El 70º aniversario de Ferrari en Maranello según Autoblog

lunes, 11 de septiembre de 2017



Ferrari celebró este fin de semana sus 70 primeros años en su casa, en Maranello. Y Autoblog estuvo ahí.
Este pasado sábado 9 de setiembre en Maranello, Italia, Ferrari decidió celebrar sus primero 70 años de vida con una fiesta que tiñó las calles de ese pueblito industrial italiano de los colores de la firma de Don Enzo. Autoblog estuvo allí y a continuación, la crónica de una celebración alla italiana.


Desde Maranello, Italia - Pocas marcas pueden hacer un festejo por 70 años de vida ininterrumpida. Pero solo una se da el lujo de hacerlo durante casi un año entero: Ferrari. La firma más famosa de Italia celebró desde el 12 de marzo hasta este 10 de setiembre con diferentes actividades a lo largo del mundo sus primeras siete décadas de actividad.

Pero el evento más importante y ruidoso se llevó a cabo este sábado en sua casa: Maranello. Al igual que pasara en otros momentos de su historia donde se cumplía una década, en esta séptima ocasión pude sumarme al festejo junto a Carlos Cristófalo, de Autoblog.com.ar, y les recomiendo que también lean su crónica de este evento digno de un sueño (ver nota).


Nuestra travesía tifosi arrancó en Milán a la mañana del sábado. Eran unos 230 km desde esa ciudad hasta Maranello. En las diferentes autopistas que fuimos cruzando, era casi que moneda corriente encontrarse con más de una Ferrari. Primero empezaban a pasar las 458 y California (en todas sus variantes y colores), que son casi que una plaga en el mundo Ferrari.

Pero de golpe apareció una F12tdf roja. Luego una 365 Daytona. Atrás de esa una GTC4Lusso con matrícula checa. Y toda la autopista sacándoles fotos. Yo incluido. A más de 200 km de Maranello la fiesta ya estaba sintiéndose. Hasta pasar por los asesinos peajes italianos que te cobran entre 6 y 8 euros por cada pasada eran un goce con tal de escuchar a un V8 o V12 Ferrari rajarle los tímpanos a los cajeros en sus cabinas saliendo a fondo.


Tras varias peleas con los GPS de nuestros smartphones, finalmente entramos en la ruta a Maranello, pero las Ferrari habían desaparecido del paisaje de golpe. Pensamos que nos habíamos perdido, hasta que vimos un cartel que indicaba que estábamos llegando a esa ciudad. Y pasó lo increíble. Las Ferrari empezaron a aparecer como una marabunta roja. De todos lados. Trancando las calles. y con Policías dejándolos hacerlo. Copando los estacionamientos de los hoteles. Habíamos llegado a la tierra prometida. Se estima que llegaron a Maranello unas 500 unidades de Ferrari. En 32km² de ciudad. Saquen los números de densidad tiffosi.

Entre ese mar de bestias italianas, intentamos dejar tirado a nuestro básico pero noble smart forfour de alquiler y salir a llenar las memorias de nuestras cámaras con todo lo que nuestros ojos no llegaban a capturar tan rápido. Primero pasó una F40. Una de las tantas que veríamos ese sábado bajo los 31º C de sensación térmica. Ferrari, calor, buena onda y aroma a nafta quemada invadiendo el aire. ¿Qué más se puede pedir? ¿Muchas F12tdf pasando por la calle? Sí, también las había. Llegué a contar 10 en el lapso de 4 horas. Jamás volveré a repetir ese ratio de vistas por hora de F12tdf en mi vida.


Lo primero que encontramos estacionado en Maranello fue una F40 prolija, pero algo vandalizada en sus llantas. perdonable. A media cuadra, una LaFerrari estacionada rodeada de gente. Pero cuando caminamos un par de metros más, ambos dijimos al unísono: ¡son dos LaFerrari! Lo más increíble es que habremos tardado unos 15 minutos en darnos cuenta que una de esas dos era una LaFerrari Aperta. Una de las 9 en todo el mundo hechas para la celebración de los 70 años. Y una similar a la que esa misma tarde se subastó por 8.300.000 de euros a un par de cuadras de la pista de Fiorano.

Luego de ese hallazgo, casi que en un acto de ofrenda, nos metimos primero en la Ferrari Store ubicada en la vereda de enfrente de esa fábrica. La fábrica. Casi hago una selfie tonta de esas que cualquier turista se saca en la puerta con el cartelito de "Ferrari" atrás. Es para un petrolhead como pararse en la cebra de Abbey Road si sos un fanático de The Beatles. Pero yendo con el acto de desplumamiento monetario, tanto Cristófalo como yo salimos de la Store con cosas bonitas en unas bolsas rojas. Ambos llevamos una F40 a escala. CC le sumó otra de sus preferidas personales al carrito: 365 Daytona.


Luego seguimos caminando por las calles de Maranello con el calor abrasador y el sonido de los V8 y V12 en el aire. Llegamos al Museo Ferrari. Pagamos la entrada (unos nada disparatados 16 euros) y nos metimos como niños en una juguetería. Ahí nos dijeron que por entrar,  nos daban un 10% de descuento en la Ferrari Store. Sí, en esa que habíamos ido a fundir nuestras tarjetas de crédito minutos antes.

El museo es una joya en sí y una visita obligada si estás por Maranello. Hay autos únicos. El escritorio de Don Enzo intacto como lo dejó en 1988 cuando falleció. Maquetas, motores, moldes de madera artesanal, autos de competición de todos los años y épocas. Y todos en estado original. Trofeos. Todo. No les miento si les digo que del pabellón de los Fórmula 1 salí lagrimeando un poco de la emoción. Los hombres no lloran, pero a los tifosi se les perdona una lágrima que otra.


Pero todavía faltaba lo mejor del día. Cuando estábamos llegando a nuestro smart de alquiler para dejar las bolsas con las compras hechas, había una multitud agolpada en la puerta de la fábrica de Ferrari y con dos carabinieri cortando el tránsito. Nos acercamos sin saber lo que iba a pasar. De golpe, estacionan una F40 y una F50 en la puerta. No lo dudo. Saco la foto. Aunque no se podía por unos carteles que lo indicaban. Los que estábamos ahí los respetamos menos que a un "no pisar el pasto".

De golpe empezaron a salir una por una todas las Ferrari que esa tarde iba a subastar RM Auctions en Fiorano. Todas en un estado que te dejaba boquiabierto. Todas con dueños que saludaban a las cámaras como si fueran las reinas de la vendimia. Pero con cuentas en Suiza más abultadas que una mochila de campamento. No puedo describir más de lo que verán en el video al final de la nota. Hablará por sí solo. Solo un apunte: dudo que en mi vida vuelva a ver tres 288 GTO cruzar una calle en fila.

Lo que sí sé es que cada 10 años Ferrari hace de Maranello una verdadera fiesta petrolhead. Te guste o no esta marca, dentro de una década, les recomiendo que vengan a Maranello al menos una vez. Mientras escribo esta nota en la habitación del hotel, afuera llueve bastante. Casi como un riego para lavar lo que fue la fiesta y que este rinconcito de la bota, vuelva a ser un calmo pueblo industrial. Seguro que está Don Enzo regando desde arriba las semillas del festejo que darán dentro diez años más. Yo ya estoy marcándolo en mi calendario para regresar entonces. ¿Y ustedes?

















Galería: "Ferrari 70º Aniversario" en Maranello (9/9/17)

Video: Desfile "Ferrari 70º Aniversario" en Maranello (9/9/17)