto hace que dentro del complejo, te puedas cruzar mapaches e iguanas caminando contigo todo el tiempo, pero también una variedad increíble de plantas y árboles. Y mucho silencio. Salvo cuando algunas aves lo interrumpen con su canto.


Si bien me perdí el primer día de presentaciones (gracias a la inoperancia de la aerolínea Avianca, empresa que detesto más que pagar impuestos), lo importante estaba en el segundo: prueba de manejo. Aunque al Renegade ya lo había manejado en diciembre, es un producto que siempre me agradó. Y con el cambio de motor, más aún. Así que era reencontrarse con un SUV sub-compacto de buena calidad de fabricación, un nuevo impulsor que le calza perfecto y hasta diría que lo mueve holgado. Es decir, lo que le faltaba al 1.8 atmosférico de 130 cv que reemplazó. La transmisión también está bien relacionada con el nuevo motor.

Cualquier comentario extra sobre el producto ya fue desmenuzado en el contacto publicado en diciembre, así que si esperabas una review clásica, lamento decepcionarte, pero esta vez no será ese tipo de contenido. Pero te prometo que al final de este informe, vas a tener una linda historia para compartir con tus seres queridos en la próxima reunión. Porque si hay algo que en todos estos años comprobé que Jeep tiene como marca es darte las chance de que puedas contar relatos distintos a los que explorarías con otras marcas en este tipo de eventos. Te llevan a lugares inhóspitos, exóticos o por donde la mano del hombre casi no pasó. Es un desafío a salir de lo tradicional. Y lo logran.


Luego de un nutrido desayuno en un barcito con el Caribe de fondo, los responsables de comunicaciones de Jeep Latam, empezaron a administrar las unidades de prueba. Eran todos Renegade Sport o Longitude T270 FWD y caja AT6, es decir, los mismos que se venden en Uruguay desde 2022. Me esperaba poder probar en Colombia al Trailhawk 4WD con el 1.3 T270 pero con transmisión automática de novena (AT9), ese “fruto prohibido” que nunca tuvimos en el mercado local. Conversando con Fernando Varela, vice-presidente de comercio de Stellantis para países andinos y América Central, le consulté si esta chance podría darse. Me respondió que “está en estudio poder ofrecer al Trailhawk en algunos países, pero nada confirmado 100% todavía”. El precio es el factor que demora este lanzamiento y otros en Uruguay.

Así que un poco frustrado por esto, me dispuse a manejar un Renegade Sport T270 FWD junto a un colega colombiano y una representante de Jeep Colombia que me acompañaron a recorrer las rutas y caminos de Barú, teniendo como destino del viaje el Aviario Nacional de Colombia, en donde pueden verse más de 160 especies de aves autóctonas como guacamayos bandera (tienen los colores del país), bichofués, periquito bronceado, azulejos o flamencos rosados, además de espátulas rosadas, entre otras.

Siempre es bueno tener presencia local en estos test drives porque uno como extranjero puede sacar datos vitales, como por ejemplo, saber cuál es el mejor café colombiano. Según mis compañeros de viaje colombianos no es el Juan Valdéz (que ahora se transformó en un Starbucks latino), sino el Quindío. Me llevé 2 kg en la valija, antes de que preguntes. Y un par más para regalar entre mis familiares y amigos.


Y acá es donde esa historia se entrecruza con la de la propia Jeep. Resulta que Colombia es un país muy cafetero (no es nada que ya sepas) y uno de los mayores productores de este cultivo a nivel mundial (están cuartos en el mundo atrás de Brasil, Vietnam e Indonesia). Unos 456 millones de kilos anual (tal vez no sabías que era tanto café). Es que los modelos de esta marca y el café van de la mano desde hace más de 60 años. Tanto, que hay una cultura alrededor del Jeep en Colombia, con clubes de fanáticos, festivales y desafíos todo terreno constantemente.

Mis compañeros colombianos me comentaron que en los tiempos en que las pick-ups no eran tan populares, Colombia (y sobre todo la zona de cultivos cafeteros) se hizo a fuerza de “tracción Jeep”. Me puse a averiguar y resulta que los modelos de las siete ranuras tocaron suelo colombiano por primera vez en 1946, con unas 300 unidades de Willys importadas por el ministerio de guerra, hoy llamado ministerio de defensa. Pero el uso de estos Jeep estaba lejos de los campos de batalla como en otras partes de la historia universal. Tuvieron una tarea igual de noble, pero más productiva, digamos.

En Colombia fueron utilizados para reemplazar a las mulas de montaña en el llamado “eje cafetero” para transportar los granos desde las partes más altas y de difícil acceso, hacia los centros poblados para su comercialización. En 1959 la Caja de Crédito Agrario y la Federación de Cafeteros, importaron nuevas unidades de la marca Willys, para promover el progreso y venderlos a los campesinos de la zona, quienes llevando grandes cargas de café y otros cultivos, también incluso ayudaron a hacer los caminos de montaña que siguen existiendo hasta nuestros días, y que marcan la ruta comercial del “eje cafetero” desde hace más de medio siglo. Hoy se celebra esta cultura con el "Desfile del Yipao" en las ciudades de Calarcá, Armenia y Sevilla mediante una caravana de yipaos por las calles (ver video al final del informe).


Tan populares eran (y lo siguen siendo) que en esa zona se habla del “yipao” (castellanización de “Jeepao”) como un medio de transporte rural, pero también como una unidad de medida. Sí, lo que leíste. En Colombia podés comprar en un mercado de pueblo “un yipao” de café, aguacates o plátanos. Nunca te van a decir cuánto es en kilos. Esa es la medida de compra. También sirven como taxi rural en zonas de acceso complejo y hasta la actualidad, muchos campesinos colombianos siguen usando a sus “yipaos” como “mula de trabajo”. Tal es la cultura que hay con estos vehículos, que incluso en las tiendas de recuerdos y artesanías, se venden imanes con Jeeps cargando bolsones de café. Es más, no pude resistir a llevarme uno para poner en mi heladera. Es más, es el que está en la foto de la portada de esta crónica.

Este Renegade T270 dista mucho de ser esa herramienta para cultivos como lo fueron sus antepasados en tierras cafeteras. Sin embargo, es el Jeep que más carga tiene puesta en sus hombros en la actualidad, pero también es el que más éxitos ha cosechado en la región desde su lanzamiento en 2015. Recordemos que fue el primer modelo de la marca en ser fabricado en el continente, más precisamente en Pernambuco, Brasil. Por historias como las de los “yipaos” América Latina le debe mucho a la firma de Detroit y a su vez, la marca también a la región. Así que no resulta tan descabellado que Jeep haya elegido a Colombia para que los mercados latinoamericanos reciban al nuevo y eficiente motor T270 puesto en el más pequeño de su gama regional. Es el territorio más Jeep del continente. Tal vez un campesino cafetero colombiano no quiera deshacerse de su indestructible Willys nunca, y mucho menos cambiarlo por un Renegade para llevar sus cultivos. 

Pero en caso de que alguna vez quisieran hacerlo, ahora tienen en el lineup de Jeep algo que sus ancestros nunca se imaginaron que podría existir: un “turbo yipao”. Y aunque las tendencias del mercado hoy lo lleven a estar más cerca de un drive-thru de Starbucks que de una plantación cafetera, el espíritu con el que carga este Renegade busca ser el de aquellos Willys que sentaron las bases de la economía rural colombiana más famosa del mundo, bajando a diario granos desde las montañas hasta la taza de café que te estabas tomando mientras leías este texto. Al menos yo lo hice para escribir esta crónica, claro está.



































Video: Lanzamiento Regional Jeep Renegade T270

Video: Desfile Yipao 2022 Jeep Colombia

(*) Viaje por invitación de Stellantis Latam y Jeep Uruguay