Probamos al Ford Fiesta Kinetic: apuesta por lo seguro

lunes, 16 de diciembre de 2013



Probamos al Ford Fiesta Kinetic, el último lanzamiento del óvalo en Uruguay.
Estuvimos manejando el auto más esperado y pedido por ustedes. El Fiesta Kinetic llegó a Uruguay -al fin-, y lo hizo pateando el tablero en varios aspectos, pero en uno especialmente, la seguridad que ofrece por su precio. Análisis socio-económico/editorial como excusa para el adelanto del último test del año, tras el salto.


Cuando le mostré a algunas personas el Fiesta Kinetic, el primer comentario que hicieron fue "le faltan unos antinieblas adelante y unas llantas más grandes". Yo respondía que es cierto, pero que debajo de ese aspecto de versión intermedia -que lo es este SE Plus-, hay también un auto con siete airbags, controles de tracción y estabilidad, anclajes LATCH, apoyacabezas y cinturones de tres puntas para todos, además de tener cuatro estrellas en protección para adultos y niños en las pruebas de Latin NCAP y el NHTSA. Y todo por menos de 30 mil dólares, habiendo en nuestro mercado autos de 40 mil que no llegan a la mitad de ese currículum.

Sin embargo viendo esas reacciones pude comprobar empíricamente lo que pasa en Uruguay. Para el simple mortal, todo eso no se ve a simple vista, entonces si no aparece, no existe para el ojo. Hay algunos que entran al auto y ve una invasión de cartelitos que dicen "airbag" desparramados por todo el habitáculo, indicadores de ESP/ASR en el tablero, o los cinturones inerciales y los anclajes para sillas infantiles. Pero en la cabeza de otros ver que en un auto de 27 mil dólares hay una pantalla de 3,5" es un sacrilegio, y todo lo otro es superfluo, porque "como ando despacio, nunca los voy a precisar".


No estoy criticando la pantalla, por dios no. Sí estoy mofándome de aquellos que ven eso antes que cosas que definitivamente no te van a salvar a la hora de un accidente. Y de esos, Uruguay, está lleno, tapizado de ellos. Y mal que nos pese a muchos, ni siquiera autos como este van a revertir esas mentes, no al menos en el corto plazo, por diversos motivos. No solo por la cabeza del consumidor, sino porque también está el concepto de que hay que pagar por seguridad, algo que está mal planteado desde el vamos, y cuya realidad no permite dos lecturas al respecto.

Van a pasar varios ejemplos -espero- del tipo de este Fiesta Kinetic en el correr de los próximos años, y honestamente tengo la fe que en nuestro país va a haber una porción de que gente va a preferir un auto con tazas plásticas, sin una mega-pantalla y aspecto de auto de alquiler, pero que cuente con cinco estrellas en la prueba de choque de algún organismo internacional gracias a una estructura que fundamente ese resultado.

El airbag de rodillas del Fiesta Kinetic. Único en su segmento.
Hoy en España, un Fiesta Trend -base, pelado como yo- con tazas y sin aire acondicionado, pero con el mismo equipo de seguridad que el SE Plus que probamos, vale €8,290. Y se vende mucho. La diferencia no solo yacen en los abismos monetarios que hay entre ellos y nosotros, no se queden siempre en esa superficie, sino también en los que hay en materia de criterios y prioridades de los consumidores a la hora de poner los billetes arriba de la mesa.

Nadie en Europa le obliga a una marca como Ford a ponerle siete airbags al Fiesta, pero lo hace igual, y la gente lo compra por eso. El criterio es sencillo: si no hay oferta, no se puede crear una demanda. Y allá no existe el "la gente no pide airbags" como en nuestra región.

Los impuestos son otro tema. No hay que olvidarse que el importador local puede traer este auto configurado de esta manera porque está hecho en México, donde tenemos arancel cero, y además cuenta con una concepción pensada para los estándares de los Estados Unidos en todos los aspectos. Y eso no es menor, un caso similar al ya visto con el Fiat 500 (ver prueba).


Ford hoy está ofreciendo el auto más seguro del segmento por una gran distancia frente a sus rivales, y el resto de sus virtudes -y defectos- los pondremos en la mesa dentro de una semana con la última prueba del 2013, para ver si es o no "el mejor del segmento" como ya algunos lo están posicionando.

Sin embargo me gustaría que antes se queden con esto en la cabeza: hoy acá se puede comprar un auto muy seguro en cada segmento del mercado, las pruebas de organismos independientes lo respaldan, pero está en los consumidores demandarlos, y que en consecuencia, que las marcas sepan satisfacer esos pedidos. Tan sencillo y complicado a la vez, ¿no?