Probamos al Volkswagen Polo: ¿Gol olímpico o Golf por approach?

lunes, 30 de abril de 2018



Probamos al Volkswagen Polo en su sexta generación y en unos días más podrán leer la evaluación completa en Autoblog.
Luego de haber probado al Virtus (ver prueba), ahora llegó el turno de conocer a su hermano hatchback, el Volkswagen Polo. Se trata de la sexta generación del producto que ahora también se produce en Brasil. Autoblog lo probó por más de 850 kilómetros y hoy tendrán el adelanto del test.

Las clásicas conversaciones de asado siempre giran en torno a dos temas dominantes: deportes que se juegan con pelotas y política (mundial o regional). Como ambas están viciadas de fanáticos, tiendo a alejarme de esas charlas con una agilidad retórica solo comparable a Usain Bolt partiendo de la línea de largada. Pero hoy voy a hacer una excepción, porque estoy escribiendo sobre un auto cuyo nombre es el de un deporte.

Si tuviera que trazar una estadística de la cantidad de veces que se discute sobre polo en un asado, es muy probable que ese diagrama de Venn me arroje un conjunto vacío. De todas formas, esta nota es sobre un Volkswagen Polo y haré el esfuerzo de mostrarles que a veces el fútbol, el golf y este "deporte de reyes" tienen muchos más puntos en común de los que creen. Y lo mismo va para tres modelos de Volkswagen: Gol, Polo y Golf.


En el fútbol, el objetivo principal es meter la mayor cantidad de goles al equipo contrario en menos de 90 minutos reglamentarios. En el golf, en tanto, la meta es introducir una bola en los hoyos que están distribuidos en el campo con el menor número de golpes. Y por último, en el polo se llevar una pequeña pelota hacia la portería del rival y marcarle la mayor cantidad de goles.

Como verán, hay más similitudes entre el fútbol y el polo en cuanto a sus objetivos. Lo mismo pasa con los Gol y Polo. Ambos pertenecen al mismo segmento y tienen como horizonte, quedarse con los volúmenes más grandes de ventas dentro de Volkswagen, junto al producto entry level de la marca, el up! El Golf, en tanto, tiene una tarea más estatutaria que de masas, así como tampoco tiene la obligación de "correr" atrás de sus rivales, sino que solo se limita a jugar en su campo, tal y como pasa con el deporte que lo denomina.


El Polo (el modelo, no el deporte) sin embargo, tiene una cuestión entre manos y es ser el puente que une a dos productos con planteos muy distintos. Mientras uno apunta a un público más popular y el otro a uno más pudiente, el que será la próxima prueba en Autoblog está jugando entre las aguas de estos ambos. Es un segmento B como el Gol, utilizando con una plataforma y tecnologías más propias del Golf.

Utiliza la MQB-A0, que es una versión pequeña de la plataforma MQB del Golf, cuenta con un equipamiento de seguridad similar al que tiene su hermano mayor, con ESC y más de los dos airbags reglamentarios por ley de serie así como la nota máxima en las pruebas de Latin NCAP. Sin embargo, a nivel mecánico, y al menos en el mercado local, ofrece una opción que solo conocemos en un derivado del Gol, la Saveiro Cross. Aunque nobleza obliga decirlo, también es usado por el Golf en otros mercados como su motor más económico.


Ya con una oferta de segmento B más simplificada que la que tenía el Polo hace diez años atrás, donde coexistía junto al los Gol y Fox, se supone que ahora debería tener un espacio más lógico dentro de la gama. El primero ahora está posicionado como un entry level de segmento, mientras que el otro ya no forma parte del lineup a nivel local.

Por eso es inevitable preguntarse si este producto es un "Gol olímpico" o es Volkswagen jugando al "Golf por approach" pero en un segmento más popular. Sin ir más lejos, la campaña publicitaria que utiliza la marca en Brasil (donde se produce el Polo) utiliza esta frase: "chegou o novo Polo, mas pode chamar de mini-Golf" (que traducido es "llegó el nuevo Polo, pero podés llamarlo 'mini-Golf') Si esto es así o no tanto, será una respuesta que solo podré darles una vez que puedan leer la evaluación completa dentro de unos días más.