Prueba: Suzuki Kizashi 2.4 GLX M/T (Parte 1)

viernes, 14 de enero de 2011



Probamos el sedán grande de Suzuki. El Kizashi.
Suzuki suma a su gama el Kizashi, un sedán mediano que da palabra de ofrecer el lujo, el comportamiento dinámico y la deportividad de modelos Premium, pero con un precio más accesible y buena calidad de materiales como principales argumentos. La prueba, después del salto.

Suzuki siempre fue famosa por sus modelos chicos como el Swift y los sport utilities como el Vitara o Grand Vitara. Pero nunca por un modelo de segmentos C o D. Hace algunos años la marca nipona presentó el SX4 Sedán que fue un primer acercamiento al segmento C.

Es que Suzuki no es una marca asociada históricamente a modelos de tres volúmenes. Y menos medianos tricuerpo, de los cuales Suzuki tuvo alguno, pero con un éxito magro. Hoy el Kizashi (que significa en japonés "lo mejor está por venir") viene a cambiar esa realidad. Fruto de dos concepts del mismo nombre presentados en 2007 y 2009, siendo presentado como modelo de calle a finales de ese año. A nuestro país llegó en tres versiones de equipamiento y dos de caja. En otros mercados incluso ofrece versiones con tracción integral i-AWD, pero siempre con el único motor 2.4 16v VVT-i de 175 cv. La unidad que evaluamos es la de entrada de gama, denominada GLX con la caja manual de 6 velocidades. También existe la versión GLX con caja CVT (6) y la Limited CVT, que cierra la gama como el más completo.

DISEÑO (4/5)
Hablando de dimensiones, el Kizashi mide 4,650 m de largo, 1,480 m alto y 1,820 m de ancho. En tanto que la distancia entre ejes es de 2,700 m. Para posicionarlo con la competencia, este modelo compite con el Honda Accord, Hyundai Sonata o el Toyota Camry.

El frontal del Kizashi es agresivo y lanzado hacia el frente, con grandes grupos ópticos que curiosamente carecen de Xenón, pero que cumplen bien su función. Están acompañados por una grilla de plástico negro, que alberga una gran “S” de Suzuki. En los bajos del paragolpes encontramos los faros antinieblas delanteros.


El lateral tiene trazos limpios y una línea de cintura alta, lo que nos deja ver un auto con intenciones aparentemente deportivas sin perder seriedad de sus formas. De costado disimula bien su tamaño y hasta incluso se puede llegar a pensar que es un auto de segmento C y no un D. Llaman la atención los grandes espejos externos que tienen regulación eléctrica. Los pasarruedas son pronunciados y albergan neumáticos Yokohama Db Decibel E70 en medida 215/55R17 con llantas de aleación de doce brazos en medida 17 pulgadas.

La parte trasera cuenta con una tapa de baúl alta, bien definida y con un pequeño alerón que alberga la tercera luz de stop. Las luces son de generoso tamaño y diseño envolvente, que se unen con la línea del gran paragolpes trasero, que no ofrece sensor de estacionamiento. Tampoco lo está en la delantera. Lo debería ofrecer. En la parte baja encontramos dos grandes salidas del escape, realizadas en plástico cromado que albergan en su interior las salidas de verdad, que son de diseño convencional. Dentro del equipo de AutoblogUY esta solución de diseño genera discrepancias. Yo considero que si se trata de buscar un auto para un ejecutivo, eso no los va a atraer por su extravagancia tipo tunning. Algo que también usa el Peugeot 408 y que no me convence tampoco.


INTERIOR (4/5)
La apertura se realiza con el comando de la llave, que trabaja con el sistema Keyless para el encendido, y para la apertura del auto, permitiendo así el ingreso al mismo. La posición de manejo se encuentra fácilmente gracias regulaciones mecánicas de volante en altura y profundidad, así como regulaciones manuales para correr y subir la butaca o para el apoyo lumbar. Carece de regulaciones de butaca eléctrica.
Aquel que se siente en la butaca del conductor de un Kizashi se encontrará con un tablero de instrumentos de lectura sencilla, y compuesto por dos elementos circulares. Uno es el tacómetro con escala roja a las 6,500 rpm y el otro el velocímetro que marca hasta los 240 km/h, velocidad que no alcanza ni cerca este Kizashi. Dentro de sendos marcadores, encontramos el medidor de temperatura de agua del motor y de la cantidad de combustible en el tanque. Entre medio de los dos relojes hay un display que incorpora la computadora de viaje. Ésta informa acerca de consumo combustible (instantáneo/promedio), autonomía y promedio de velocidad.


El volante lamentablemente no está revestido en cuero y tiene el airbag del conductor, más un mando para la computadora de abordo y los comandos de la radio. Falta un cruise control. La pedalera está realizada en goma. A la extrema derecha está el botón de encendido, que no necesita de introducir la llave en ningún lado.
En la consola central encontramos dos de las salidas del aire acondicionado, el equipo de audio integrado al panel y de fácil e intuitiva utilización. El sonido también es de buena calidad, gracias a los cuatro parlantes, los dos tweeters y un parlante central en la base del parabrisas. Tiene lector de CDs, MP3 y una ficha USB. El equipo de climatización es automático y de dos zonas. Funciona correctamente y los comandos son de buena factura. Tanto el equipo de aire como el de audio están rodeados por dos apliques símil titanio, que realzan la calidad interior. Todo el panel está realizado en plásticos blandos, de excelente calidad. Los encastres están bien logrados y la calidad de construcción es la misma que la del resto de los modelos de la marca.

Por debajo de la consola y encontramos el comando de la caja de sexta. Por detrás hay un portaobjetos y el freno de estacionamiento forrado en cuero y con un aplique cromado. Entre medio de las butacas hay un apoyabrazos con un portaobjetos dentro que se extiende hasta los respaldos de las butacas delanteras. La capacidad es generosa y tiene doble compartimiento. Siguiendo con los lugares para guardar cosas, tiene una guantera enorme que además está refrigerada.

Por otra parte la tapicería estaba realizada en cuero, aunque de serie viene con tapizados de tela. La colocación la realiza el importador, para los clientes que lo demanden y la procedencia del cuero es nacional. Además de las butacas, también se tapizan parte de las contrapuertas en un agradable gris oscuro con costuras gris claro. Realmente este opcional realza el interior, y debería ofrecerlo de serie. Las butacas delanteras ofrecen buena sujeción lateral y se sienten generosas para personas grandes.


Al pasar a las plazas traseras, el Kizashi hace gala de esos 2,70 m de entre ejes. Dos adultos podrán viajar cómodamente tanto a lo ancho como a lo largo, y además personas de más de un metro ochenta no tocarán el techo con la cabeza. La plaza central en cambio es el punto crítico, ya que en el medio están presentes un falso túnel de transmisión y dos salidas del aire acondicionado. Las plazas traseras ofrecen anclajes ISOFIX y TopTether para sillas infantiles y tres cinturones inerciales de tres puntos, y sus correspondientes apoyacabezas.

El baúl es generoso. Con 461 litros de capacidad ofrece también una boca de carga generosa. Si se precisa más capacidad de carga el baúl es modulable en 60/40. La terminación del baúl es destacada, con una bandeja de buena calidad y totalmente alfombrado. Por debajo de la mencionada bandeja de plástico está el auxilio del mismo tipo que las otras cuatro. Incluso con la misma llanta de aleación.

MOTOR (4/5)
Llega al mercado nacional en todas sus versiones con un motor de 2,4 litros, cuatro cilindros en línea, 16 válvulas, sistema VVT-i y 175 cv de potencia a 6,500 rpm. El torque es de 230 Nm a 4.000 rpm asociado en esta versión a una transmisión manual de seis velocidades. Opcionalmente se lo puede equipar con una CVT de sexta.

El motor 2.4 litros no defrauda, y responde bien cuando el conductor lo llama, pero sentimos que le falta algo más de condimento, si las intenciones de Suzuki son las de ofrecer un modelo ejecutivo con algún viso de deportividad. La respuesta es progresiva, y recupera entre marchas ágilmente, pero aunque el velocímetro marque 120 km/h, los ocupantes no sienten los 175 cv todo lo que nos gustaría. No sabemos si es que está tan bien insonorizado o si nosotros estamos acostumbrados a modelos de respuesta más enérgica, pero podemos decir que el Kizashi responde como cualquier otro auto de segmento D de una marca generalista. Es decir, andar confortable en ciudad, un motor por debajo de los 200 cv y butacas tapizadas en cuero más parecidas a una poltrona.

Los consumos declarados por fábrica son 11.2 l/100km en ciudad, 7.59 l/100km en ruta y en ciclo mixto es de 7.9 litros cada 100 kilómetros. En tanto que las prestaciones declaradas por el constructor son de 215 km/h de velocidad final y una aceleración de 0- 100 km/h en 7,8 segundos, cifras más que respetables.

Galería de fotos Suzuki Kizashi 2.4 GLX M/T

Prueba interior Suzuki Kizashi GLX 2.4 M/T
Prueba: Suzuki Kizashi 2.4 GLX M/T (Parte 2)

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