 |
| Probamos a la segunda generación del Volkswagen Tiguan, ahora denominado para América como Tiguan Allspace. |
Los SUVs fueron creados pensando en las necesidades de las familias de todo el mundo. Y al igual que esos grupos sociales, los hay de todos los tamaños, variedades y nacionalidades. Por eso la industria automotriz tiene que satisfacer las demandas de cada una de ellas en función de lo que precisen llevar, ya sea cochecitos y sillas infantiles, o canoas, valijas y bolsos para irse a pasear. O todos esos bártulos juntos al mismo tiempo.
Por eso muchas veces que una marca quiere vender un producto pensado para las familias de un continente en otro muy distinto, se generan algunas disparidades en relación a la demanda y la oferta. Tal fue el caso del Volkswagen Tiguan de primera generación (ver lanzamiento). Era un SUV de buena calidad, mecánicas probadas, buen equipamiento de confort y seguridad, además de un sello de origen que pesa mucho en algunos consumidores: made in Germany.
Pero este modelo carecía de dos elementos muy importantes para el mercado latinoamericano: un precio accesible y espacio interior. Su concepción europea que tantos seguidores le trajo, también le jugaba en contra en términos de producto en comparación a otros rivales de origen japonés, surcoreano e incluso mexicano. El Volkswagen tenía precios que se codeaban con lo más alto del segmento de SUVs compactos y un espacio interior que se asemejaba mucho al de los sport utilities chicos.
Viendo este "problema", para la segunda generación del modelo, Volkswagen decidió jugar una estrategia diferente para este producto. Por un lado, en 2015 decidieron presentar en Europa a una versión que solo se produciría para ese mercado. Contaba con un diseño más rectilíneo y la famosa y prolífica plataforma modular MQB en su base (ver nota). Pero en su momento no confirmaron que ese modelo llegaría al continente americano.
En su lugar se produciría en la región americana otra versión de Tiguan específica para estos consumidores, aunque no se aclaraba entonces qué características especiales tendría. Dos años más tarde, en el Salón de Detroit de 2017 (ver nota) esto se hizo realidad en lo que se eligió llamar Tiguan Allspace (ver lanzamiento). Las diferencias con el producto europeo radicaban en el agregado de 11 cm más de distancia entre ejes y la posibilidad de dotarlo con una tercera fila de asientos, totalizando siete plazas.
Su producción se centraría en la fábrica mexicana de Puebla, con el consecuente beneficio de estar cerca del mercado estadounidense (principal destino para este modelo) y también con las ventajas impositivas que tiene México con otros países del continente. Fue así que se logró combinar espacio y precio, sin resignar la misma base del modelo europeo. En otras palabras, se pensó en las familias americanas. Y entre ellas las uruguayas que podrán leer la evaluación de este modelo, dentro de unos días más.
.gif)
