Según Consumer Reports el downsizing no siempre es la receta para ser eficiente

miércoles, 6 de febrero de 2013



El Ford Fusion con el motor EcoBoost no cumple con las cifras de consumo, mientras que el BMW 328i sí.
La organización de defensa de los consumidores de los Estados Unidos, Consumer Reports, realizó un estudio que reveló que algunos motores turboalimentados de baja cilindrada no cumplen con las cifras de consumo y emisiones que declaran las propias marcas. Los resultados de la investigación, tras el salto.

Que el downsizing, hoy es usado por casi cada marca sobre la faz de la tierra no es novedad. Que dinámicamente la respuesta de los motores de baja cilindrada con un turbo no tienen nada que envidiarle a impulsores 2.0 o más sin sobrealimentación, tampoco, y que todo esto se recompensa con la promesa de consumos miserables, mucho menos. ¿O no es tan así?

La organización norteamericana de defensa al consumidor realizó un informe comparando impulsores turbo de baja cilindrada con su equivalente en potencia, pero con una mayor cilindrada y sin turbo para comprobar en el mundo real si el consumo es tan beneficioso cuando hay una turbina de por medio. ¿Cuáles fueron los resultados? Antes de arrancar a ver los resultados, recordemos que las cifras del fabricante son tan confiables como las predicciones de un quiromante, pero a veces es toda la referencia que tenemos a la hora de conocer el rendimiento de un vehículo en especial.

El 1.6 EcoBoost de Ford.
Según Consumer Reports, en la mayoría de los casos evaluados las cifras de consumo anunciadas por el fabricante están muy lejos de lo que se puede medir en el uso diario, siendo el modelo de mayor cilindrada y sin turbo el que consume finalmente menos. El ejemplo más claro de todos los vehículos evaluados fue el caso del Ford Fusion, que equipado con el 4 cilindros 1.6 litros turbo EcoBoost es más lento que el mismo modelo con el impulsor liso 2.5 litros, y con un consumo de 9,4 l/100 km  versus los 9 l/100 km del 2.5.

Al caso de Ford, hay que sumarle otros iguales que podrán ver en la tabla comparativa de esta nota. Sin embargo, para aquellos que defiendan a capa y espada el downsizing y sus virtudes, hay algunos salvadores. BMW con el motor 2.0 twin-turbo utilizado, por ejemplo en el 328i actual, cumple a rajatablas con las cifras que declara el fabricante alemán, mientras que otros motores de baja cilindrada, como verán en el cuadro debajo, también consiguen las cifras prometidas de consumo, o bien son inferiores a los productos equivalentes sin turbo.

El motor 2.0 twin-turbo de BMW.
Las conclusiones que se sacan a partir de esta investigación, es que no siempre el impulsor más pequeño rinde como el más grande a igualdad de potencia, y las razones son varias. Las relaciones de cambio al igual que el peso de un vehículo, repercuten en su rendimiento final, por lo que un motor de baja cilindrada con turbo montado en un modelo más ligero dará mejores resultados que en uno de mayor masa, sino pregúntenle a Ford con los afamados EcoBoost y los resultados obtenidos cuando se los coloca en una berlina de segmento E como es el Fusion y cuando se los pone en algo más compacto, como ser un Fiesta o un Focus.

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De todas formas, a no salir a quemar todos los puentes con el downsizing , ya que son más los casos a nivel mundial -no vale solo mirar a los Estados Unidos- de prestaciones, emisiones y consumos mejores en modelos de baja cilindrada que en un impulsor sin turbo, pero de todas formas, este estudio nos pinta la maravilla del downsizing  de otros colores.

Dejo la discusión abierta y dos preguntas bien simples: ¿downsizing si o downsizing no? y ¿tendríamos que poner en la balanza de esta investigación que los norteamericanos son más reacios a la idea de utilizar motores cada vez más pequeños? Espero sus comentarios para que debatan acerca del tema.

Fuente: Consumer Reports (ver el informe completo en inglés)


Video: Small turbo engines don't deliver