Prueba: Peugeot 208 GTi (Parte 1)

miércoles, 30 de octubre de 2013



El 208 GTi con su motor 1.6 turbo de 200 cv, es uno de los pocos hot-hatchbacks que hay en el mercado local.
Pasó por nuestras manos uno de los pocos Peugeot 208 GTi que hay en nuestro país. Esta variante prestacional del hatchback chico de la marca tiene entre sus características un diseño seductor, y un cóctel mecánico interesante: 200 cv de potencia combinados con apenas 1.160 kg de peso. Más, tras el salto.

Tras haber presentado en 2011 al 208, la marca gala demoró apenas un año más en mostrarle al mundo su variante con un poco más de latidos por segundo. El GTi fue presentado primero como concept en el Salón de Ginebra del año pasado (ver nota), y tan solo siete meses más tarde se lanzó en el Salón de París la variante definitiva, con escasas -por no decir nulas- diferencias con el prototipo mostrado en la marca suiza (ver nota).

A nuestro mercado llegó el 17 de mayo de este año (ver lanzamiento), en un lanzamiento doble junto a su hermano más lujoso, el XY (ver lanzamiento), una versión que si bien comparte el impulsor y cotas del GTi, lleva 156 cv en lugar de los 200 del que evaluaremos a partir de este momento.


Autoblog se subió al Peugeot 208 GTi, con el único opcional disponible para nuestro mercado, un equipo de audio Hi-Fi, marca JBL, compuesto por ocho parlantes, un amplificador de y un subwoofer, con una potencia de 300 watts. Su precio de venta está en los U$S 48.990, en tanto que su garantía es de 2 años o 50.000 km, con la posibilidad de extenderla a 5 años o 120.000 km por U$S 650 + IVA. Comencemos con la prueba.

EXTERIOR

Nobleza obliga hacer una confesión en este momento. Todo aquel al que le gusten los autos podrá divisar claramente a un GTi de un 208 doméstico. Pero el gran grueso de la gente, no. Al igual que pasó con el 308 GTi hace algo más de un año (ver prueba), su hermano menor apuesta a un estilo deportivo sostenido en los detalles diferenciales y exclusivos. No es algo malo, solo que en lugar mostrarte los dientes, simplemente te sonríe socarronamente y si sos un petrolhead de ley, hasta capaz que sentís que te hace guiñadas.

Al frente las diferencias con sus hermanos no-deportivos están dadas por una parrilla que lleva apliques cromados imitando una bandera a cuadros, el monograma "Peugeot" en rojo, combinado con la base de la parrilla también en ese color. Las ópticas llevan una combinación de halógenas y LED, lo primero para las luces cortas y altas, mientras que los diodos van para los señaleros y luces diurnas. Por el precio se le pueden reclamar unas ópticas de Xenón.



El perfil lleva unas bellísimas llantas de aleación diamantadas y esmaltadas de 17 pulgadas denominadas "Carbone" con neumáticos 205/45 R17, marca Michelin Pilot Exalto. Por detrás de ellas, van escondidos los calipers rojos de los frenos de disco, que van en ambos ejes. Otros detalles, no menores, son los pasarruedas y zócalos más gordos, y el logo "GTi" en el remate de la ventanilla trasera, un homenaje al 205 GTi, y que creo sin temor a equivocarme, que fue lo que más fotografiamos en los días que tuvimos el auto.

La zaga, compacta como siempre en los 208, se ve más musculosa que nunca con un alerón trasero, doble salida de escape cromada, bien visible, y un discreto difusor en la parte baja. En el paragolpes tiene los sensores de estacionamiento, y la luneta, al igual que las ventanillas traseras, van oscurecidas de fábrica. El resultado general de sus líneas es un equivalente a "te van a sacar fotos a cada rato".



El 208 GTi mide 3.962 mm de largo, 1.739 mm de ancho y 1.460 mm de alto. La distancia entre ejes es de 2.538 mm. El baúl ofrece 285 litros ampliables hasta los 1.076 litros. Respecto al resto de los 208, el GTi cuenta con trochas ampliadas 10 mm en la parte delantera y 20 mm en la trasera, algo que también pasa en el XY.

INTERIOR


Los colores rojo y negro son los encargados de darle la bienvenida a quienes suban al 208 GTi. Están presentes por todos los sectores del habitáculo, y podrán gustar o no, pero no puedo reconocer que le queda bien el combo cromático. Tal vez los apliques en degradé rojinegros son los que menos me convencieron, pero entiendo que a otros les pueden agradar. La calidad es superior a otros 208, con más cuidado en los detalles, pespuntes rojos en la tapicería, apliques satinados, y un volante con cuero perforado que es una delicia tenerlo entre los dedos.

La posición de manejo es exactamente la misma del 1.2 VTi que probé hace casi un año, pero más cariñosa, porque las butacas abrazan más fuerte, con una marcada sujeción lateral, y van aromatizadas con un sutil olor a cuero. Al ubicar la posición de manejo, una historia conocida de otros 208. Los más altos no tendrán problemas, pero aquellos que ronden el metro setenta, verán la base del instrumental parcialmente tapada por el aro encuerado del volante.


El instrumental va por encima del volante y casi pegado al parabrisas, generando un efecto Head Up Display. Ofrece cuatro elementos de aguja, tacómetro, velocímetro, temperatura de agua del motor y cantidad de combustible, con un fondo deportivo a cuadros, y un display en el centro donde se puede visualizar la velocidad a la que se circula, datos de la computadora de abordo, entre otras funciones. Todo el conjunto va enmarcado con LEDs rojos en los aros de los relojes principales, que se iluminan al encender el mil seiscientos, junto a un "saludo" de las agujas.

Al llegar a la consola central va la pantalla táctil multimedia SMEG. Tiene siete pulgadas y permite acceder de forma muy intuitiva a las funciones de: radio, telefonía Bluetooth, lectura de archivos musicales vía una conexiones auxiliares tipo Jack, USB, o por streaming de audio Bluetooth. También se pueden ver fotografías. funciones de la computadora de a bordo, iluminación del auto, o controlar los sensores de lluvia o crepuscular. En este GTi suma a todas esas funciones el navegador satelital que funciona a la perfección en la mayoría de las rutas y ciudades grandes.


Pasar a las plazas traseras no presenta dificultades. Las butacas delanteras se corren bastante hacia adelante, permitiendo ir para atrás con facilidad. Una vez allí, el GTi permite que dos adultos -el tercero tendrá que ser un niño- vayan en los laterales cómodos a la altura de las piernas, si no son muy altos, y solo bien en altura, dado que el tan elogiado techo panorámico se roba unos centímetros. Para quienes vayan en este sector habrá apoyacabezas y cinturones inerciales por tres, anclajes ISOFIX y TopTether para sillas infantiles, y dos de los ocho parlantes que tiene el impecable equipo de audio JBL HiFi, un opcional que estaba incluido en nuestra unidad.

El baúl ofrece 285 litros ampliables hasta los 1.076 l, rebatiendo los respaldos traseros en proporción 60:40. En relación a la carrocería de cinco puertas que probamos el año pasado, este de tres pierde 76 litros de capacidad de carga. Por debajo de una prolija tapa alfombrada está el auxilio de la misma marca, llanta y medida que las cuatro titulares. También en el baúl, va el subwoofer del equipo de audio, que se roba algunos centímetros a lo ancho.


MOTOR

El cœur del 208 tiene dos nacionalidades, ya que es el archiprobado impulsor 1.6 turbo nacido del matrimonio, ya disuelto para el futuro, entre los franceses de PSA y los alemanes de BMW. Es la sexta vez que pasa por nuestras manos, y con esta potencia, la segunda tras el 308 GTi.

El tetracilíndrico denominado EP6CDTX/MCM, cuenta con una cilindrada de 1.598 cc, con tecnología VTi, y turbo twin-scroll de alta presión (THP). Es capaz de erogar una potencia de 200 cv a 5.800 rpm y un par máximo de 275 Nm a las 1.700 vueltas. Va asociado a una transmisión manual de seis relaciones, no hay opción a una automática, por suerte, y la tracción, es delantera.


Según fábrica, logra una velocidad final de 230 km/h, y una aceleración de 0-100 km/h en apenas 6,8 segundos. El consumo mixto declarado es de 5,9 l/100 km, 8,2 l/100 km en ciudad, mientras que en ruta Peugeot homologa unos bastante optimistas 4,7 l/100 km. Nosotros en un uso combinado, la mejor cifra que conseguimos fue 8 litros cada 100 km. El depósito de combustible carga 50 litros.

El rendimiento de esta mecánica ya es vox pópuli. Elástica, divertida de usar, con empuje constante desde primera a quinta como si fuera una locomotora de bolsillo. Es bastante económica también, siempre y cuando no se le siga la corriente a un conjunto moto-propulsor que invita a sacar al energúmeno que llevamos dentro todo el tiempo. Hacía tiempo que un auto no me generaba eso de intentar salir primero en los semáforos, o de provocar el ronroneo del motor al desacelerar solo para darme un poco de placer auditivo.


El peso en orden de marcha es uno de los trucos de su agilidad, como veremos en la parte dos. Pesa 1.160 kg, lo que da una excelente relación peso/potencia de 5,8 kg/cv. Es decir, desde las cifras no puede hacer otra cosa que provocarte a pisar el pedal derecho al fondo.

Si quieren seguir conociendo al GTi, habrá que esperar al viernes, cuando les traeré la segunda y última parte de esta prueba.

Galería: Peugeot 208 GTi 
Prueba: Peugeot 208 GTi (Parte 2)
Fotos: Autoblog, BR1 | Photography