Prueba: Chevrolet Sonic Hatchback 1.6 LTZ (Parte 1)

lunes, 17 de septiembre de 2012



Evaluamos al modelo más nuevo de Chevrolet en nuestro país, el Sonic.
Tras su lanzamiento el pasado mes de marzo en el Montevideo Motor Show, nos subimos al chico de GM fabricado en Corea del Sur y desarollado como producto global. Manejamos la carrocería hatchback en su tope de gama, denominada LTZ. La primera parte de la prueba, tras el salto.

Si hay que trazar el árbol genealógico del Sonic hay que ser justos y comenzar por su verdadera identidad, Aveo. La primera generación que data de 2002, -que aún convive con este Sonic-, fue reemplazada en 2011 por esta segunda evolución del chico de GM. A diferencia del primero, el nuevo Aveo -Sonic para nosotros-, es un modelo global y tan importante para la avanzada de la familia del moño dorado, que incluso fue presentado en el mercado estadounidense, además de también fabricarse en ese país amante de los autos de más de cinco metros y que habla de un motor V6 como "entrada de gama".

Justamente en ese lugar, el Sonic es presentado como un vehículo apuntado a los jóvenes universitarios y tanto por precios, como por su ingeniosa campaña publicitaria (ver video). Autoblog se subió su variante hatchback más equipada llamada LTZ con el único motor disponible, un 1.6 16v de 115 cv y caja manual de quinta, por un precio de U$S 27.490 y con una garantía de dos años sin límite de kilometraje.

EXTERIOR 

Chevrolet hace un tiempo largo que viene repartiendo en su gama esta nueva identidad definida por la gran doble parrilla con el logo en el medio. El Sonic no es ajeno a esto y desde lejos se lo reconoce como un integrante de la familia. La trompa es baja y disimula mucho mejor tanto el tamaño de la parrilla, como el generoso logo que en sus hermanos.

El rasgo más encantador y característico del frontal son los faros sin acrílico que los cubra, siendo cuatro cañones independientes, cromados en el caso de este LTZ. Un recurso similar al usado por Alfa Romeo en el 159, o los Brera/Spider, por citar el primer ejemplo que se me viene a la mente.


En el lateral se destaca una estética robusta, basada en una abundancia de chapa por sobre las superficies vidriadas. El techo, a diferencia de otros rivales, no cae al llegar al remate trasero, sino que sigue recto y es cortado abruptamente por un discreto spoiler. En la parte baja de la carrocería, un nervio corta con tanta chapa y se sube por encima del guardabarros trasero, añadiendo dinamismo al conjunto.

Otro guiño de diseño es el tirador de las puertas traseras ocultos en la parte superior, una solución usada por su hermano menor, el Spark GT y que cuenta con el mismo inconveniente: dificulta la visibilidad posterior en los 3/4 traseros, especialmente cuando hay que maniobrar al estacionarlo.

Las llantas de aleación de 16 pulgadas van sobre neumáticos Hankook Optimo en medida 205/55 R16 y son para todos los Sonic por igual. Son neumáticos anchos, de un comporamiento adecuado para un vehículo con un chasis regulado para ser cómodo en ciudad y firme en ruta, siendo de los mejores del segmento en este aspecto, como ampliaré en la segunda parte de la nota.



La parte trasera interrumpe el curso del techo y se corona con un spoiler color carrocería, como decía previamente. Otros detalles específicos de esta versión tope de gama, frente al LT, entrada de gama, son los aros cromados de las ópticas traseras, y los sensores de estacionamiento. Este remate trunco, atractivo a gusto personal, le jugará a favor de la habitabilidad posterior, como veremos en el próximo apartado de la nota.

Pero antes de hablar "del adentro" del Sonic, conocemos las medidas "del afuera": 4,039 m de largo, 1,735 m de ancho, 1,517 m de alto y una distancia entre ejes de 2,525 metros.


INTERIOR


Al sentarse al volante se siente una cierta reminiscencia a otros modelos que pasaron por nuestras manos, como ser el Cruze o el Spark GT. El Sonic está entre medio de ambos, y toma por dentro un poco de cada uno de sus hermanos. La posición de manejo ofrece múltiples regulaciones, tanto de butaca -que permite bajar o subir mucho en ambos casos-, como del volante, que lo hace en altura y profundidad. Cualquier persona, incluso gente muy alta, se podrá acomodar sin problemas al volante del Sonic. Obviamente, los más bajos también podrán hacerlo, ya que como dije antes, permite subir bastante el asiento también.

La pedalera contribuye con esa gran comodidad al volante, con un embrague algo largo quizás, pero de acople corto, mientras que los pedales de freno y acelerador son firmes facilitando la dosificación de la fuerza con el pie. El volante lo toma prestado del Cruze y cuenta con buen agrarre, ya que va revestido en cuero además de agregar en dos de sus radios, los mandos del cruise control y todo lo relativo a radio o telefonía Bluetooth.

Los asientos cuentan con un tapizado de cuerina de buena calidad en los laterales, y en la parte central de cuero natural, de ese que no usan en India, por aquello de las vacas sagradas. Es perforado y con olor a cuero, como debe ser. Las butacas son firmes, no cansan tras largas horas al volante, y cuentan con buena sujeción para el cuerpo, y un poco menos para los muslos. 


El instrumental "tipo moto" puede que sea uno de los puntos más controversiales del Sonic. Hay gente que simplemente lo aborrece, mientras otros lo adoran. Yo en cambio soy neutral, ya que si bien soy consciente de que no es el que debería llevar un auto de este precio y segmento, de todas formas en el uso diario fue fácil de convivir con él y su lectura no resultó tan complicada como podía esperar.

Tiene solo un elemento de aguja, el tacómetro, en tanto que velocímetro, odómetro, la cantidad de combustible, y computadora de abordo son digitales. Es casi calcado al tablero del Spark GT, solo que en aquel, era al revés, el de aguja era el velocímetro y el tacómetro era digital. Entre los dos, si tengo que elegir, me quedo con el del Sonic.


Una de las sorpresas es que en el habitáculo no hay ni un solo material de inyectado blando. Sin embargo, un sello de la industria coreana es su buena calidad de plásticos y encastres, aunque sean rígidos, y en el Sonic esto se confirma. La única pieza que que merecería un tratamiento más esmerado, es la tapa de la guantera superior, en cuyo interior se encuentran las tomas auxiliares de audio, tanto Jack como USB.

En la consola central está la radio con lector de CD, MP3, conexiones auxiliares, conectividad Bluetooth para música y teléfono, además de mandos al volante. Suena bien, gracias a sus seis parlantes, además de ser intuitivo en todas sus funciones, basándose en botones grandes y claros, así como también por la fácil interpretación de todos los comandos. Por debajo del equipo de audio está el aire acondicionado, de correcto desempeño.

Para aquellos que tengan que ir en las plazas traseras del Sonic, encontrarán uno de los espacios más cómodos de esta nueva camada de modelos de segmento B de nueva generación. En los laterales, dos adultos irán sin quejas tanto a lo alto como a lo largo, en tanto que un tercer ocupante tendrá que lidiar con un ancho no tan generoso de la plataforma, pero de todas formas para viajes cortos, no habrá problemas. Los inconvenientes vienen porque en esa plaza central carece de apoyacabezas y un cinturón de tres puntas, siendo del tipo abdominal.


Un punto a favor para el Sonic, es que en todas sus versiones ofrece anclajes ISOFIX y TopTether para sillas infantiles. El baúl ofrece 253 litros, que si bien no está entre los más amplios del segmento, se sabe defender en un segmento donde el espacio de carga no es de las prioridades más importantes.

Para los que busquen  agrandar ese espacio, abatiendo los respaldos traseros en 60:40 se alcanzarán los 653 litros. Por debajo de una alfombra están las herramientas y el neumático de auxilio, que no solo es del tipo temporal, sino que además cuenta con una medida inferior a los cuatro titulares: 115/70 R16 contra 205/55 R16 de los exteriores.

MOTOR


El Sonic se vale de un impulsor nuevo para nuestro mercado, pero compartido con el Cruze en Europa, por ejemplo. Pertenece a la familia Ecotec de GM y tiene 1.598 cc de cilindrada, 16 válvulas con doble árbol de levas a la cabeza además de apertura variable. Produce 115 cv de potencia a 6.000 rpm con un torque de 155 Nm a las 4.000 rpm, y en esta versión hatchback va exclusivamente asociado a una caja manual de cinco velocidades, mientras que la carrocería sedán cuenta opcionalmente con una automática secuencial de sexta.

Es una mecánica ágil en ciudad, contando con una elasticidad que le permite moverse con soltura en el tránsito congestionado. Se desempeña bien en el uso diario, especialmente gracias a una transmisión, que sin temor a equivocarme, es la mejor del segmento. Ya al salir a la ruta, el 1.6 se torna un poco rumoroso por encima de las 3.500 vueltas, pero tampoco algo que llegue a incomodarle a los ocupantes que vayan hablando o escuchando la radio.

Según fábrica, acelera de 0 a 100 km/h en 11,3 segundos, su velocidad final es de 189 km/h. Los consumos son 8,9 l/100 km en ciudad, 5,3 l/100 km en ruta y en ciclo mixto hace 6,6 litros cada cien kilómetros. El depósito tiene una capacidad de 46 litros, en tanto que el peso en orden de marcha es de 1.259 kg.

Galería: Chevrolet Sonic Hatchback 1.6 LTZ
Prueba: Chevrolet Sonic Hatchback 1.6 LTZ (Parte 2)