Probamos al Kia Picanto: evolución a la coreana

jueves, 15 de diciembre de 2011




El Kia Picanto en su segunda generación es una clara demostración que la marca pegó un salto enorme en calidad y diseño en los últimos años. Primero se lo presentamos, y hoy les adelantamos la evaluación.

Hace unos veinte años -o tal vez un poco más- los autos provenientes de Corea del Sur estaban en donde hoy se están los que llegan de China. A ver si no sienten el déjà vu. Eran autos "parecidos" a los japoneses o europeos, su calidad no prometía mucho y confiar en un producto de esa procedencia por aquellos años era comparado a jugar una ruleta rusa.

Haciendo un poco de memoria, recuerdo los Hyundai Galloper, basados en la primera generación del Mitsubishi Montero, los Daewoo Cielo/Racer, que usaban la carrocería del Opel/Chevrolet/Vahuxhall Kadett, y las famosas Daewoo Damas/Labo, que se valían de la primera Suzuki Carry y que hoy curiosamente encuentran sus equivalentes en los pequeños furgoncitos chinos que invaden nuestras calles y se siguen valiendo de la carrocería de la vetusta minivan japonesa.

Hoy de esas tres marcas coreanas, sólo quedan dos, ya que Daewoo fue absorbida por GM y la mayoría de sus productos o tecnologías las vemos en los Chevrolet provenientes de Corea del Sur. Hyundai y Kia se unieron y son hoy referentes globales en materia de calidad de fabricación y fiabilidad, dando por ejemplo, como es el caso de Kia en Europa, siete años de garantía.


Como si eso no bastara, a las dos coreanas, les faltaba identidad propia. Es decir, tenían la calidad, la confiabilidad y un grupo de clientes fieles. Sólo faltaba que otros pusieran el ojo en esa procedencia. 

En 2006, Kia se valió del alemán Peter Schreyer (el padre del Audi TT) para darle una identidad a la marca y en especial a los frontales con la "nariz de tigre" que hoy, casi cinco años después, nos haga decir en la calle "ese es un Kia". Soul, Cerato, Sorento, Sportage, Picanto y ahora el nuevo Rio, por citar algunos, todos salieron de la mesa de diseño del señor Schreyer. Ahora Kia tiene una imagen de marca propia, asociada al deporte, tenis y fútbol especialmente, joven, divertida y cool. Lo mismo pasó con su hermana Hyundai y el estilo de diseño "Fluidic Sculpture".

Este Picanto que probamos suma todo eso y lo presenta en un paquete de algo menos de 3,6 m de largo, con un diseño que a mi entender es el más atractivo del segmento y un espacio interior que haría reconsiderar a varios comprarse un segmento B.

La segunda generación del urbanita surcoreano avanza en gran medida frente a la primera generación, y ni que hablar frente a su abuelo, el Kia Pride. Y para eso hace falta una sola imagen que Kia UK usó para festejar sus veinte años en ese mercado y que usaré para cerrar la nota, con el Pride y el Picanto uno al lado del otro, para poder demostrar cabalmente que la evolución automotriz sí existe.