Probamos al Audi Q3: ¿segunda generación o segunda evolución?

miércoles, 4 de diciembre de 2019



Evaluamos a la segunda generación del SUV compacto de Audi, el Q3.
La segunda generación del Audi Q3 se puso a la venta en julio de este año (ver lanzamiento) y cuatro meses después llegó la hora de evaluarla. Autoblog probó a la variante Advanced, equipada con una mecánica 1.4 TFSI de 150 cv de potencia, asociada a una caja automática S tronic de seis marchas.

El Audi Q3 (ver prueba) ha sido desde el año 2011 el primer escalón de la gama de SUVs de la marca alemana. Recién en 2016 tuvo un relevo en ese papel, con la llegada de su hermano menor, el Q2 (ver prueba). Esa primera generación fue un producto que venía a rivalizar por entonces con los BMW X1 y Mercedes-Benz GLA, y en el caso de Autoblog, los superaba a ambos por aquellos días. Tanto que con mis 24 años recién cumplidos, decidí nombrarlo "SUV del año" en 2012 (ver nota).

Hoy el panorama del Q3 es otro. La oferta de SUVs premium está en otra sintonía. Los precios cada vez se acercan más a los de SUVs generalistas y los generalistas se arriman mucho en sus versiones más equipadas a los premium. Y en algunos casos, hasta los superan. Allá por 2012, un Q3 costaba U$S 73.000. Hoy la versión más accesible de la segunda generación, no llega a los U$S 60.000 y sin dudas, lo duplica o triplica en equipamientos de confort y seguridad a la primera versión de la primera generación.


También el Q3 es otro producto ahora. Ya no usa una plataforma anticuada, como lo era la PQ35 del Grupo Volkswagen, sino que utiliza la ubicua MQB modular y hasta se da el lujo de tener una variante derivada, como lo es la Q3 Sportback, con estética fastback (ver nota) y que seguramente tengamos por estas pampas en 2020. Sí, de ahora en más, me negaré a decir "SUV con silueta de coupé". Que conste en actas.

Audi incluso se aventuró a cambiar el origen del Q3. No se fabrica más en la planta española de Martorell, compartiendo línea de montaje con los productos más populares de Seat, también propiedad del Grupo Volkswagen. Ahora su producción se trasladó a Győr, en Hungría, donde los alemanes también fabrican al TT desde hace unos cuantos años. Esto también repercutió en una mejora en la calidad. Basta ver los interiores de la primera y segunda generación comparados. El Q3 tenía buenos interiores, pero ahora pegó un salto grande en este sentido.


Al tener otra plataforma, cambiaron también las dimensiones. Frente a la generación anterior (medidas entre paréntesis), el nuevo Q3 mide 4.485 mm de largo (+97 mm), 1.849 mm de ancho (+18 mm), 1.585 mm de alto (- 5 mm) y su distancia entre ejes es de 2.680 milímetros (+ 77 mm). El baúl del ofrece 530 litros (+70 l), ampliables a los 675 litros con los asientos traseros en su posición más avanzada, o 1.525 litros (+160 l) rebatiendo los respaldos en proporción 40:20:40.

Pero, al menos en Uruguay, el Q3 no tuvo cambios ni evoluciones en términos mecánicos. El único impulsor disponible para nuestro mercado es el recontra-archi-conocido-probado 1.4 TFSI, capaz de producir 150 cv de potencia disponibles entre las 5.000 y 6.000 vueltas. El torque máximo de 250 Nm está presente entre las 1.500 y 3.500 rpm. Y al igual que en la primera generación, va asociado a una caja automática secuencial S tronic de seis velocidades. La tracción, en tanto, es delantera.


Es decir, mucho ha cambiado entre aquel 2016, en el que pude manejar al primer Q3. En 2019 me vuelvo a subir a este modelo, pero en su segunda evolución. El SUV de Audi es más moderno, espacioso, tecnológico, está mejor equipado y así y todo, logró tener un precio más accesible que hace tres años atrás. Es que los automóviles progresan y mejoran en cada evolución o cambio de generación. Hay casos puntuales en los que esta máxima no se cumple, pero son los menos.

Un SUV como el Q3 siempre quiso hacer sentir a gusto a quien lo maneje, mediante buenos interiores, un andar confortable y con una buena cuota de practicidad para que el uso del día a día, sea menos tedioso de llevar a cabo. Y en eso, al menos, la primera generación cumplía con creces, era un sport utility que te hacía sentir a gusto al manejarlo. ¿Se sentirá el cambio generacional pese a haber mantenido la misma mecánica o estamos ante una clara evolución de algo que ya era bueno? En unos días podré contarles si el nuevo Audi Q3 responde una de estas dos preguntas.