Probamos al Honda City Hatchback: herencia modular

lunes, 13 de junio de 2022



Luego de haberlo evaluado en carrocería Sedán, ahora probamos al Honda City Hatchback.

Tras la evaluación de la carrocería Sedán, ahora volvemos al Honda City, pero en este caso con silueta Hatchback. Se trata del sustituto (casi) directo del Fit regional, que toma su plataforma así como algunas de sus características de modularidad que lo hicieron famoso, pero en un envase bastante más tradicional.
Cuando fue presentado allá por el año 2001, el primer Honda Fit (ver prueba) representaba toda una revolución para la marca, ya que estaría participando en un segmento inexplorado hasta entonces. Si bien muchos intentan arrastrar a este producto hacia el territorio de los hatchbacks de segmento B, la realidad es que también toma elementos de un monovolumen de ese tamaño.

Pero más allá de ese detalle, el producto en sí era muy innovador, en especial en materia de modularidad y soluciones pensadas al uso diario. Por ejemplo, el depósito de combustible en un Fit iba debajo de los asientos delanteros, y no por debajo del baúl como en muchos otros automóviles. Honda siempre se caracterizó por tener modelos que ofrecieran un par de soluciones más prácticas que sus competidores.


Esto llevaba a no solo proteger el depósito ante un impacto posterior, sino además que deja libre mucho espacio para aprovechar el habitáculo. Ya que estamos en esta peculiaridad, el pequeño Honda contaba con una solución que ningún rival pudo igualar jamás: el sistema ULT. La "U" es por "utilidad" (y utility, en inglés), la "L" de largo (y long, en inglés), y la "T" de tall o alto en español, y poder jugar a una especie de Tetris con tu auto para poder ir acomodando cargas y pasajeros de la forma más eficiente.

Plegando tanto el asiento como los respaldos traseros, este producto permitía llevar una bicicleta pequeña o una planta en sus plazas traseras, sin desarmar ruedas, o tener que podar ni una rama para que entre. También esa misma solución permitía dejar todos los asientos abatidos transformando al Fit en una pequeña cama de dos plazas rodante, en un cuarto modo denominado "Refresh", que bien podría haber sido "Relax". En su segunda y tercera generación, por tal motivo, pasaría a llamarse ULTR.


Sin embargo, el Fit fue discontinuado en el Mercosur. Sobrevivió en otras regiones como Europa (ver nota) o Japón (ver nota), en donde ya va por la cuarta generación. Para esta parte del mundo, así como también en los mercados del Sudeste asiático otras partes que suelen llamarse "mercados en desarrollo", la idea de Honda fue reemplazarlo con el City Hatchback (ver nota) modelo que hoy va en su quinta generación. Su historia fue contada hace algunas semanas cuando probamos al City Sedán (ver prueba).

Pero ahora llegó el turno de conocer al Hatchback (ver lanzamiento) que a partir de la variante intermedia, denominada EX-L, suma al ya mencionado sistema ULTR, heredado del Fit, de su derivado crossover, el WR-V (ver prueba) y del HR-V (ver prueba), siendo hoy el único modelo de segmento B que permite esa modularidad heredada de su antecesor, siendo también un resabio de otra silueta en extinción total: los monovolúmenes. Así que ahora evaluaremos al City Hatchback y su particular "herencia modular."