Probamos al Mercedes-Benz Clase A: rompiendo con la tradición

viernes, 1 de noviembre de 2013



El nuevo Clase A rompe con viejas tradiciones de la marca. Es un riesgo. ¿Valió la pena?
En la prueba más caminada hasta el momento, Autoblog recorrió más de 1.200 kilómetros junto a un Mercedes-Benz Clase A 200 Urban. Las cosas que hago por ustedes. La marca de Stuttgart busca romper con la tradición y pelear en el segmento C. ¿Le habrá salido bien la jugada?

La tradición suele ser algo sumamente valorado entre los que buscamos algo más que un mero medio de transporte. Las marcas tienen rasgos de identidad que, a esta altura más por razones de marketing que de principios, se mantienen a lo largo de su historia. 

No imaginamos un BMW sin –por ejemplo- riñones en el frente o con motores V6, se hace difícil pensar en una Ferrari más allá del rosso o giallo, y si nos dicen Subaru vamos seguramente a mover esa carrocería con un motor bóxer. Pero las marcas no viven de las tradiciones, como ya lo dijimos varias veces. 


Porsche en este momento se mantiene gracias a modelos como la Cayenne, Honda está abandonando los atmosféricos de toda la vida para reemplazarlos por motores turbo, y esta será la última generación del Serie 1 con tracción trasera. 

Mercedes-Benz es una de las marcas que hasta los últimos tiempos más había respetado sus principios, con diseños elegantes pero algo aburridos y plataformas de propulsión. Es cierto, había modelos como el Clase A o el B, pero de alguna forma estaban aislados, con poco éxito. 

Pero, como dice el slogan, “algo está pasando en Mercedes” (ver). En los últimos años estamos viendo un cambio en la marca, con un enfoque que busca atraer público joven y apostando a tres modelos: el CLA (ver nota), el GLA (ver nota) y sobre todo, el Clase A (ver nota). 


Mercedes-Benz rompió la tradición: tracción delantera, diseño más desenfadado, y una franja de precios en la que nunca compitió con éxito.

¿Le habrá salido bien la jugada? 

En la prueba más extensa hasta el momento, Autoblog recorrió nada menos que 1.200 km a bordo de un Mercedes-Benz A 200 Urban con transmisión automática 7G-DCT. La semana que viene, prueba completa.