Prueba: Ford EcoSport Freestyle (Parte 1)

miércoles, 11 de diciembre de 2013



Tanto en ciudad, como en ruta, y entre piedras y tierra: probamos a la Ford EcoSport en diversas condiciones.
En la primera vez que un Ford duerme en el garaje de Autoblog, me tocó convivir por cuatro días y más de 600 kilómetros con una EcoSport Freestyle, la variante de entrada de gama del SUV del óvalo. La conocemos por dentro y por fuera, después del salto.

EXTERIOR

La comparación con el modelo que sucede es inevitable. Respecto a la primera generación de la EcoSport se nota una positiva evolución en el diseño, que recibe trazos más trabajados y cercanos a los de la gama europea de Ford, por aquello del Kinetic Design.


Pasando a los números, mide 4,2 metros de largo y 1,76 metros de ancho. El alto y la distancia entre ejes se ubican en 1,69 metros y 2,52 metros respectivamente. Fue creada sobre la plataforma del Fiesta Kinetic (ver nota), y por primera vez se convierte en un producto global.

El frontal es el punto de discordia de la EcoSport. Con una generosísima generosa parrilla en gris y negro, junto a faros rasgados que integran las luces diurnas LED, me parece agradable. Pero entiendo que haya gente a la que no le pase lo mismo.


En el lateral se repite la combinación gris-negro que caracteriza a la variante Freestyle, con una estética aventurera. Las barras de techo, espejos retrovisores y llantas de 16 pulgadas -con neumáticos de uso mixto- están en el bando de los grises, mientras que tiradores de puertas y protección de los bajos son de color negro. 

La rueda auxiliar colgando del portón trasero es uno de los rasgos del modelo anterior que se mantuvo. Los faros son de diseño afilado y el derecho integra el botón de apertura del baúl: inteligente solución. El paragolpes integra los sensores de reversa, fundamentales para lidiar con una rueda obstaculizando la visión.


INTERIOR

La posición de manejo es clásica de un SUV. A pesar de las regulaciones varias tanto en el volante como en la butaca, el conductor queda en una postura elevada, que mejora la visibilidad y transmite una curiosa sensación de superioridad en el tránsito urbano. 

Aunque el diseño está muy cerca del de su hermano el Fiesta Kinetic, con trazos futuristas y sofisticados, no ocurre lo mismo con la calidad. A pesar de contar con terminaciones y encastres adecuados, los plásticos rígidos la ubican por detrás del modelo mejicano.


El volante, con algunos sectores forrados en cuero, tiene un tacto -y diseño- agradables e integra los comandos de audio y telefonía. Por detrás encontramos el panel de instrumentos, con una estética moderna y tres instrumentos de aguja: tacómetro velocímetro y medidor de combustible.

El medidor de temperatura es digital, y se encuentra alojado en un pequeño display dentro del panel que informa también los datos de la computadora de abordo. La consola central cuenta con una pantalla de 3,5'' monocromática, que comanda las funciones del sistema de audio Sync.


Para quienes no lo conozcan, fue desarrollado en conjunto por Ford y Microsoft. Además de los medios tradicionales (Radio/CD/USB) cuenta con conectividad Bluetooth y comandos por voz. Estos últimos son prácticos, pero exigen algunas peleas con la voz gallega para lograr el entendimiento.

Por debajo encontramos un sinfín de teclas que comandan el sistema de audio y telefonía, muchas de ellas prescindibles. Si seguimos bajando encontramos los comandos del aire acondicionado y uno de los tantos portaobjetos presentes en el interior de la EcoSport, entre los que se destaca el cajón debajo del asiento del acompañante.


Las plazas traseras son una clara mejora frente al modelo anterior. Aloja a dos adultos con comodidad, mientras que tres ya viajarán más justos. El respaldo puede inclinarse algunos grados para mayor confort. Hay tres apoyacabezas regulables, mismo número de cinturones de tres puntas y anclajes ISOFIX y TopTether para sillas infantiles. Como debería ser.

El baúl, lejos de ser de los mas grandes del segmento, tiene una capacidad de unos suficientes 362 litros, ampliables hasta 705 litros si rebatimos los asientos. Con esta capacidad, es lógico que Ford no haya incorporado la rueda auxiliar -igual a las titulares, punto a favor- dentro del mismo. 


Pero esto, además de perjudicar la visibilidad, provoca que se haya tenido que emplear un portón de apertura lateral. Necesita más de un metro para abrirse. Si tenemos equipaje y un auto estacionado cerca, habrá que sacarlo rebatiendo el asiento. Lo mismo ocurre en calles transitadas, donde hay que tener cuidado, ya que abre hacia la izquierda.

MECÁNICA


Debajo del capot recibe el impulsor Sigma 1.6 de cuatro válvulas por cilindro. Eroga 110 cv de potencia máxima a las 6.000 rpm, junto con 153 Nm de par máximo a partir de las 4.250 rpm. No es el mismo que en el Fiesta Kinetic (ver nota), ya que en este incorpora distribución variable.


El Sigma está asociado a una transmisión manual de cinco relaciones, y la tracción es delantera. La suspensión delantera es independiente tipo McPherson con barra estabilizadora, en tanto que la trasera es semi-independiente. Los frenos son de discos ventilados adelante y de tambores en el eje trasero con sistema ABS+EBD.

Galería: Ford EcoSport Freestyle
Prueba: Prueba: Ford EcoSport Freestyle (Parte 2)