Autoblog en Japón subiéndose al Toyota Supra GR para su prueba de manejo por las calles de Tokio. Ponele. |
Desde Tokio, Japón (*) - Omotenashi (お持て成し) es una palabra japonesa que significa "bienvenida" u "hospitalidad", pero que también engloba una serie de costumbres que se caracterizan por hacer sentir cómodo al huésped extranjero. Es algo que se inculca en la cultura nipona desde pequeños y que luego se traslada a varios aspectos de la convivencia diaria. Nunca un japonés va a dejar que te vayas de su casa frustrado por algo o infeliz. No importa dónde estés o quién seas.
Hace unas -cuantas- semanas atrás estaba en Tokio por primera vez, junto a Alfonso Bosch, gerente de ventas de Toyota Uruguay, empresa que me invitó a cubrir el Salón de Tokio 2019, también a conocer este país y parte de la historia de la marca (ver posteo al final). Durante el viaje, ambos teníamos ganas de poder al menos ver al Supra GR (ver nota) que corresponde a la quinta generación del modelo. Al no estar presente en el propio salón del automóvil ni tampoco en el museo de la marca en Nagoya, decidimos ir a buscarlo a uno de los GR Garage (Gazoo-Racing Garage) que hay en Tokio.
Google Maps en mano e indicaciones precarias de por medio al taxista nipón, llegamos al GR Garage ubicado en la Prefectura de Kanagawa. Llegamos y no solo tuvimos la dicha de poder encontrar un Supra GR A90 de color amarillo, sino que también era una unidad de flota, es decir, para que los clientes hicieran test drives. En inglés, y con mucha amabilidad, preguntamos si podíamos salir a dar una vuelta en el auto. Pusimos nuestra mejor cara de "Gato con botas" pidiendo por favor. Nos dijeron que esperáramos que un cliente iba a salir con el auto y que a la vuelta nos contestaban. Así que esperamos unos 45 minutos ahí hasta que volvieron.
La respuesta del encargado del local fue igual de amable: "lo lamento, pero sus licencias de conducir no son válidas en Japón, de veras lo siento, espero sepan entender". Resulta que para poder conducir en este país, se precisa una licencia de conducir internacional. En mi caso la tengo y cada año la renuevo. El problema, bah, los problemas eran dos: 1) este año me olvidé de renovarla porque no había ido hasta ahora a ningún país que la precisara usar. Pero a veces en ciertos países, te hacen la gauchada aunque esté vencido y 2) el documento vencido quedó en una mesa de luz de mi casa, en Montevideo. A 18.556 km del asiento del conductor del Supra. D'oh!
Así que le agradecimos (Arigato gozaimasu!) y nos retiramos del local. Una vez que estábamos llegando a la vereda para tomarnos un taxi rumbo al aeropuerto (ya para regresarnos a Uruguay), el mismo encargado salió del local, y nos fue a buscar para decirnos que aunque lamentaba profundamente (sic) que no lo podíamos manejar, si queríamos y teníamos tiempo, con mucho gusto nos invitaba a salir con él a dar una vuelta. La respuesta a esa invitación no hace falta decir cuál fue.
Resultó ser un trayecto de unos 15 kilómetros por las calles y autopistas de Kanagawa en el que el encargado fue preguntándome qué hacía en mi laburo, cuántos aviones y horas de vuelo había tenido hasta Tokio (fueron 3 aviones en clase turista y 36 horas en total, por las dudas) y cuántos autos se vendían por año en Uruguay. Se rió más de ese número que el de mis horas de viaje. Pero igual pude subirme al Supra GR del lado izquierdo, que no es el mismo que tenemos de este lado del mapa. Y todo por el bendito y generoso "Omotenashi", una costumbre que todos deberíamos practicar a diario. Sin más, desde Autoblog va el deseo de una muy feliz Nochebuena y feliz Navidad para todos sus lectores y Arigato gozaimasu, Japón!.
Hace unas -cuantas- semanas atrás estaba en Tokio por primera vez, junto a Alfonso Bosch, gerente de ventas de Toyota Uruguay, empresa que me invitó a cubrir el Salón de Tokio 2019, también a conocer este país y parte de la historia de la marca (ver posteo al final). Durante el viaje, ambos teníamos ganas de poder al menos ver al Supra GR (ver nota) que corresponde a la quinta generación del modelo. Al no estar presente en el propio salón del automóvil ni tampoco en el museo de la marca en Nagoya, decidimos ir a buscarlo a uno de los GR Garage (Gazoo-Racing Garage) que hay en Tokio.
Google Maps en mano e indicaciones precarias de por medio al taxista nipón, llegamos al GR Garage ubicado en la Prefectura de Kanagawa. Llegamos y no solo tuvimos la dicha de poder encontrar un Supra GR A90 de color amarillo, sino que también era una unidad de flota, es decir, para que los clientes hicieran test drives. En inglés, y con mucha amabilidad, preguntamos si podíamos salir a dar una vuelta en el auto. Pusimos nuestra mejor cara de "Gato con botas" pidiendo por favor. Nos dijeron que esperáramos que un cliente iba a salir con el auto y que a la vuelta nos contestaban. Así que esperamos unos 45 minutos ahí hasta que volvieron.
La respuesta del encargado del local fue igual de amable: "lo lamento, pero sus licencias de conducir no son válidas en Japón, de veras lo siento, espero sepan entender". Resulta que para poder conducir en este país, se precisa una licencia de conducir internacional. En mi caso la tengo y cada año la renuevo. El problema, bah, los problemas eran dos: 1) este año me olvidé de renovarla porque no había ido hasta ahora a ningún país que la precisara usar. Pero a veces en ciertos países, te hacen la gauchada aunque esté vencido y 2) el documento vencido quedó en una mesa de luz de mi casa, en Montevideo. A 18.556 km del asiento del conductor del Supra. D'oh!
Así que le agradecimos (Arigato gozaimasu!) y nos retiramos del local. Una vez que estábamos llegando a la vereda para tomarnos un taxi rumbo al aeropuerto (ya para regresarnos a Uruguay), el mismo encargado salió del local, y nos fue a buscar para decirnos que aunque lamentaba profundamente (sic) que no lo podíamos manejar, si queríamos y teníamos tiempo, con mucho gusto nos invitaba a salir con él a dar una vuelta. La respuesta a esa invitación no hace falta decir cuál fue.
Resultó ser un trayecto de unos 15 kilómetros por las calles y autopistas de Kanagawa en el que el encargado fue preguntándome qué hacía en mi laburo, cuántos aviones y horas de vuelo había tenido hasta Tokio (fueron 3 aviones en clase turista y 36 horas en total, por las dudas) y cuántos autos se vendían por año en Uruguay. Se rió más de ese número que el de mis horas de viaje. Pero igual pude subirme al Supra GR del lado izquierdo, que no es el mismo que tenemos de este lado del mapa. Y todo por el bendito y generoso "Omotenashi", una costumbre que todos deberíamos practicar a diario. Sin más, desde Autoblog va el deseo de una muy feliz Nochebuena y feliz Navidad para todos sus lectores y Arigato gozaimasu, Japón!.
(*) Viaje por invitación de Toyota Uruguay