Probamos al Chevrolet Onix 1.0: receta conocida

lunes, 19 de octubre de 2015



Probamos a la nueva versión entrada de gama del Chevrolet Onix, la equipada con un motor 1.0 de 78 cv de potencia.
Después de mucho tiempo volvimos a probar un Chevrolet. En este caso manejamos por cuatro días y más de 400 kilómetros a un viejo conocido, el Onix. La novedad es que ahora suma a su oferta una variante más accesible equipada con una motorización 1.0 litros de 78 cv de potencia.

Desde que en 1991 Brasil comenzó a ofrecer beneficios impositivos internos a los productos con motorización de un litro, el Mercosur ha tenido en dos países (Uruguay y Brasil) una serie de vehículos que pasaron a formar parte del acervo popular. Y también del garage de mucha gente.

Aquella fiebre de hatchbacks populares motorizó a más de una familia en ambos países, le renovó el auto veterano a esos adolescentes que habían heredado de sus mayores, y también fue la puerta de entrada para más de uno a ese mundo que se abre cuando se accede al primer 0km.


Tanto que hay una cultura instalada de este tipo de productos en Uruguay. Con la llegada de los productos de origen chino esa costumbre fue virando hacia los citycars de bajo costo, pero más de uno se mantuvo aferrado a su Volkswagen Gol o Chevrolet Corsa 1.0 de hace más de veinte años atrás. ¿Por qué? Por confianza, respaldo, economía personal, o simplemente por mero cariño a ese auto básico pero que nunca lo dejó a pie.

Varios prejuicios los siguen sobrevolando casi dos décadas después: que son poco económicos, desactualizados incluso para su época, y hasta los han señalado de ser demasiado espartanos por lo que valían. Pero más de un propietario los seguirá defendiendo a capa y espada como sea. Sus motivos tendrán. No voy a ser yo el que les lleve la contra, siendo que jamás tuve -ni usé- uno.

La unidad probada traía el sistema MyLink, no disponible para la venta al público en esta versión.
Así como hay fanáticos de los autos que tienen "todo", están aquellos que prefieren la simpleza. Créanme, existen. Otros simplemente compran lo que les permite el bolsillo, y la satisfacción de haber llegado a su primer 0km les dará más felicidad que cualquier techo solar, climatizador de dos zonas, o pantalla con GPS.

Es así que lentamente más y más uruguayos han podido llegar a su "cero" en los últimos años. A fuerza de ahorro, facilidades de crédito, o simplemente, más oportunidades y opciones de compra que nunca. ¿Y cuáles fueron los vehículos elegidos? Los mismos que hace veinte años atrás: los autos chicos con un litro -o menos- de cilindrada.


Según el anuario 2014 de ACAU (ver), en Uruguay se comercializaron el año pasado un 43% más de vehículos con mecánicas entre 1.000 y 1.500 cc que en 2013. Por primera vez en la historia reciente, la porción más demandada dentro de la categoría de automóviles para pasajeros correspondió a este tipo de productos.

No es un dato menor, y las marcas no solo lo saben mejor que nadie, son las primeras en querer tener un modelo -o más de uno- que compita en esa franja de consumo. Por ese motivo, empresas como General Motors ahora están abriendo su gama a más opciones que calzan perfecto allí, donde el público está más interesado por comprar un 0km, el primero.


Hace apenas dos semanas atrás se presentó la versión 1.0 del Onix, que llegó junto a su hermano Prisma (ver lanzamiento). La receta de estos productos es conocida dentro de la familia Chevrolet, y más cuando rememoramos modelos exitosos como el Corsa Wind 1.0 de los noventa: carrocería de segmento B popular + motor de baja cilindrada + precios razonables + valor de marca/reventa.

A primer golpe de vista lo que se piensa es que si funcionó de maravillas antes, por qué no habría de hacerlo hoy. Para comprobar (o refutar) esto, es que nos subimos al Chevrolet Onix 1.0 LT durante cuatro días y más de 400 kilómetros. La evaluación completa la tendrán dentro de unos días.