Probamos a la Alfa Romeo Giulietta: amore a prima vista

viernes, 24 de octubre de 2014



Evaluamos a la Alfa Romeo Giulietta. La semana que viene en Autoblog, la prueba completa.
Durante cuatro días y casi 800 kilómetros recorridos, nuestro famoso garage tuvo una visitante 100% italiana. Nos subimos a la Alfa Romeo Giulietta, producto que fuera relanzado este año intentando recuperar el terreno perdido por la marca que le saca suspiros a todo el mundo con su hechizo.

Voy a arrancar con una declaración dura: si te gustan los autos, te tienen que gustar todas las Alfa Romeo. Todas. Desde la más hermosa, solo comparable en su silueta al cuerpo de una bella modelo italiana acostada sobre un futón en paños menores (33 Stradale o la 4C, por ejemplo), hasta esa que parece a tu suegra con ruleros recién levantada. Sí, a tí te hablo, Alfa Arna.

A todas las (las, y no los, capisce?) Alfa hay que amarlas en su correspondiente medida. ¿Por qué? Porque sí. No voy a ponerle racionalismos a algo completamente irracional. Blaise Pascal, filósofo francés, decía que "el corazón tiene razones que la razón desconoce", y con el caso de los productos de esta marca, creo que a muchos nos pasa eso. Por eso explicar esa máxima con la que arranqué este texto, es técnicamente imposible.


Desde que tengo conocimiento de mi pasión por los automóviles, los Alfa siempre estuvieron ahí, esperándome con sus líneas que embriagan en las páginas de las revistas o mismo en la calle, haciendo enloquecer por su diseño a los peatones. Los principales culpables de esto son los alfisti una raza aparte de petrolhead que vive intoxicada por el veneno del biscione y van por la vida evangelizando al resto, casi como si fueran una legión de mormones tuercas.

Los más mortales simplemente solemos coquetear con el fino arte de adorar a los productos italianos con todas sus virtudes (diseño que mata a la razón) y defectos (diseño que mata a la función). A algunos les lleva más tiempo que a otros, pero todos terminamos cayendo en el hechizo. Puedo confesar que fui presa fácil: tardé cuatro días en enamorarme locamente de la Giulietta, y el día de la devolución fue el sufrimiento comparable al de un niño que le quitan su juguete favorito de Navidad.


También las Alfa suelen ser las culpables de las críticas más plagados de lugares comunes, de los que a la mitad de esta nota, ya me declaro responsable de unos cuantos. Hacer referencias a lo irracional, al cuore u otros italianismos a la hora de hablar de una Alfa es casi tan trillado como un spot de un político en campaña. ¿Importa? No.

De todas formas, pese al exagerado amor que se le suele expresar a productos de esta marca, sus ventas reflejan todo lo contrario, y en los números suele (o al menos solía hasta el año pasado) ser de las menos tenidas en cuenta por el público uruguayo del universo premium.


Desde que Alfa Romeo presentó a la Giulietta, allá por el año 2011 (ver primera impresión), toda la marca apenas comercializó, según cifras de ACAU, 15 unidades. Al año siguiente, la cifra cayó a 6. Luego en 2012 ascendió a 7, pero el año pasado la marca entera desapareció del radar.

A comienzos de este año, más precisamente en enero, el importador y representante de Alfa en Uruguay, Autolider S.A., decidió revivirla con una agresiva política de producto. Volvieron las Giulietta (ver lanzamiento) y MiTo (ver lanzamiento) con precios tan interesantes, que levantaron las ventas de un solo mazazo. En marzo, que es cuando arranca el año comercial realmente, se vendieron 17 autos, y con las cifras de setiembre ya cerradas, el acumulado anual es de unas alentadoras 44 unidades.


La gran porción de esas ventas corresponden a la Giulietta, que sigue siendo la encargada de llevar la bandera italiana en alto y con orgullo. Como si fuera poco, justamente este renacer local se da el año en el que este producto cumple su 60º aniversario (ver nota). Lo más increíble es que sigue hechizando petrolheads a diestra y siniestra desde entonces.

Por ese motivo, porque era un modelo que nos viene quedando en el tintero probar desde que arrancó Autoblog, y simplemente porque es imposible decirle "no" al ofrecimiento de probarla -les juro que me la ofrecieron de buena fe-, es que la semana que viene tendremos finalmente la evaluación de la Giulietta, en este caso con la transmisión automática secuencial TCT de doble embrague y equipamiento Distinctive.
A partir de la semana próxima se verán algunos cambios en relación a las publicaciones. A pedido de varios de ustedes, las pruebas ahora serán de una sola entrega (no habrá dos partes), así como tampoco contarán con el correspondiente video, ya que posiblemente en 2015 volverán, pero con una mejor producción. Por otro lado, se mantiene la galería completa como ya es costumbre, y los contactos, de ahora en adelante serán un poco más "compactos" de leer.