Contacto en Dubái: Rolls-Royce Phantom Extended Wheelbase

jueves, 14 de noviembre de 2019



Autoblog pudo probar brevemente en Dubái a uno de los automóviles más lujosos del mundo: el Rolls-Royce Phantom.
Durante una breve estadía en Emiratos Árabes Unidos, Autoblog pudo manejar por unos kilómetros desérticos a la última generación del Rolls-Royce Phantom, en su versión Extended Wheelbase (EWB). Utiliza un impulsor 6.75 litros V12 turboalimentado, capaz de producir 571 cv y 900 Nm.

Desde Dubái, Emiratos Árabes Unidos - No haré una historia de la gama Phantom porque sería repasar más de 100 años de legado. Sir Henry Royce, uno de los fundadores de la compañía, presentó al primer Rolls-Royce Phantom en 1925, y fue reconocido como el "mejor auto del mundo" por los expertos. Como resultado, ha llevado a algunos de los hombres y mujeres más influyentes y poderosos (para bien y para mal) del mundo a los momentos históricos más definitorios de los últimos 94 años. Ahora va por su octava generación (ver nota) y eso es todo lo que hay que saber de este producto.

La historia de cómo llegué a ponerle mis manitas a esta bestia de casi 6 metros de largo, 2.6 toneladas de peso y más de medio palo verde en valor, es más interesante. Durante mi viaje al Salón de Frankfurt 2019 (ver cobertura), cubriendo la Volkswagen Group Night, me encontré con Jorge Bialade. Jorge es un Uruguayo de 32 años, que hace 4 años atrás, estaba a cargo de la gerencia del suplemento Gallito, en el diario El País. Fue en esas circunstancias que nos conocimos. Compartimos incluso un viaje a Mendoza, para el lanzamiento regional de la Toyota Hilux (ver apuntes del lanzamiento) y de ahí en más, comenzamos a llevarnos bastante bien como "colegas del medio."


Apenas unas semanas más tarde de ese viaje, Jorge renunció a su cargo para irse a vivir (y trabajar) a Dubái, la ciudad más famosa de los Emiratos Árabes Unidos, conocida por su lujoso comercio, la arquitectura ultramoderna y su vida nocturna animada. Allí le ofrecieron el cargo de gerente general de una web llamada Yallamotor, que no solo se encarga de ser una especie de Mercado Libre del mundo árabe, sino que también tiene una pata de contenido que se encarga de hacer cosas como las que se hacen en este blogcito, es decir: probar autos. Solo que a escala Dubái. Jorge ha podido manejar varios Aston Martin, Bentley, Lamborghini y otras marcas de lujo y deportivas que se te ocurran. Para él un Porsche es como que yo pruebe un Kia o un Renault, es decir, lo normal. También él está a cargo de la web en los siete países donde opera: Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Egipto, Qatar, Omán, Kuwait y Bahréin. Nada mal, ¿no?

En ese encuentro en Frankfurt, entre champagne gratis y hamburguesas veganas eco-friendly en la fiesta "olvídense de que sucedió el Dieselgate" de Volkswagen, charlamos de laburo, pero también de nuestros futuros viajes hasta finales de 2019, casi como quien intercambia figuritas en el patio del recreo. Al comentarle que estaba viajando a Japón para cubrir el Salón de Tokio 2019 (ver cobertura), le comenté mi itinerario y sugirió que en lugar de hacer escalas en Estados Unidos, fuera por Dubái, y que de paso, podía quedarme unos días en su casa, para así también conocer la ciudad, que dicho sea de paso, desconocía. Su promesa era "si vas,  voy a conseguir algo bien bestia para que pruebes, vas a ver". Casi un mes después, Jorge no solo fue un gran anfitrión en Dubái. También cumplió su promesa. Y como podrán ver, con creces.


Exterior

Lo primero que uno puede decir del Phantom de octava generación es que es un Rolls-Royce por donde se lo mire y no tiene intenciones de ocultarlo. Lo segundo a lo que se puede hacer mención es obvio: el tamaño. ¿Vieron ese lugar común de decir que un auto grande "es una lancha"? Bueno, esta limousine inglesa tendría que ser un crucero transatlántico. Es un poco irónico que el nombre sea "fantasma". Si pasa por la calle, es imposible que no lo veas.

La unidad probada es la Extended Wheelbase, que le agrega, como dice su nombre, más distancia entre ejes al Phantom convencional. Son 220 milímetros más en esa cota. Tampoco es que el modelo "corto" es un vehículo chico. Mide 5.762 mm de largo, 2.018 mm de ancho (sin contar los espejos, claro está), 1.646 mm de alto y la batalla es de 3.552 milímetros. El LWB que usé en Dubái, salvo por el largo (5.982 mm), tenía el mismo ancho que los otros Phantom, pero 10 mm más de alto también (1.656 mm).


Como dato curioso, pude verlo estacionado al lado de otro modelo de la gama, el Wraith (ver nota), que es la versión coupé del Ghost (ver nota), el "baby-Rolls" y era como parar un apartamento de dos dormitorios al lado de un chiringuito playero. La diferencia de dimensiones asusta. El Phantom es (muy) alto, largo y ancho. En una ciudad donde los rascacielos más grandes del planeta toman el paisaje por asalto, manejar un auto así se siente adecuado. Usar al modelo más caro y enorme de la marca más lujosa del mundo en otras ciudades, sería un ejercicio de excesos.

Algo que también tenía ese roller, era una cuota ridícula de opcionales. Algunos de muy buen gusto, como la carrocería a dos tonos con esa waist line pintada a mano (sí, esa línea que cruza el auto se hace de un trazo de pincel y a mano por un ser humano), mientras que otras no solo rozan, sino que abrazan al terraja que todos llevamos dentro: el emblema del "Spirit of Ecstasy" bañado en un cromado dorado, es demasiado Ricky Fort. Las llantas de aleación parecen chiquitas, pero son de 22 pulgadas. Las dos "R" en el centro no se mueven cuando nos movemos, sino que quedan fijas y los neumáticos eran unos Continental ContiSportContact⁵ en medida 255/45 R22.


Interior

Ni me gastaré en describir la calidad de los interiores porque es un Rolls-Royce. ¿Falta que aclare algo más que eso? El cuero está por todos lados, la madera es de verdad y no hay una sola pieza metálica que no sea de metal real. Es casi que un vicio pegarle con el borde de las uñas a las salidas de aire acondicionado para escuchar un sutil pero armónico "tin".

Lo que sí es decepcionante es la posición de manejo. El Phantom Extended Wheelbase tiene entre sus muchísimos opcionales, un paquete llamado "Privacy Suite" que compone una enorme mampara divisoria fija entre el habitáculo delantero y el trasero. Está pensado para aislar a quienes viajen en las plazas traseras de los mortales que viajen adelante. En todo sentido, tanto visual como acústico. Es casi como manejar un taxi montevideano. Ponele.


Hay un cristal que se oscurece con un botón, cortinas de terciopelo que tapan las ventanillas y la luneta, y en caso de que quieras hablarle a tu chofer, tendrás que usar un intercomunicador, que tiene un botón dedicado ubicado junto a los parantes C, junto al que cierra las puertas a distancia (las delanteras también pueden hacer esto). Esa mampara fija -recubierta en cuero vacuno de primera calidad, claro está- cumple esa función. Ah, y también la de apretujar al chofer contra la columna de dirección, dejándole muy poco recorrido de la butaca, que tiene sus memorias, regulaciones eléctricas, programas de masajes, calefacción y ventilación, al igual que los dos asientos traseros.

Tampoco hay mucho qué decir de las plazas delanteras, porque son las más irrelevantes de todo el auto. Por sus dimensiones, su apretujada posición de manejo y el miedo a meterle un cordonazo una de esas costosas llantas en cada estacionamiento, es casi que una tortura medieval manejar un Phantom EWB. La idea es quitarle todo el estrés al dueño del auto y trasladárselo al pobre diablo que tiene que llevarlo a todas partes. Y se consiguen ambos fines, no lo duden.


Entre los sistemas de ayuda a la conducción del nuevo Phantom cabe destacar, entre otros muchos, los siguientes: Alertness Assistant, un sistema de cuatro cámaras que incorpora las tecnologías Panoramic View (visión de 360°, incluida la vista cenital) y Vision Assist, visión nocturna, programador de velocidad activo, sistemas de alerta (colisión, peatones, tráfico en sentido transversal, salida y cambio de carril), una pantalla HUD de alta resolución y 7" x 3" de tamaño, punto de acceso a Wi-Fi y, por supuesto, lo último en sistemas de navegación y multimedia.

Por dentro el lujo es el protagonista, pero también la tecnología. Rolls-Royce ha adoptado un enfoque más futurista, con instrumentos más claros para el conductor, una mejora que han solicitado clientes de Rolls-Royce en todo el mundo. Ahora, la pantalla en color TFT de 12,3 pulgadas con retroiluminación LED puede mostrar toda la información dentro del marco de cromo. La interfaz está diseñada con letras y agujas virtuales con adornos que parecen pequeñas joyas. En el extremo opuesto del instrumental, está "The Gallery", una pieza ininterrumpida de cristal templado que cubre el tablero a lo ancho, que el propietario puede personalizar con la moldura que desee, incluyendo piezas hechas a medida, ya sea en madera labrada, telas bordadas, metales grabados o lo que se te cante.



Entre las creaciones inspiradas en este inusual espacio galerístico, cabe citar obras tan diversas como un óleo de los South Downs ingleses en otoño, obra del conocido pintor chino Lian Yangwei; un mapa en impresión 3D y chapado en oro del ADN del propietario a cargo de Thorsten Franck, enfant terrible del diseño en Alemania; rosas de porcelana fina creadas de manera artesanal por el mundialmente famoso fabricante Nymphenburg; o un diseño abstracto de la artista británica Helen Amy Murray. 

Además de estos encargos que corren por el departamento de personalizaciones de la marca, llamado "Bespoke", que tendrán un plazo de entrega más dilatado, los artesanos y diseñadores de Rolls-Royce de la planta Home of Rolls-Royce en Goodwood han creado para "The Gallery" espectacular colección de innovadores tratamientos de seda, madera, metal y cuero disponibles de manera inmediata. En el caso de la unidad de pruebas en Dubái, tenía una pieza de seda blanca plegada de tal forma, que parecía un telón lujoso salido de la habitación de un hotel tan exclusivo como el Burj Al Arab.


Viajar atrás es incluso mejor que la mejor clase business de una aerolínea comercial. El espacio para las piernas es todo el que le falta a los van adelante, las alfombras son tan gruesas y peludas, que no pude evitar descalzarme ahí.

Las butacas traseras (independientes) se pueden regular mucho y además traen dos almohaditas bien mullidas para que descanses tu cabeza en un viaje largo. Además hay dos pantallas multimedia con un iDrive de BMW disfrazado al estilo Rolls-Royce en las que podés ver películas, la televisión, o incluso digitar tu destino de preferencia y enviarlo a la pantalla delantera, así tu fercho te lleva a donde quieras ir.


¿Querés servirte algo? No te preocupes, el paquete "Privacy Suite" también incluye como un mueble-bar con vasos de whisky y decantador, copas de champán y refrigerador, para disfrutar de bebidas como las que se hacen en la tierra natal del Phantom, por ejemplo. En todos los casos, los cristales están grabados con la "RR" en los fondos de las botellas, vasos y copas.

Van escondidos en el apoyabrazos central, y en el caso de las flautas, van en un refrigerador que va dentro del baúl. Es decir, ahí atrás, no te falta nada. Solo sobra lujo y comodidad. Para llevar el equipaje, el espacio de cargas tiene 548 litros de capacidad. Y no, no se pueden rebatir los respaldos. ¿O ya te olvidaste que entre medio tiene un refrigerador?


Motor y transmisión

Para mover esta animalada de vehículo, se precisaba una animalada de motor. Y el Phantom lo tiene. Usa el mismo impulsor que el Cullinan, el primer SUV de Rolls-Royce (ver nota). Se trata del N74B68, que como habrán podido descifrar los más nerds, es un motor de origen BMW por su codificación. Tiene 6.749 cc de cilindrada (6.75 o 6 y ¾ para ser más tradicional), 12 cilindros en "V" a 60º, 48 válvulas con variador de apertura "Double-VANOS", dos turbocompresores de una entrada sola (single-scroll), intercooler e inyección directa.

Produce unos animales 571 cv de potencia a 5.000 rpm, que lo hacen el auto más potente que haya manejado hasta ahora, quitándole ese título al Mercedes-AMG E 63 S T-Modell 4MATIC (ver contacto) con sus descomunales 557 cv. También es el auto con la mayor cantidad de torque que utilicé: 900 Nm, disponibles -atentos- desde las 1.700 revoluciones, es decir, casi que desde parado, regulando. Va asociado a una transmisión automática con convertidor de par y ocho relaciones, la famosa y eficiente ZF 8HP90 que ya pude utilizar en varios modelos de BMW. Pero con un detalle: va programada junto al GPS del auto, así sabe qué marcha poner en función del camino que estemos transitando, incluso antes de llegar ahí. Es la mejor definición de "paso de marchas telepático".


Aunque el impulsor sea BMW, está fabricado -a mano, como reza una placa en el vano motor- en Goodwood, Inglaterra, nada menos. Y es una verdadera obra maestra de la ingeniería artesanal. Empuja con la brutalidad de un gorila en celo, la agilidad de un guepardo, y la suavidad de un pelaje de conejo. En otras palabras: es muy animal todo. La aceleración es constante y lineal, sin turbo-lag ni demoras en la entrega de potencia. Lo otro que sorprende es que teniendo semejante "planta de poder" (dato curioso, el tacómetro en realidad se denomina "Power Reserve" y va del 0 al 100%, no mide revoluciones), es algo -tal vez- decepcionante que no se lo pueda escuchar.

El motor y todo lo que sucede por fuera del habitáculo, no se oye aunque lo intentes. En absoluto. El nivel de aislamiento acústico que tiene es pavoroso y quizás el aspecto más sorprendente de todo el Phantom. No se siente nada, de verdad, ni siquiera apoyando la oreja contra el cristal. La respuesta a esto, es que lleva un acristalamiento de dos capas de 6 mm en todo el automóvil y más de 130 kg de aislamiento acústico. También tiene aleación de doble capa dentro del piso, además de capas densas de espuma dentro del techo interior, en las puertas y en las paredes del baúl.


Rolls-Royce también trabajó en colaboración con su proveedor de neumáticos para inventar neumáticos especiales llamado 'Silent-Seal', que presentan una capa de espuma colocada dentro del neumático para eliminar el ruido de la cavidad hueca del neumático y reducir el ruido general en 9 decibeles. De hecho, cuando el ingeniero de pruebas acústicas de Rolls-Royce revisó por primera vez los resultados de las pruebas de carretera y vibración (NVH en inglés), los niveles de sonido eran tan bajos que tuvieron que comprobar que sus instrumentos estaban calibrados correctamente.

Aunque es una mole que pesa en vacío unos 2.610 kilogramos, el Phantom EWB VIII sabe como moverse. Declara una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 5,4 segundos y logra una velocidad final, limitada electrónicamente, de 250 km/h. Los consumos, para que comenten los numeritos en el próximo asado con amigos como anécdota, son los siguientes: 13,9 l/100 km en ciclo mixto, 9,7 l/100 km en carretera, y en ciudad, bueno, no hay otra forma de ponerlo que con este número guarango: 21,4 l/100 kilómetros. Por lo menos el depósito de combustible es generoso: 100 litros.


Comportamiento dinámico

Además de ese sellado casi que al vacío del mundo exterior, lo otro que el Phantom hace como ningún otro auto en el planeta, es la suspensión. Redefine lo que hayas visto hasta ese momento en términos de comodidad. No se siente un solo pozo, lomo de burro -en Dubái, los hay, ambos-, ni nada que se les parezca en términos de "accidentes urbano-topográficos." Y como dije, manejarlo es una anécdota simpática, más que un ejercicio de disfrute.

Lo primero que me llama la atención es el volante. Tiene un diámetro enorme y su aro es muy fino, lo cual me recuerda inevitablemente a las ruedas o timones de los barcos de vela y a los carruajes antiguos. No es fruto de la casualidad, se ha buscado esa evocación por los modelos clásicos que tanto gustará a los clientes más veteranos y fieles de la marca. La dirección es de lo más desmultiplicada y falta de sensibilidad. También tiene un diámetro de giro exagerado -como todo en este auto-: 13.77 metros. Pero además tiene otro truco escondido: dirección a las cuatro ruedas. Así y todo, es una tarea cuasi imposible hacer un cambio de giro en menos de cuatro maniobras.


Pese a que tomé la precaución de ir a conducirlo lejos del -caótico- tránsito de Dubái, poco a poco, y a medida que hacía kilómetros por otro tipo de caminos, fui agarrando confianza con el Phantom e iba tratando de mentalizarme de que hay que conducirlo como un auto cualquiera. Aún cuesta entender cómo una mole de dos toneladas y media se puede mover de la forma en la que lo hace.

Me costó también porque todavía, casi un mes y medio después de haberlo manejado, sigo abrumado por lo que supone conducir un vehículo así. Pero si no desconectaba ese chip, de otra forma no iba a ser capaz de disfrutarlo. Digamos que no es que odié conducirlo, pero he manejado vehículos más divertidos que este. Pese a esto, el Phantom tiene otro tipo de encantos para seguir siendo sorprendente.


No es un vehículo para conductores, sino para choferes llevando a sus jefes. O jeques y monarcas, en este país en especial, para ser más preciso. Así que una vez que me aburrí de usarlo -perdón por ser tan pedante con ese comentario- me dispuse a abrir las suicide doors traseras y sentarme en las butacas de la realeza que tiene en el sector trasero, para disfrutar del paisaje del desierto árabe.

Que no es muy sorprendente tampoco que digamos. Es arena, arena y un poco más de arbustos secos con arena. Recién se puso bueno cuando nos acercábamos a la zona del Sahara, que ahí la arena cambia de un tono blancuzco a uno más terracota. Y termina siendo un lugar espectacular. A 47º cuando parte el Sol el día, pero espectacular de todas formas. Igual que el Phantom.


Conclusión

Me voy a saltear tres apartados clásicos de estas notas porque son innecesarios. El equipamiento de confort y seguridad de todas formas será detallado en la ficha técnica al final del informe. El tema "precios" en un Rolls-Royce es caer en una frase que una vez un gerente de una marca premium me dijo: "si tenés que preguntar el precio de los opcionales, es una señal de que no lo vas a poder pagar". De ahí que Rolls-Royce no comunique los valores de los extras en ningún mercado y esos números solo se los reserve para charlar con sus clientes de forma privada.

Por el contrario, sí es público el precio "base" del Phantom Extended Wheelbase en Dubái (consultando el valor en Yallamotor, claro está), que asciende a unos AED 2.415.000, que pasados a dólares son unos U$S 657.590. Así que una vez más confirmo y re-confirmo esa frase de ese gerente. Es una guasada de dinero, pero también a cambio te estarás llevando una guasada de auto, sin dudas, el mejor exponente de lujo y exclusividad que ruede por el planeta Tierra.


Manejar y poder experimentar un producto de estas características es muy especial. Más para alguien que vive de esto. Soy consciente de que la mayoría de los clientes de este auto están acostumbrados a viajar en las plazas posteriores, pero si te gusta conducir, hacerlo con una máquina de estas dimensiones es una experiencia diferente a conducir cualquier otra cosa que haya manejado. Es más, es muy probable que en lo que me resta de vida laboral, no pueda volver a repetirla.

Estar en un ambiente rodeado de las mejores maderas, las mejores tapicerías, ya sea al volante o disfrutando de las comodísimas plazas posteriores, un Phantom te aísla del resto del mundo para llevarte a otro donde todo es mejor y sin concesiones. Es un icono de lo más exclusivo de la industria automotriz. Pero también una receta perfecta del exceso de la exclusividad. De ahí que se lo use como parámetro para medir otras expresiones exageradas de lujo. Por eso no se podía ir a manejarlo a otra parte del mundo que no fuera, "la Rolls-Royce de las ciudades".



A favor
  • Calidad de materiales y terminaciones
  • Capacidad del baúl
  • Conjunto motor/transmisión/chasis
  • Consumos reducidos
  • Confort de marcha
  • Comportamiento dinámico
  • Diseño
  • Equilibrio de suspensiones
  • Garantía
  • Equipamientos de seguridad y confort
  • Habitabilidad para cuatro adultos
  • Insonorización
  • Personalización
  • Prestaciones
  • Tecnologías aplicadas

En contra
  • Consumo urbano declarado
  • Diámetro de giro excesivo
  • Posición de manejo limitada
  • Sin neumático de auxilio








FICHA TÉCNICA:

MOTORIZACIÓN
Cilindrada (cc) 6.749
Número de cilindros: 12
Número de válvulas: 48
Relación de compresión: 10,0:1
Diámetro x carrera (mm): 89,0 x 80,0
Inyección: directa con doble turbocompresor twin-scroll intercooler, y doble sincronización variable del árbol de levas (doble VANOS)
Potencia máxima (cv/rpm) 571/5.000
Torque máximo (Nm/rpm) 900/1.750
TRANSMISIÓN
Caja de velocidades automática de ocho relaciones
Tracción trasera
DIRECCIÓN
De piñón y cremallera con asistencia eléctrica
FRENOS
Delanteros: de discos ventilados
Traseros: de discos sólidos
EJES - SUSPENSIÓN
Delantera: independiente 5-link McPherson con barra estabilizadora con amortiguación neumática
Trasera: independiente 5-link McPherson con barra estabilizadora con amortiguación neumática
NEUMÁTICOS
Dimensiones: 255/45 R22
Rueda auxiliar: N/D
PRESTACIONES
Velocidad máxima (km/h) 250
Aceleración 0-100 km/h (s) 5,4
Consumo (l/100km) Urbano: 21,4  - Carretera: 9,7 - Mixto: 13,9
DIMENSIONES / PESO
Capacidad del baúl (l) 548
Peso en vacío (kg) 2.610
Peso en orden de marcha (kg) N/D
Largo total (mm) 5.982
Ancho total (mm) 2.018
Alto total (mm) 1.656
Distancia entre ejes (mm) 3.772
Capacidad del tanque de combustible (l) 100

Archivo para descargar | Equipamiento Rolls-Royce Phantom Extended Wheelbase

PRECIO (En Dubái):

U$S 657.590 (sin opcionales).

COMERCIALIZA:

AGMC Rolls-Royce Motor Cars Dubai. Sheikh Zayed Road 8827. Tel. 800-RRAGMC (772462). Web: www.rolls-roycemotorcars-agmc.com/







































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