Probamos al último de los Seat deportivos de la historia, el León Cupra 290. |
La Sociedad Española de Automóviles de Turismo, denominación con la que fue bautizada Seat, es la empresa española de automóviles más famosa del planeta, que fuera fundada en 1950. Pero no fue hasta el año 1996 en que la firma de Martorell creó la denominación Cupra (acrónimo de CUP-RAcing), como la versión deportiva de la compañía. Previo a que esto suceda, las denominaciones "Sport" o "Bocanegra" eran sinónimos de que estábamos ante un Seat deportivo.
El primer modelo que estrenó la denominación Cupra de forma oficial, fue el Ibiza de segunda generación, bajo el acabado GTI 16V con carrocería de tres puertas (algunos ruedan todavía por nuestras calles) con una apariencia más deportiva que las otras versiones del modelo. Se lanzó al mercado como una edición especial, ya que hacía referencia como homenaje al modelo de competición el Ibiza Kit Car, que se utilizaba sobre todo en el campeonato español de rallyes de la época.
En 1998, dos años después del primer Cupra, se lanzó una segunda edición, esta vez denominado como Cupra 2 World Rally Champion, también sobre la base del Ibiza. Tanto éxito tuvo, que Seat decidió eliminar de su gama la denominación GTI en sus productos (quedando solo para su hermana Volkswagen), y a partir de 1998, todos los Seat deportivos se pasarían a llamar Cupra. Existió un Córdoba Cupra y el intento de un Toledo Cupra en forma conceptual. Pero el año 2000 fue clave para el nacimiento del Cupra definitivo: el León Cupra.
Con este modelo incluso se estrenó el logotipo de la versión "picante" de un Seat: un emblema con la inscripción "Cupra" acompañada de una bandera a cuadros con una línea lateral roja basada en la bandera de la división Seat Sport. Pero los catalanes decidieron crear variantes más prestacionales incluso, con mecánicas más potentes que las Cupra convencionales. Y las comenzaron a denominar "Cupra R". Los hubo dentro de las gamas de Ibiza y León en sus generaciones previas.
Sin embargo, a partir del año 2002, Seat decidió crear un nuevo nivel que iniciaba la gama deportiva sustituyendo a los modelos "Sport", y que se posicionaban por debajo de los Cupra, denominados FR, siglas provenientes de (Formula Racing). Eran más que nada un paquete estético deportivo, con algunas mejoras en términos de suspensiones y dirección, pero poca cosa más. Sin embargo, los Cupra comenzaban a tomar más forma como un Seat distinto al resto, por tener una preparación mecánica especial.
Pero no fue hasta 2018 en que esto se puso bien en claro. Este año fue el inicio de Cupra como una marca independiente de Seat, aunque bajo su mismo paraguas dentro del Grupo Volkswagen (ver nota). Cabe destacar, que Seat a su vez, está gestionada por Audi dentro del conglomerado alemán, junto a Lamborghini, Bentley y Ducati. Este León Cupra 290 (ver lanzamiento) que ves en imágenes es el último de ese linaje de Seat deportivos. Porque ahora esos son los que conforman a la familia Cupra. Por eso a modo de despedida de esa historia (porque esta generación del León ya se dejó de producir en 2020), es que probamos al Seat León Cupra 290: el broche de cobre para una historia deportiva española. Prueba completa, en unos días más.