Probamos a la quinta generación del Kia Sportage en su versión más equipada, la X-Line Plus. |
El Kia Sportage (ver lanzamiento) es el SUV compacto de la marca surcoreana. En su quinta generación se denomina internamente como NQ5 y fue presentado mundialmente en junio de 2021 (ver nota), utilizando la plataforma N3 de Kia-Hyundai compartida con su hermano, el Hyundai Tucson de cuarta generación (ver lanzamiento). Estos dos modelos tienen muchísimo en común. Tanto, que en estas sendas evoluciones se pusieron de acuerdo en que tendrían una carrocería para cada región. Me explico mejor.
Así como lo hiciera Hyundai con este actual Tucson, como ya fuera explicado en su evaluación en Autoblog (ver prueba), Kia desarrolló dos versiones del Sportage con diferentes longitudes de carrocería y distancia entre ejes dependiendo del mercado en donde se comercialice. ¿Motivo? Lo desconozco para serles honesto. Pero el Sportage que tenemos ahora en Uruguay difiere bastante del que un europeo puede comprarse. Aunque es el mismo en su carrocería, al vendido en Corea del Sur, Norteamérica o Asia.
Tal es así que el Sportage de quinta generación para el viejo continente tiene una distancia entre ejes más pequeña (2.680 mm) y otro diseño exterior. Es más corto en longitud por 135 mm (4.515 mm) y más corto en distancia entre ejes por 75 mm en comparación con el llamado "modelo internacional" que es el que nos toca por estos lates. Otras diferencias incluyen la eliminación de una ventana en el pilar C y una trompa distinta a la de su hermano más globalizado.
Ese SUV que nos llega a Uruguay, mide 4.660 mm de longitud, un ancho de 1.865 mm (misma que el europeo), un alto de 1.660 mm (milímetros más, milímetros menos, igual que el euro) y una distancia entre ejes de 2.755 mm, como dije 75 milímetros extra. También hay diferencias de origen. El que se vende en "el primer mundo" proviene desde Eslovaquia, el que mandan a otros lados, Corea del Sur. Aunque también Estados Unidos y Vietnam fabrican el Sportage "internacional", como el que tenemos acá, pero solo para venderlo en esos sendos mercados internos.
La estrategia de localizar productos según el mercado no es nueva. Pero Kia-Hyundai lo comenzó a hacer más notorio hace unos años con la separación entre los compactos Elantra/Cerato y la dupla europea i30/Ceed. Tiene sentido. Tanto Sportage como Tucson son casi que los reemplazantes indirectos de estos modelos en algún punto. Por eso tal vez, una de las teorías que podrían tejerse es que con estos SUVs se busca darle continuidad a este criterio, haciendo un producto internacional (Elantra/Cerato) y otro para el viejo continente, adaptado a sus gustos y necesidades (i30/Ceed), con producción en ese mercado.
Con un poco de demora entre la pandemia y problemas de abastecimiento en las fábricas automotrices y autopartistas a nivel global, el nuevo Sportage llegó a nuestro país hace menos de un mes. Es todo nuevo, aunque habiendo probado al Tucson equivalente, será cuestión de ver si al igual que en aquel producto de Hyundai, acá tenemos a uno de los nuevos referentes del segmento SUV-C, que además, sabe tener según el mercado en donde se ofrece, un tamaño para cada continente. Lo sabremos en el test, en unos días más.