Una de homenajes: 35 años del nacimiento del Volkswagen Gol

lunes, 15 de junio de 2015



Nuestros colegas de Car and Driver Brasil homenajearon al Volkswagen Gol por su 35º aniversario.
Cada región tiene sus Volkswagen clásicos. Mientras en Estados Unidos o en Europa son los Golf y Escarabajos, en el Mercosur tenemos a uno cuyo nombre hace 35 años que sigue en pie: el Gol. Los colegas de Car and Driver Brasil lo homenajearon merecidamente por su cumpleaños.


Texto de João Anacleto


Abril de 1980. Philip Schmidt vivía rodeado de desconfianza. El ingeniero alemán, jefe de investigación, desarrollo y diseño de la división Brasil de Volkswagen brasileira tenía certeza de que nacía en los galpones de la marca, en Vila Carioca, San Pablo, el VW que sería capaz de reeditar el suceso del Fusca como el auto del pueblo. Pero, ¿cómo creer en eso, si hasta entonces el escarabajo había alcanzado la marca inalcanzable de los tres millones de unidades vendidas en Brasil?


Después de conocer el proyecto B1 de cerca, las revistas y diarios tenían una opinión unísona en comunicar al Gol como la llegada de una nueva era. El nuevo Fusca, como fue llamado, era un hito de la ingeniería brasilera. Tenía encendido electrónico, monocasco en lugar de chasis, y el aceite de la transmisión no debería ser cambiado jamás. El motor 1.300 refrigerado a aire del Fusca fue rehecho para entrar longitudinalmente junto con la rueda de auxilio, ganó nuevos comandos, carburador, y válvulas más ligeras para adelgazar unos 14 kg. Ahora eran 42 cv y una transmisión de cuatro marchas blando como cuchillo caliente sobre la manteca.


Por fuera, nacía un ícono. "Cuando miro al auto de 1980, lo veo como el más deportivo y sensual entre todos los Gol", dice Luiz Alberto Veiga, jefe de diseño de VW Brasil. Veiga cuenta que el origen del Gol no es el Golf, sino el Scirocco, una coupé diseñada por Giugiaro para sustituir al Karmann-Ghia en Alemania en el año 1974.

Por dentro, el G1 (o Generación 1), tiene un panel con placas de metal aparentes, y los laterales de puerta bien lisos, con el fin de ampliar la sensación de espacio interno. Pero el viaje en el tiempo con el auto de mayor éxito en la historia de la industria brasilera (6,4 millones de unidades vendidas hasta abril e más de 1,3 millones exportadas para 66 países), solo podía ser completada con una vuelta en el Gol L Rojo Calypso de 1980. El modelo, impecablemente conservado, forma parte del acervo de VW Brasil, que también mantiene a los otros seis Gol que se ven en la foto. Además de una miniatura del Gol de 1987.


Giro la llave y el "Golcito" arranca de primera, el carburador amamanta al 1.3 como una madre a su hijo. Redondo, liso, sin la vibración incesante que le dio el apodo de "batidora". Embrague, frenos, acelerador, todo parece el de un auto cero kilómetro. Y lo es.

Los 80.161 km marcados en el odómetro engañan. "Compramos el auto porque él fue el primer Gol en recibir la matrícula negra en 2010. Repintamos la carrocería y rehicimos el motor con piezas de un 1.300 a aire que la ingeniería mantenía en la fábrica de São Bernardo" cuenta José Loureiro, gerente ejecutivo de desarrollo del vehículo completo, y pieza clave en la conservación de la memoria de VW Brasil. Él es, por decirle así el curador del acervo.


El tablero es más completo de lo que imaginé encontrar en un auto de 1980. Tiene cuenta giros y hasta económetro. Ni la holgura en la dirección o la falta del retrovisor derecho arruinan la gracia de verlo funcionar como el día en que fue creado. Este Gol raspa lo increíble. Podría estar en los salones de venta hasta hoy.

Temiendo no despegar en ventas, en 1981 VW colocó bajo el capot del Gol el motor 1.6 a aire, con doble carburador y 51 cv, el real dueño del apodo "batidora". En 1984, el AP-1800 desembarcaba en la familia, con el Gol GT, y un año después abandonaba el motor a aire con el MD270, 1.6 refrigerado por agua. En 1987 ganó un facelift, con faros más grande, luces más largas, además de la inolvidable versión GTS, con el mismo 1.8 de 99 cv del GT. En el fin de aquel año, Volkswagen conmemoraba el primer año de liderazgo del Gol.


En 1989, otro hito de la industria: el GTi. Lanzado con el color exclusivo Azul Mónaco, giró la cabeza de quienes gustaban de la deportividad, y se tornó en el sueño de consumo de la legión de fanáticos del Gol. Fue el primer auto brasilero con inyección electrónica de serie, y pionero en acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 10 segundos. Los 125 cv de potencia, 129 Nm a apenas 3.200 vueltas, y el excelente equilibrio dinámico, formaban un trío imbatible. Tuvimos el placer de manejar uno de estos, otra joya del acervo, y comprobar sus virtudes -que van desde la parte mecánica, a los asientos Recaro, y al panel de instrumentos-.


En 1994 nace el Gol "bolita", con el tanque por debajo del asiento trasero, y el auxilio en el baúl. Esa generación lanzó a uno de los mejores deportivos brasileros de todos los tiempos: el GTi 16v. El motor 2.0 16v alemán, y la transmisión del Audi A4 de la época lo tornaron en una versión inviable en 2001, cuando la tercera generación, con cara de Passat, tenía un año de lanzada. Eran tiempos de un "Súper Gol". Había incluso downsizing, con el motor 1.0 16v turbo de 112 cv. Una pistola de bolsillo.

En 2005, con el G4, Volkswagen le devolvió al Gol la vocación de "pata de buey", para dar después su mayor salto de ingeniería. La 5º generación traía motor transversal y plataforma europea. Su diseño delantero estaba inspirado en el Tiguan. En 2012, ganaba la identidad impuesta por Volkswagen a nivel mundial. Ese lenguaje que permanece hasta hoy.