Probamos al Jeep Gladiator: jugando con un Meccano grande

martes, 31 de mayo de 2022



Probamos al Jeep Gladiator en su variante más completa y capaz, la Rubicon.

Durante cuatro días y algo más de 1.000 kilómetros, evaluamos al Jeep Gladiator Rubicon. Deriva de uno de los todo terreno más capaces del planeta en términos de off-road: el Wrangler. Pero también es una pick-up con una carrocería modular. Es un Meccano grande para los adultos-niños como este redactor.

Aquellos que tuvimos una infancia en los años ochenta o noventas (los que la vivieron antes, incluso más), recordarán que era un Meccano. Para vos, hijo de la generación Z, te cuento un poco. Y no confundir con Mecano aquel grupo de tecno-pop español que existió entre 1981 y 1992, famoso por ese temazo que es "cruz de navajas". Al que me refiero es con doble "c" y no era musical. Estoy hablando de un juguete.

El Meccano es un sistema de construcción de modelos creado en Liverpool (Reino Unido) por el inventor británico Frank Hornby. Consiste en piezas de diversos tamaños, forma y color construidas en metal con filas de agujeros para sujetarlas a otras piezas por medio de tornillos y tuercas. Eran juguetes didácticos que incluso podían llegar a tener motores eléctricos, ruedas, poleas, etc.


Como los Lego y otros juguetes de construcción, sirven para incentivar la creatividad mediante el Meccano que tiene aplicaciones en el mundo educativo, por la didáctica que implica la construcción por parte del niño. ¿Acaso no les parece genial la idea de que puedas fabricarte tus propios juguetes? Si no les resulta hermoso ese concepto, es porque nunca tuvieron un Meccano. De niño, fui uno de los afortunados que sí. Con unos alambres, tuercas, tornillos y arandelas, armaba lo que quería.

Esa maravilla de poder inventar un auto con seis ruedas, una grúa en el techo o si me parecía bien, una caja de cargas con doble piso, me entretenía por horas y ejercitaba mi imaginación como nada en el mundo. También fui un hijo de los Playmobil y de alguna copia china de los Lego (cuya marca ni registré) que mis padres me compraban cuando era pequeño. Hoy que soy un niño de 34 años, y puedo darme el lujo de gastar en mis caprichos, me he comprado varios. Incluso lo relaté acá (ver nota).


Es cierto, de grande ya uno no tiene tanto tiempo para jugar con estos inventos hermosos. A lo sumo se gasta una tarde de sábado (o más de una) en armarlos y quedan juntando polvo en una repisa de por vida, como un adorno más de tu apartamento de soltero. Es por ese motivo que modelos como los Jeep Wrangler (ver prueba) o Gladiator (ver lanzamiento) me resultan tan atractivos y lúdicos en este sentido. Porque mi trabajo implica "jugar" con ellos, tal y como lo hacía con mi Meccano durante mi infancia.

Son los únicos dos modelos del mercado mundial me atrevería a decir (ni mencionen al Ford Bronco, no acepto imitaciones en este texto) en los que el usuario puede desmontarle las puertas, el techo y hasta el parabrisas a piaccere. Y Gladiator es la única pick-up del mundo, acá sí, sin copias, que permite hacer semejante cosa. Imaginen una pick-up a la que puedas transformarla en un cabrio targa en menos de un minuto. O en un cabrio total con un poco más de tiempo. Y si sos audaz, en un buggy enorme y sin puertas ni parabrisas, con un motor V6 de 286 cv asociado a uno de los mejores sistemas de tracción del mercado.


Pero que además si quisieras podrías cargarle hasta un poco menos de una tonelada de leña en la caja. O llevar a tus perros. O unas bicicletas. Incluso una motocicleta con algo de pericia. Aunque también podrías acoplarle un trailer y llevar dos o tres más de arrastre, porque también está pensada para eso. ¿Te da pereza lavarlo después de tanto uso? No te preocupes, se ensucia y se puede mojar por fuera y por dentro con una manguera. Porque su interior permite que todo se moje sin destruirse nada, porque justamente, está pensado para un uso (y abuso) extremo.

Lo que le agrega un extra a este rompecabezas de usos es que también podrías hacerlo en un vehículo que también tiene la suficiente cantidad de elementos de confort y seguridad que esperas de una pick-up que vale 120.000 dólares, como ser tapizados en cuero, control de velocidad crucero adaptativo, un sistema multimedia con Android Auto y Apple CarPlay, frenado autónomo de emergencia y un sistema de sonido Alpine de alta definición, que hasta tiene un parlante desmontable que podes llevarte a tu día de camping. A veces la idea de armar o desarmar tu propio juguete es encantadora también cuando sos adulto. Por eso este Jeep es una prueba que me entusiasmó hacer siempre. Y en unos días les podré contar lo que es pasar casi 1.000 kilómetros jugando con un Meccano grande. El test del Gladiator, dentro de unos días más.