Probamos al Jaguar E-Pace: al servicio de su Majestad

martes, 26 de junio de 2018



Primer Jaguar que pasa por nuestro garage. Manejamos por más de 910 kilómetros al segundo SUV de la marca, el E-Pace.
Es el modelo desarrollado para que Jaguar haga volumen a nivel global y también el primero de esta marca que pasa por nuestro garage. El E-Pace es el segundo SUV de la firma británica y en unos días más podrán leer su evaluación completa. Pero antes tendrán un pequeño adelanto de la prueba.

En la industria del automóvil, durante los últimos 20 años se dieron cuatro fenómenos que quebraron la línea del tiempo en las gamas de los productos de marcas premium. El primero fue en 1997, cuando Mercedes-Benz decidió darle vida al primer Clase ML. Dos años más tarde, fue el turno de BMW con el primer X5. En 2002, fue Audi con el Q7. Y en 2003, quizás el más polémico y recordado, Porsche con el primer Cayenne. Digo que es el que más marcó porque partir de ese momento, la frase fue: "si Porsche se largó a hacer un SUV, ahora todos lo van a hacer".

Y la profecía se cumplió. Más acá en el tiempo, en 2017, pasó de nuevo con el Alfa Romeo Stelvio y el Bentley Bentayga, mientras que un año antes sucedió con el Maserati Levante. Y este año con los Lamborghini Urus y Rolls Royce Cullinan. Pero un poco antes, fue el turno de Jaguar con el F-Pace (ver lanzamiento). Ahora, ¿por qué estoy citando a estos productos? Porque todos fueron el primer SUV de cada marca en toda su historia, de firmas que durante muchos años, renegaban de entrar en esta categoría.


El mercado mundial está empujando con fuerza a todas las firmas automotrices a desarrollar un SUV o morir en el olvido intentando no sumarse a la corriente. Marcas arraigadas a una raíz deportiva o de lujo, con coupés gran turismo o deportivos exóticos, todavía tenían una chance de sobrevivir hasta hace unos cinco años atrás. Hoy solo unas pocas todavía pueden darse ese lujo: Ferrari, Aston Martin y McLaren. Pero el resto cayeron bajo la presión de un mercado adicto a los sport utilities de lujo.

Los puristas, que son una especie de "vigilantes nocturnos" de las tradiciones más arraigadas de cada marca, no tardaron en sellarlos como parias de las gamas a cada uno de estos modelos. Sin embargo, vistos con un ojo menos influenciado y radical, en la gran mayoría de los casos, pese a tener una "naturaleza herética" para ellos, al resto del mundo serán productos más que capaces y dignos de llevar sus "escudos de armas" en el "mascarón de proa". Perdón, en su parrilla con "family feeling".


El E-Pace (ver lanzamiento) también forma parte de esta ola de nuevos SUVs premium de marcas enfocadas a nivel histórico en producir deportivos de ensueño o sedanes de lujo. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con sus rivales, los Audi Q3, BMW X1 o Mercedes-Benz GLA, que tratan de atraer a un público de marcas generalistas con precios jugosos en esos productos, Jaguar quiso seguir fiel a ser una marca premium en todos los segmentos donde compita y lo hace siempre a toda costa.

Por eso en nuestro mercado, un E-Pace comienza en U$S 105.900, mientras que las versiones más completas y caras de un Q3, X1 o GLA, sin opcionales agregados encima, nunca logran superan los U$S 85.000. Por eso la cuestión que retumba en los rincones es la siguiente: ¿por qué cuesta casi U$S 20.000 más que sus rivales? En España, por ejemplo, el E-Pace "base" parte desde los 37.450 €. Un Q3, 30.680 €. ¿GLA? 31.400 €. ¿Y el X1? Unos 31.900 €. Es decir, es más caro que sus rivales no solo acá, sino que Jaguar decidió que así fuera en todos los mercados donde se comercializa.


La pregunta en este caso tiene dos respuestas: 1) en nuestro mercado este producto está bastante mejor equipado en todos los aspectos desde la versión entrada de gama que todos los niveles tope de gama de sus rivales y 2) por una cuestión de posicionamiento de marca. Siguiendo un criterio similar al de Maserati, Jaguar busca ser una alternativa premium a las firmas provenientes de Alemania más que nada, pero con conceptos diferenciales en términos de imagen. Es un "premium-full-full", diría un vendedor de autos de antaño. Pero la realidad es que todo se reduce a una cuestión de estatus.

Mientras un Mercedes-Benz, Audi o un BMW son productos premium, pero para las masas, Jaguar es una marca que sin ir más lejos, tiene una autorización real como proveedor de la Casa Real británica​ concedida por la reina de Inglaterra, el príncipe de Gales y el duque de Edimburgo. Y esa distinción está presente desde el manual del usuario hasta en sus folletos. Ya sabemos que es un producto al servicio de su Majestad. Ahora quedará ver si también puede complacer a clientes que no vivan en palacios ingleses. Pero para eso, tendrán que esperar unos días más a la evaluación completa del E-Pace acá en Autoblog.