Probamos al Audi Q3 Sportback: conflictos de identidad

miércoles, 10 de junio de 2020



Probamos al nuevo integrante de la familia "Q" de Audi, el Q3 Sportback.
El próximo test de Autoblog será al Audi Q3 Sportback, es decir, la variante con carrocería fastback del SUV mediano de la casa alemana, que sigue con una tendencia de diseño bastante popular por estos días, la de hacer sport utilities con una silueta que busca ser la de un coupé, sin ser uno en sí.

Antes de arrancar el adelanto, aplaudo la honestidad de Audi de no llamar a este modelo "Q3 Coupé". "Sportback" es un término más honesto, si vamos a los hechos. La casa de Ingolstadt es una de las pocas que no ha caído en ese error. A sus coupés, es decir, vehículos de dos puertas, les llama en efecto así, mientras que a los que suman un par de puertas más y un portón posterior, les pasa a denominar Sportback, que vendría a ser el honesto matrimonio entre "fastback" y "sport".

Sin embargo, algunos fabricantes apelan a ese término para productos como este Q3 Sportback (ver lanzamiento). "SUV Coupé" es una denominación que al escucharla o leerla, genera en mí una sensación física similar a masticar arena. Un sport utility, por definición, es todo lo opuesto a una coupé tradicional: es alto, tiene cuatro puertas -en la mayoría de los casos-, cuenta con capacidades fuera de camino, practicidad por doquier, y un enfoque hacia el espacio interior o la facilidad de uso.


Si vamos a la etimología del término "coupé", voy a valerme de una (gran) parte de la columna editorial del argentino Renato Tarditti, director de la revista MiuraMag y colaborador de Autoblog.com.ar, que además, es diseñador industrial egresado de la Universidad de Buenos Aires. Renato la tituló "Auge y ocaso de las coupés" y es un enfoque más que interesante para tener en cuenta (ver editorial). Pero solo tomaré un fragmento y dejaré que ustedes lean el resto. Va la cita:

La palabra viene del francés y significa “cortado” (el verbo en infinitivo es “couper”). En el Siglo XIX se usaba para denominar a los coches para dos pasajeros tirados a caballo, que tenían la parte delantera recortada, dejando dos plazas abiertas delante para el conductor y un eventual acompañante. Con el advenimiento de los vehículos a motor, el término pasó a ser usado para definir a los primigenios autos de dos plazas (que eran mayoría por aquél entonces). Incluso, en 1916, la Sociedad de Ingenieros Automovilísticos recomendó su uso en ese sentido, en un intento por ordenar los nombres de los distintos tipos de carrocerías de autos. Con el correr del tiempo se consolidó su uso para definir a los “autos cerrados de dos puertas laterales y línea deportiva” (tal es la definición formal del diccionario).



Lo de “línea deportiva” no es un detalle menor; de hecho, es crucial para definir lo que hoy entendemos por coupé, y es a menudo fuente de polémicas entre los entusiastas. El tema es que, si bien toda coupé es un auto de dos puertas laterales, no todos los autos de dos puertas laterales son coupés. La palabra solo aplica a los autos con silueta, digamos, estilizada, y por eso no es pertinente para los coches pequeños (por más que tengan solo dos asientos como el Smart), los hatchbacks (a pesar de que algunos tienen claras aspiraciones deportivas como el Peugeot 208 GTi), ni a los todoterreno. En definitiva, termina siendo una cuestión de sentido común: nadie se referiría a un Volkswagen Gol, a un Jeep Wrangler, o a un Renault Twingo como “coupés”, ni siquiera en sus versiones de alta performance (si las tuviesen). Hay excepciones, claro, como la “coupé 600”, pero era un apelativo más que nada cariñoso, cuando no algo irónico.

Otra paradoja: las verdaderas coupés están desapareciendo, pero la palabra sigue tan vigente como siempre. Los genios del marketing parecen haber descubierto que combinarla con otras expresiones le agrega automáticamente una pátina de deportividad –y el estilo de vida que eso implica– a cualquier tipo de producto. Tal parece que la palabra ha dejado de ser un sustantivo que designa “vehículo de dos puertas”, para convertirse en un adjetivo, o sea un vocablo que agrega o modifica cualidades a otro sustantivo o nombre propio. La tendencia actual es que cualquier vehículo que tenga una caída de techo más o menos fluida está autorizado a llamarse “coupé”, no importa si tiene dos, cinco o diez puertas. Así tenemos nuevas tipologías de autos como “coupés de cuatro puertas” (algo tan contradictorio como decir “moto de cuatro ruedas”), “SUV Coupé”; “Compact Crossover Coupé”; “Crossover Utility Coupé”, y no sería extraño que alguna marca ya esté pensando en una “Sport Pickup Coupé” o algo por el estilo.


Sin embargo, el lenguaje se define por su uso. Que un auto tenga una silueta de “acupesada” no quiere decir que sea una coupé. A esos autos les pueden poner el nombre que quieran, pero si alguien dice “me compré una coupé Mercedes”, lo que indefectiblemente viene a la mente es un SL, un Clase C Coupé, o hasta un AMG GT. Nadie va a pensar en un CLS y mucho menos en un GLC o un GLE Coupé. Hasta Porsche, una marca que no suele dar pasos en falso, acaba de presentar la nueva Cayenne Coupé, que solo se diferencia de la “normal” por tener el portón trasero un poco más inclinado. Es un gesto que bordea la falta de respeto para con modelos icónicos como el 911, el Cayman o los extraordinarios pero incomprendidos 928 y 944. Y esta tendencia que empezó en los segmentos premium ahora también está derramando hacia las marcas generalistas. Renault y Fiat ya están dando pasos en esa dirección y tal vez intenten convencernos de que sus futuros Arkana y Fastback son de alguna manera coupés. Pero no lo son ni lo serán.

Por eso este Q3 Sportback es un promete ser algo más honesto en su denominación. Pese a esto, desde la comunicación de la marca tal vez se traicione un poco esto y me haga retirar los aplausos del principio. Si vamos al comunicado oficial de la marca, su primer párrafo es un canto a la confusión. Y lo cito textual: "Audi añade a su gama un SUV compacto con silueta coupé: el Audi Q3 Sportback. El nuevo modelo combina la fuerte presencia y la versátil funcionalidad cotidiana de un SUV, con la elegancia deportiva y la agilidad de un coupé, convirtiéndose en el primer crossover compacto de la marca Audi." ¿Es un SUV? ¿Un SUV coupé? ¿Un SUV con silueta coupé? ¿Un crossover compacto? ¿O un SUV Sportback? Lo dejo a criterio de ustedes en los comentarios. De mi parte, me doy por vencido. El test completo, en unos días más.