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| Probamos al nuevo integrante de la gama local de Seat y su segundo SUV ofrecido en el mercado uruguayo, el Ateca. |
Voy a intentar explicarles el título de la nota. Tengan paciencia y van a ver que tiene sentido. El escritor ruso León Tolstoi contó alguna vez que su hermano le puso una dura prueba para formar parte de su club: "quédate en el rincón hasta que dejes de pensar en un oso blanco". Pero el joven Tolstoi fue incapaz de conseguirlo. Se quedó en el rincón pensando durante horas en osos blancos.
Muchas veces, cuando evalúo automóviles, me pasa lo mismo que a don Tolstoi. Hay ideas que se apoderan de mi juicio y como redactor me cuesta separarlas de ellos. Como bien dice un pasaje de la gran película "Inception" de Christopher Nolan: "¿cuál es el parásito más resistente? Una idea". Seat supo aprovechar esa anécdota de Tolstoi para un aviso publicitario del Ibiza hace algunos años atrás. Una excelente y simple pieza publicitaria que trata de demostrar la obsesión humana con mucha sutileza y precisión.
Y al igual que el protagonista de esta publicidad (ver aviso), mientras probaba al Seat Ateca (ver lanzamiento) me costaba muchísimo no pensar en el Volkswagen Tiguan Allspace (ver prueba) como referencia de evaluación. Tampoco ayudaba salir a la calle y cruzarme un mínimo de 10 unidades por cada vez. Mucho menos que el producto de la casa de Martorell comparte la plataforma MQB-A y la mecánica 1.4 TSI con 150 cv de potencia y 250 Nm de torque, en ambos casos con desactivación de cilindros.
Sin embargo, el modelo de Seat cuenta con algunas diferencias que lo distancian del producto de Volkswagen. Mientras el Tiguan Allspace se produce en México, contando con un 23% menos de aranceles de importación, el Ateca proviene desde República Checa, pagando ese extra. Otra diferencia es que el Seat utiliza una plataforma con una distancia entre 153 mm ejes menor que la del Tiguan mexicano. A su vez, pesa 176 kg menos que el Volkswagen y la otra diferencia es que el Ateca tiene un eje semirígido mientras que el Allspace utiliza un eje 4-link independiente.
Por último, Seat no ofrece en Uruguay una versión con tracción integral (cosa que el Tiguan sí en la versión 320 TSI) y en lugar de utilizar la archiconocida transmisión automática de doble embrague DSG y seis relaciones, el Ateca cuenta con una novedosa Tiptronic de ocho marchas con convertidor de par. Hablando mal y pronto, el modelo de Seat es más equivalente al Tiguan de batalla corta que se vende en Europa o también al derivado del futuro proyecto Tarek que se fabricará en Argentina en 2021. Dentro de la familia de Martorell, el "hermano" del Allspace en realidad es el Tarraco (ver nota).
Esta nota más que una introducción a la prueba que podrán leer dentro de unos días, fue un ejercicio para dejar de pensar en el Tiguan Allspace a la hora de querer compararlo con el Ateca. Sé que es complicado evitarlo, pero en la evaluación haré el intento de no mencionar (tanto) al producto de Volkswagen para hablar del modelo de Seat. Me va a costar, lo sé. Mientras tanto, creo que voy a seguir pensando en todos los SUVs del Grupo Volkswagen, creo que me voy a poner a pensar en osos blancos en un rincón, como el joven Tolstoi.
Muchas veces, cuando evalúo automóviles, me pasa lo mismo que a don Tolstoi. Hay ideas que se apoderan de mi juicio y como redactor me cuesta separarlas de ellos. Como bien dice un pasaje de la gran película "Inception" de Christopher Nolan: "¿cuál es el parásito más resistente? Una idea". Seat supo aprovechar esa anécdota de Tolstoi para un aviso publicitario del Ibiza hace algunos años atrás. Una excelente y simple pieza publicitaria que trata de demostrar la obsesión humana con mucha sutileza y precisión.
Y al igual que el protagonista de esta publicidad (ver aviso), mientras probaba al Seat Ateca (ver lanzamiento) me costaba muchísimo no pensar en el Volkswagen Tiguan Allspace (ver prueba) como referencia de evaluación. Tampoco ayudaba salir a la calle y cruzarme un mínimo de 10 unidades por cada vez. Mucho menos que el producto de la casa de Martorell comparte la plataforma MQB-A y la mecánica 1.4 TSI con 150 cv de potencia y 250 Nm de torque, en ambos casos con desactivación de cilindros.
Sin embargo, el modelo de Seat cuenta con algunas diferencias que lo distancian del producto de Volkswagen. Mientras el Tiguan Allspace se produce en México, contando con un 23% menos de aranceles de importación, el Ateca proviene desde República Checa, pagando ese extra. Otra diferencia es que el Seat utiliza una plataforma con una distancia entre 153 mm ejes menor que la del Tiguan mexicano. A su vez, pesa 176 kg menos que el Volkswagen y la otra diferencia es que el Ateca tiene un eje semirígido mientras que el Allspace utiliza un eje 4-link independiente.
Por último, Seat no ofrece en Uruguay una versión con tracción integral (cosa que el Tiguan sí en la versión 320 TSI) y en lugar de utilizar la archiconocida transmisión automática de doble embrague DSG y seis relaciones, el Ateca cuenta con una novedosa Tiptronic de ocho marchas con convertidor de par. Hablando mal y pronto, el modelo de Seat es más equivalente al Tiguan de batalla corta que se vende en Europa o también al derivado del futuro proyecto Tarek que se fabricará en Argentina en 2021. Dentro de la familia de Martorell, el "hermano" del Allspace en realidad es el Tarraco (ver nota).
Esta nota más que una introducción a la prueba que podrán leer dentro de unos días, fue un ejercicio para dejar de pensar en el Tiguan Allspace a la hora de querer compararlo con el Ateca. Sé que es complicado evitarlo, pero en la evaluación haré el intento de no mencionar (tanto) al producto de Volkswagen para hablar del modelo de Seat. Me va a costar, lo sé. Mientras tanto, creo que voy a seguir pensando en todos los SUVs del Grupo Volkswagen, creo que me voy a poner a pensar en osos blancos en un rincón, como el joven Tolstoi.
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