Con trazos más tradicionales, buscará abarcar una mayor porción del segmento C, que tiene en Europa como líder al Golf. |
La marca gala presentó ayer a la segunda generación del Peugeot 308, heredando el número de su antecesor, pero completamente renovado. Parte de la plataforma EMP2 del grupo PSA y será la estrella de Peugeot para el Salón de Frankfurt. A fin de año en Europa, en 2014 llega a Uruguay. Más, después del salto.
Después de algunas filtraciones que aparecieron en la web hace algunos días, la marca gala presentó de forma oficial los primeros datos del Peugeot 308 en su segunda generación. A pesar de mantener la denominación actual -el 309 ya existió y se perdería el cero en el medio-, tiene poco y nada en común con el modelo que sucede.
Fue construido sobre la nueva plataforma de PSA, la denominada EMP2 (ver nota) que fuera estrenada por el sucesor del Citroën C4 Picasso hace algunos meses (ver nota). Esto se traduce en un mejor comportamiento dinámico, nuevos dispositivos de ayuda a la conducción y 140 kg de adelgazamiento, entre otras ventajas.
Trazos más tradicionales, intentando abarcar una mayor porción del mercado
Por fuera mide 4,25 metros de largo -2 cm menos que el actual- y 1,46 metros de alto -3 cm menos-. A pesar de la reducción exterior, desde la marca afirman que se mejoró la habitabilidad, y el baúl creció hasta los 470 litros en Europa, mientras que en otros mercados con auxilio homogéneo la capacidad pasa a unos 330 litros.
El diseño monovolumenizado de la primera generación del 308, deja paso ahora a líneas más tradicionales, en un claro intento de mejorar la aceptación para abarcar una mayor cuota del mercado. El frontal recibe trazos similares a los de los 208 y 508, y se destaca la presencia de faros full LED de serie en las variantes más equipadas.
Una cintura casi recta le da al lateral aires más señoriales, con cierta inspiración germana -más precisamente del Golf- en el parante C. A pesar de ello, el aire francés sigue diciendo presente, con líneas afiladas como la que recorre los tiradores de las puertas.
La trasera se ve robusta y plantada, gracias a unas caderas anchas y líneas rectas que favorecen esta sensación. Los faros son horizontales, de diseño sobrio, y con las tres garras dibujadas con luces LED. El techo tiene una caida poco pronunciada, en tanto que la luneta abandona las formas curvas del modelo actual.
Interior con volante reducido y tablero en posición superior, siguiendo lo visto en el 208
El interior se beneficia del esquema denominado i-cockpit, ya visto en el Peugeot 208 (ver prueba). El volante de dimensiones reducidas se combina con el panel de instrumentos en posición elevada, con resultados que fueron halagados por algunos, y que no lograron convencer a otros.
El tablero recibe líneas más clásicas, con un predominio de las rectas en donde antes abundaban las curvas. El equipo de audio fue simplificado al máximo, al igual que los mandos de climatización, que fueron sustituidos por una pantalla táctil de 9,7 pulgadas, que también comanda el navegador y equipo multimedia. Desde la marca afirman hecho especial énfasis en la calidad, que lo ubicará en la parte superior del segmento.
No tenemos datos aún de mecánicas, aunque es de esperarse el tradicional 1.6 THP, acompañado por los VTI atmosféricos y turbocomprimidos más adelante. Tan solo informan que habrá una variante con menos de 85 g/km de Co2. Más, a partir de setiembre, desde Frankfurt.