Probamos al Peugeot 5008: upgrade a business

martes, 23 de abril de 2019



Para saldar una deuda pendiente, evaluamos al Peugeot 5008 con la excusa de la llegada de la versión GT Line.
Luego de haber probado hace casi dos años al Peugeot 3008 (ver prueba) ahora le tocó el turno de ingresar a nuestro garage a su hermano con capacidad para siete plazas, el 5008. Evaluamos a este SUV compacto con la excusa de la comercialización de su nivel tope de gama GT Line.

En todos estos años de trabajo me ha tocado viajar mucho y de pasar a ser un ser humano que jamás se había subido en si vida a un avión, pasé a ser uno con varias tarjetas de "viajero frecuente" de diversas aerolíneas para acumular millas. Gajes circunstanciales del laburo de periodista especializado, que le dicen. Algo que aprendí es que todo ese mundillo se trata en realidad de un comercio del espacio. No solo aéreo, sino físico.

Todo se mide por un lugar ocupado y los valores de intercambio se manejan en función de eso. Asientos, bodegas, alimentos, etc. A un espacio más cómodo y generoso, mayor costo, mientras que la fórmula también funciona de forma inversamente proporcional, claro está. A diferencia de otros métodos de transporte, en la aviación comercial todo está calculado al detalle más histérico en función del espacio que se ocupe.


Donde más se puede apreciar esta ecuación es en los asientos de los aviones. Una butaca de clase turista, es decir, la más económica, permite una distancia entre las piernas y el asiento precedente de entre 72 y 86 centímetros, como medida estándar, aunque en algunas aerolíneas puede haber casos en los que tengamos entre 43 y 86 centímetros, contando por ejemplo, los asientos de las salidas de emergencia. Tal vez no sea una gran diferencia. Pero sí existe cuando tu cuerpo pasó más de 6 horas sentado en ese lugar.

Por eso nació la categoría de primera clase, o business, como se le llama de forma comercial. Acá la distancia entre tu asiento y el del pasajero que va adelante tuyo, puede crecer hasta un metro o más que el de los plebeyos que van en turista. También la comida es de mejor calidad, existe una pantalla de entretenimiento individual, el asiento se convierte en una cama en la que se puede dormir casi con la misma tranquilidad que la que tenemos en casa.


También todo eso tiene un costo. Mientras un pasaje convencional cuesta en promedio unos U$S 120-200, uno en business puede ascender como mínimo a unos U$S 1.200, pudiendo llegar en algunos casos muy especiales como en la aerolínea Emirates, hasta los U$S 22.000 que cuesta ir en primera clase para cubrir la ruta Nueva York-Dubai. Sí, no me pasé con los ceros ahí. Esta cuestión me vino como anillo al dedo durante los días de convivencia con el Peugeot 5008 GT Line (ver lanzamiento).

Porque mientras utilizaba este SUV con capacidad para siete plazas, también estaba gestionando una invitación de una marca para ir (bastante) lejos de Uruguay a cubrir un salón del automóvil y hacer otros menesteres. La cuestión de viajar o no en business, surgió en la conversación con los organizadores de mi viaje. Y de forma automática no pude evitar relacionarla con el auto que estaba manejando por esos días, que dicho sea de paso, si será considerado cómodo para viajar, que hasta fue usado como vehículo presidencial para la asunción de Emmanuel Macron (ver video abajo).


Como bien sabrán a estas alturas, Peugeot tiene dos SUVs en este segmento, los 3008 (ver prueba) y 5008, que se diferencian más que nada porque el segundo tiene capacidad para llevar a siete pasajeros, mientras que el primero acepta solo cinco. La diferencia monetaria entre ambos con equipamiento GT Line, es de U$S 5.500 más para el 5008, que también ofrece 165 milímetros más de distancia entre ejes, 432 litros más de baúl cuando se utilizan cinco de las siete plazas, y tres asientos individuales en la la segunda fila de asientos. Es decir, casi un 10% más por unos centímetros extra.

Entonces la lógica aeronáutica se repite también en el mundo de los automóviles, como podrán ver. El extra de espacio en dos productos que son técnicamente el mismo, se paga bastante más caro. Ahora, ya conociendo las virtudes y defectos del 3008, ¿existe una diferencia tan notoria que justifique el desembolso extra de dinero si no estamos precisando un vehículo de siete plazas como el 5008? Se los voy a contar en unos días más, momento en el que tal vez, también esté surcando los aires en una butaca de avión sin restricciones de espacio. O tal vez no.


Video: The Presidential Peugeot 5008