El opuesto absoluto de lo común: la historia de Maserati

jueves, 21 de enero de 2016



Nacida en 1914 repasaremos los 102 años de historia de una de las grandes marcas italianas, Maserati.
Con la excusa del lanzamiento local de las Ghibli y GranCabrio Sport (ver apuntes del lanzamiento), repasaremos algunos de los puntos más destacados de los 102 años de vida de Maserati. Iremos desde sus orígenes como un sencillo taller familiar hasta formar parte del Grupo FCA en nuestros días.


La historia de Maserati es, ante todo, la historia de una familia: Rodolfo Maserati, un empleado del ferrocarril durante la época de la monarquía italiana, Carolina Losi y sus 7 hijos. En aquellos días, trabajar cerca del «caballo de hierro a vapor» no era para todos. 

En cierto sentido, Rodolfo era un hombre del futuro: los hermanos Maserati heredaron su pasión por la velocidad. Antes del cambio de siglo, el grupo familiar ya estaba al completo: el hijo menor, Ettore, nació en 1894, mientras que el mayor, Carlo, de 1881, ya había iniciado su carrera profesional.


En 1913, Alfieri se trasladó a Bolonia, donde puso en marcha un servicio de asistencia para Isotta Fraschini. Para entonces, ya se había convertido en una especie de embajador mundial de la marca. Pero, siguiendo las huellas de Carlo, pronto decidió establecerse por su cuenta, haciendo participar también a sus hermanos en la nueva actividad: Bindo se quedó en Isotta Fraschini, mientras que Ettore y Ernesto lo siguieron de inmediato. 

Así es como nació la «Società Anonima Officine Alfieri Maserati» en Via de’ Pepoli nº 1, un garaje con taller para automóviles. Los documentos de constitución como empresa individual se enviaron a la Cámara de Comercio e Industria de Bolonia el jueves, 1 de diciembre de 1914. Cinco meses más tarde, Italia entraba en guerra. Alfieri y Ettore fueron reclutados. Ernesto, que sólo tenía 17 años por entonces, se quedó, trabajando durante el día en el taller y asistiendo por la noche al Instituto Técnico Aldini de Bolonia.


La marca se fundó en Bolonia el 1 de diciembre de 1914, aunque oficialmente empezó su actividad el 14 de diciembre del mismo año. El corazón de la empresa estaba entonces representado por Alfieri Maserati y por dos de sus hermanos, Ettore y Ernesto. A todos les gustaba la mecánica y eran apasionados de la velocidad. 

A pesar de su total dedicación en sus trabajos técnicos y comerciales, siempre encontraban la forma para ponerse al volante de un auto de carreras en los años de oro de las competiciones. Un cuarto hermano, Bindo, se unió a la empresa a la muerte de Alfieri en 1932. Se atribuye en cambio a Mario Maserati, otro hermano, la creación del famoso logo Maserati, inspirado en la fuente del Neptuno de la Piazza Maggiore, en el centro histórico de Bolonia.


El primer automóvil que llevó el nombre de Maserati recibió el nombre de Tipo 26, como el año en que comenzó a competir. Fue un debut digno de recordar: un octavo puesto en la clasificación general y la victoria en la categoría de hasta 1.500 cm³.

En su cuaderno de tapa azul, Alfieri escribió con una caligrafía elegante "todas las características de los autos que se han construido hasta ahora". Así es como describió el primer Tipo 26: "Motor desplazado hacia delante 3 cm – Transmisión Tipo 26, tres velocidades – Tubos de escape en tres secciones – Caja del diferencial de bronce con tubos claveteados – Eje delantero tipo Casaralta con frenos delanteros accionados por cables flexibles."


La primera victoria llegó el 13 de junio de 1926, en la carrera del "Kilómetro Lanzado" de Bolonia. Al volante iba el hermano más joven, Ernesto, que superó los 167 km/h. Los hermanos Maserati aumentaron la producción y comenzaron a vender el Tipo 26 a pilotos privados, los pilotos amateurs o gentlemen drivers de la época, quienes, después de haberlo visto competir en su primera temporada, formaban una larga cola fuera del taller de Bolonia. 

El éxito continuaba pero, el 8 de mayo de 1927, Alfieri sufrió un terrible accidente en una carrera celebrada en Sicilia, que le causó la pérdida de un riñón.


El 28 de septiembre de 1929, por fin lograron en Cremona su primer récord mundial como Maserati. El conductor era el piloto Baconin Borzacchini: a bordo de un V4 con un motor de 16 cilindros, terminó la carrera de diez kilómetros con una velocidad media de 246,069 km/h. Nadie consiguió batir ese récord hasta finales de 1937.

Lamentablemente, las victorias de la firma tuvieron su primer gran golpe. Alfieri falleció en 1932 durante una intervención quirúrgica. Tan solo tenía 44 años, pero el único riñón que le quedó tras el tremendo accidente de 1927 llevaba funcionando mal hacía tiempo. Para salvarlo, los doctores intentaron una operación radical, pero, por desgracia, fracasaron en ella. 


A finales de los años 30, Maserati se sentía presionado por los nuevos vehículos alemanes, Mercedes-Benz y Auto Unión, que contaban con el fuerte respaldo del gobierno del Tercer Reich. Ernesto, Ettore y Bindo comprendieron que el país necesitaba un claro cambio de rumbo, motivo por el cual aceptaron la colaboración del famoso emprendedor italiano Adolfo Orsi. 

Su imperio abarcaba desde las fundiciones hasta la industria siderúrgica, la metalurgia, las máquinas herramienta, los equipos agrícolas y los servicios. Al igual que los hermanos Maserati, su éxito se debía a sus propios esfuerzos. En 1937, Ernesto, Ettore y Bindo le cedieron toda la compañía.

No obstante, siguieron ocupando varios cargos directivos en las dos empresas distintas adquiridas por Orsi: Officine Alfieri Maserati, para la producción de autos de carreras, y Fabbrica Candele Maserati, para la producción de bujías. La sede de ambas empresas se mantuvo en Bolonia. 

Orsi era un inteligente hombre de negocios y gestionó muy bien la reestructuración de la situación financiera, sin interferir en los aspectos técnicos, en los que no tenía experiencia. Por último, libres de otras distracciones externas, los hermanos Maserati pudieron volverse a dedicar a lo que mejor hacían en el mundo de las carreras.


Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Maserati ya no se encontraba en Bolonia, sino en Módena. Orsi quiso concentrar sus negocios en un terreno de su propiedad. La fábrica de Maserati se inauguró en Viale Ciro Menotti, una dirección destinada a convertirse en sinónimo del mundo de los automóviles. 

Sin embargo, la guerra los obligó a olvidarse por un tiempo de la producción de autos de carreras y a concentrarse en las bujías y en otros materiales clave para el esfuerzo bélico. En este periodo, la Fabbrica Candele Accumulatori Maserati siguió suministrando a Officine Alfieri Maserati las baterías necesarias para los vehículos eléctricos producidos entre 1940 y 1945.


A principios de marzo de 1946, hizo su debut en el Salón del Automóvil de Ginebra el prototipo de lo que se podría considerar como el primer GranTurismo o, en otras palabras, el primer Maserati destinado al uso cotidiano y no a la competición. 

El proyecto recibió el sencillo nombre de A6 (la "A" en honor a Alfieri y el "6" por el número de cilindros) y lo inició Ernesto Maserati antes de que los hermanos decidieran dejar la empresa para siempre. El público lo recibió muy bien por su originalidad y su diseño, por lo que se dio comienzo a su producción. 


Ese mismo año, Ernesto, Ettore y Bindo Maserati deciden abandonar la empresa y regresar a Bolonia. Nunca habían tenido ningún problema particular con Orsi, pero es posible que los hermanos quisieran alejarse de la mentalidad industrial del grupo y, además, estaban cansados de las continuas discusiones con los sindicatos. Fundaron una nueva empresa, Osca, en la que se dedicaban exclusivamente al diseño, el desarrollo y la fabricación de automóviles de competición.

En 1948, Maserati expuso en el Salón del Automóvil de Turín su primer modelo A6 1500, de cuya increíble renovación estilística era responsable el famoso diseñador Pininfarina.

En 1953, Adolfo Orsi dividió la administración de sus empresas entre varios miembros de su familia: él y su hijo Omar se quedaron con Officine Alfieri Maserati, que incluía la producción de automóviles y herramientas. La producción de automóviles, de acuerdo con su plan, tendría el cometido de crear un nombre prestigioso que ayudara a vender sus otros productos.


En 1954, las normas para los campeonatos mundiales de pista cambiaron radicalmente, tanto, que se podría decir que éste fue el momento en el que nació la verdadera Fórmula 1. Maserati regresó a las pistas como protagonista con el 250F, que se estrenó con una victoria inmediata. Juan Manuel Fangio ganó el Gran Premio de Argentina y Spa. Más tarde, el piloto argentino, conduciendo ya para la marca Mercedes, volvió a la Casa de Stuttgart y luego a Ferrari, aunque el momento álgido de su carrera todavía estaba por llegar. Y sería a bordo de un Maserati.

En 1956, la Fórmula 1 se convirtió en un duelo entre los rivales de Módena: Ferrari y Maserati. Módena se dividía entre los que apoyaban a uno u otro equipo. Los domingos, los autos se enfrentaban en la pista, y los lunes por la mañana, los defensores del equipo ganador se burlaban de los partidarios del otro equipo en los bares y soportales del centro de la ciudad.


Tras la abrumadora victoria del Campeonato de la Fórmula 1 en 1957 en manos de Fangio, una serie de dificultades económicas forzaron a Adolfo Orsi a cerrar algunas partes de su imperio industrial, incluyendo la división deportiva. Fue un gran sacrificio, pero constituyó el principio de un cambio importante. Al concentrarse únicamente en el sector del automóvil, Maserati se transformó en poco tiempo en uno de los fabricantes de autos más prestigiosos del mundo.

Ya alejados de las pistas, Maserati tomó un rumbo encarado solo hacia los vehículos deportivos de calle. La "Dama Blanca", como se llamó al primer prototipo del 3500 GT, fue la respuesta de Maserati al mercado del automóvil durante los años del boom económico. En 1961, Maserati presentó también el GTI, famoso por ser el primer auto de Italia con inyección directa. 


En 1970 la familia Orsi decidió inyectarle sangre nueva a la empresa con la incorporación de Citroën como socio. La empresa se organizó por modelos y se volvió más estructurada al seguirse el ejemplo empresarial del fabricante de autos francés. 

Ya con Orsi fuera de la empresa, Citroën se la vendió a GEPI, una empresa pública italiana dirigida por el emprendedor ítalo argentino Alejandro de Tomaso. Todo cambió, aunque algunas cosas son para siempre: la fuerza propulsora e innovadora de Maserati, que no deja nunca de proponer nuevos modelos en el mercado.


Sin embargo, Para Maserati, su realidad actual, como marca de lujo consagrada, comenzó en 1993 con la participación del Grupo Fiat y el alejamiento de de Tomaso de la dirección. El ítalo argentino le daba paso a Giovanni Agnelli, con su increíble visión de futuro, comprendió el enorme potencial de este icono de excelencia (todavía pequeño) nacido en Italia.

La dirección de la empresa pasó a manos de Luca di Montezemolo, Presidente y CEO de Ferrari. No obstante, la adquisición final y completa de Maserati por parte de Ferrari se produjo en dos momentos diferentes, comenzando en 1997 y terminando en 1999. La historia de la asociación entre los dos fabricantes estaba destinada a hacerse más famosa que la antigua rivalidad existente entre ellos.


Tras tomar Ferrari las riendas, inicialmente la línea de producción de Maserati se detuvo. El objetivo estaba claro: cerrar por completo la fábrica de Módena, remodernizarla e introducir en ella las líneas de producción más modernas. 

Los trabajadores de Maserati se trasladaron temporalmente a Maranello, aunque en tan solo seis meses volvieron a la sede original histórica de Viale Ciro Menotti. Todo estaba listo. El futuro estaba comenzando.


La primera contribución de la dirección de Ferrari fue el impulso para la conclusión de un proyecto que ya se encontraba en marcha: el 3200 GT, un coupé diseñado por Giorgetto Giugiaro, que hizo su debut inicial en el Salón del Automóvil de París en 1998. 

Sin embargo, enseguida se decidió actualizar el coupé con un motor producido en Maranello. El Spyder nació de esta revolucionaria idea, siendo éste el auto que marcó el regreso de Maserati a los Estados Unidos, tras 12 años de ausencia en este mercado.


En 2005, Maserati se separó de Ferrari para unirse con otra empresa del Grupo Fiat, Alfa Romeo. Al 3200 GT, primer exponente moderno de la tradición de Maserati, le sucedieron los renovados Quattroporte, GranTurismo, y Ghibli en 2003, 2007, y 2013 respectivamente, y a futuro lo hará el primer sport utility de la marca en el correr de este año 2016, denominado Levante.

Con más de 23.000 pedidos anuales convierten a Maserati en unas de las marcas con mayor crecimiento, por ejemplo en los Estados Unidos, y está presente en casi 70 países en todo el mundo, entre ellos China, que para representa el segundo mercado a nivel mundial para la empresa.

Si bien no es una marca tan recordada en el acervo popular como sus rivales Ferrari o Lamborghini, de todas formas, en el mundo hay pocas marcas con el legado deportivo e industrial de una marca como Maserati, que al igual que Neptuno en la mitología, dejó su marca grabada en la historia del automóvil, con su tridente en alto, combinando el poderío con mucha elegancia. Porque ya lo dice su slogan, es "el opuesto absoluto de lo común."


Texto originalmente publicado en la edición 2014 de la revista Automóviles de El Observador y posteriormente en la web AutoclassicUY en dos partes (parte 1) y (parte 2).
Video: Maserati - 100 years of history