Prueba comparativa: Chevrolet Tracker Premier 1.2 Turbo A/T versus Peugeot 2008 1.2 PureTech 155 GT Line EAT8

miércoles, 23 de diciembre de 2020



Enfrentamos a los dos nuevos referentes de los SUVs sub-compactos: Chevrolet Tracker y Peugeot 2008.

Durante unos días y centenares de kilómetros, el recién lanzado Peugeot 2008 GT Line convivió en el garage de Autoblog con el Chevrolet Tracker Premier. Dos de los más fuertes contendientes a la hora de convencer al cliente del segmento B-SUV. Conclusiones de esta comparativa, a continuación.


Texto | Facundo Puig
Imágenes | Franco Santiago

Exterior

Una al lado de otra, se ve una similitud en el concepto, con resultados completamente diferentes. No esconden el family feeling: las dos muestran claramente su lugar en el árbol genealógico. Son las hermanas menores de Equinox y 3008. Esto implica que mientras la Tracker luce trazos limpios y más tradicionales, la 2008 opta por un diseño más sofisticado, acentuado en esta variante tope de gama con el paquete GT Line.

En el frontal, ambas optan por mostrar una figura robusta. Mientras la Tracker lo logra con trazos horizontales que resaltan el ancho, la 2008 presenta un primer volumen corto y líneas rectas y marcadas. Empate en la iluminación: las dos usan la fórmula full LED, con excelente resultado, y los ya habituales colmillos en la francesa.

La cintura ascendente es rasgo común al lateral de las dos SUVs, y ahí terminan las similitudes. Los 10 cm extra de altura de la Chevrolet Tracker se hacen notar y privilegian el acceso y la habitabilidad, como veremos más adelante. Por su parte, la Peugeot 2008 juega con una silueta tipo coupé de cuatro puertas (perdón, vengo de la marca que inventó el concepto) que muestra una imagen más deportiva.

Esto es acentuado por las llantas “Bund” de 18 pulgadas (larga vida a los opcionales con nombre), barras de techo y línea de cintura negra exclusivas del nivel GT Line. El nivel Premier de Tracker opta por llantas 17, y cromados en varios sectores.

En la trasera es donde se hace más evidente la diferencia de planteos. Es el ángulo más simple del simple diseño de la Tracker, y el más interesante del interesante diseño de la 2008. La GT Line tiene hasta salidas de escape a la vista, y las dos son reales.

Interior

Puertas adentro, la Tracker muestra un ambiente agradable, sin estridencias. Los materiales son aceptables (no más que eso), y la posición de manejo es buena gracias a los múltiples reglajes del asiento y columna de dirección. El nivel Premier agrega el tapizado en un tono de azul oscuro, y un diseño que simula cuero cosido en el tablero, con un resultado sobrio y elegante.

El interior de la Peugeot 2008 es una trompada de innovación. La calidad de terminaciones pone en aprietos a varios rivales premium, y el diseño parece sacado de un concept car. El bendito i-Cockpit le hizo bullying a mi estatura por algunos kilómetros, pero logramos entendernos. Y muy bien. La posición de manejo permite ir bien abajo, y el volante pequeño y hexagonal está donde tiene que estar, con levas de cambio fijas en la columna de dirección. ¡Chapeau! Estamos ante la nueva referencia del segmento.

El instrumental de la Tracker es simple y de buena lectura, con un display digital a color de 3,5 pulgadas en esta Premier. Las 2008 Allure y GT Line tienen el espectacular i-Cockpit 3D, con una resolución y opciones de personalización ejemplares. 

Un tema que nos saca el sueño a los product managers es la telemática y conectividad. Sabemos que es algo cada día más importante, y muchas veces las marcas no van a la velocidad de los clientes, dejándonos en off-side con los clientes. Hay citycars con sistemas multimedia de última generación, y autos premium de USD 300 mil sin cartografía o Android Auto. No, no tiene lógica. Modo catarsis off, volvamos a la comparativa.

Tanto el MyLink 3 de la Tracker, con un display de ocho pulgadas táctil, como el display de diez pulgadas de la Peugeot tienen un excelente funcionamiento. Ambos cuentan con Android Auto y Apple CarPlay, y la Chevrolet suma dos funcionalidades ejemplares: la asistencia OnStar y el Wi-Fi 4G de Claro. Por si no fuera suficiente, tenemos la App MyChevrolet que permite controlar funciones del vehículo desde nuestro smartphone o Apple Watch. Excelente.

Las plazas traseras son correctas en la 2008, que no se ve demasiado perjudicada por la caída del techo más pronunciada que su rival. La Tracker es algo más generosa en sus dimensiones, así como en la accesibilidad. Ninguna de las dos tiene salidas de aire para quienes viajan detrás, pero ambas cuentan con cargadores para smartphones en esta posición.

Yendo aún más atrás, encontramos baúles amplios en los dos SUVs, con volúmenes rondando los cuatrocientos litros de capacidad. También es común a los dos productos el auxilio temporario. Una virtud respecto a los kit de reparación de pinchazos, pero no tan seguro como contar con una rueda hecha y derecha.

Motor y transmisión

En la técnica tenemos un empate. 1.199 cc para las dos, repartidos entre sus tres cilindros, y con doce válvulas. También encontramos en ambas distribución variable y turbocompresor, con inyección multipunto en el Chevrolet y directa en el Peugeot.

Ahí se terminan las similitudes. Mientras la Tracker entrega 132 cv a 5.500 rpm, y un torque máximo de 190 Nm entre 2.000 y 4.500 rpm, en la 2008 GT Line tenemos a disposición 155 cv en el mismo régimen y 240 Nm a apenas 1.750 rpm. 

El tricilíndrico de Chevrolet es suave y progresivo, con buena respuesta en todos los regímenes de revoluciones. El de Peugeot es más contundente, haciendo notar la potencia extra, y algo más silencioso y con menos vibraciones. La transmisión es de convertidor de par tanto en Tracker como en 2008, con dos marchas más (ocho) en la Peugeot que agrega también levas en el volante.

Las prestaciones son, como es lógico ante la diferencia de potencia y torque, superiores en la Peugeot. La Chevrolet Tracker Premier necesita 10,9 segundos para alcanzar los 100 km/h, cifra que se reduce a 8,2 segundos en la 2008. La velocidad máxima es de 208 km/h en el caso de la del león, mientras que la del moño no informa este número.

En consumos, también hay una ventaja para el 1.2 PureTech de la Peugeot 2008. Obtuve una cifra de 6,2 l/100 km en uso mixto, mientras que la Chevrolet Tracker reportó 7,1 l/100 km en las mismas condiciones.

Comportamiento dinámico

Nada más sentarse al volante de una y otra, se evidencia la diferencia de conceptos. La Tracker muestra una posición de manejo elevada, con excelente visibilidad y luminosidad en el habitáculo. El parabrisas queda lejos, lo que multiplica esta percepción.

En la 2008 la posición de manejo es más parecida a la de un auto. El asiento va más abajo, y la cintura más elevada, junto a la luneta trasera inclinada, hacen que el interior parezca más ajustado.

En la ciudad, donde pasarán la mayor parte de su vida estos SUV, la Tracker hace gala de su lugar de nacimiento. Es más Mercosur friendly. Filtra muy bien las imperfecciones del asfalto, al tiempo que la transmisión mantiene al 1.2 siempre en su rango óptimo. El tricilíndrico vibra poco (pero se hace sentir), y la dirección es liviana.

La 2008 por su parte, es un poco más seca, sobre todo en el tren trasero que muestra algún rebote en determinadas circunstancias como empedrados o pozos. La transmisión es algo más progresiva que la de Chevrolet, y las vibraciones del PureTech son prácticamente imperceptibles. Algo que me llamó la atención fue el funcionamiento del Start&Stop, que deja el volante sin asistencia, y enciende el motor al intentar moverlo.

En ruta, las “contras” de la 2008 se convierten en virtudes. Es un placer enlazar curvas con el volante de aro grueso, la dirección comunicativa y la posición de manejo con aires deportivos. A veces hace olvidar que estamos en un SUV, y transmite sensaciones de warm-hatch (por aquello de que no llega a hot).

La Chevrolet prioriza el confort, y no se siente tan comunicativa y dinámica como la 2008, con una puesta a punto más clásica. Es “más SUV”, incluso haciéndonos sentir que vamos en una camioneta más grande. Los dos impulsores responden muy bien en sobrepasos, con la colaboración de transmisiones ágiles en sus reacciones, con una ventaja para la Peugeot.

En caminos fuera del asfalto (pero no tan fuera, que son SUVs, no todoterrenos), se sienten cómodas. Mientras la Tracker hace gala de su suspensión algo más blanda, la 2008 muestra una solidez envidiable. En resumen, son dos opciones polivalentes: cómodas en la ciudad, con buen comportamiento en ruta, y suficientes para una escapada campera de fin de semana.

Equipamiento

En sus variantes más completas, ambas cuentan con un amplio listado. Cierto es que, por precio, la rival natural de la Tracker Premier sería la 2008 Active de entrada de gama. Pero también es cierto que si valoramos el equipamiento con el que cuenta esta 2008 GT Line por encima de su rival (ejercicio habitual en las tareas de un product manager para comparar “precios reales”) y el extra que paga de impuestos, la Peugeot queda en buena posición de competitividad.

La 2008 aventaja a la Tracker en el paquete GT Line con llantas de 18 pulgadas, iluminación interior, control de crucero adaptativo, asistente de cambio de luces, selector de modos de manejo, freno de estacionamiento eléctrico, Start&Stop, panel de instrumentos digital, levas en el volante y vidrios traseros oscurecidos.

Por su parte, la Tracker también tiene ítems que no están en la lista de la 2008, como el encendido/apagado a distancia con MyChevrolet App, la cortina eléctrica para el techo panorámico, el aviso de ángulo ciego, el sistema OnStar o el WiFi LTE de Claro.

Una cosa me llamó la atención en ambas: la falta de la función Hold para no tener que mantener el pie en el freno. Algo que es cada vez más común, y que en cierta marca alemana que conozco muy bien es estandar hace más de diez años. 

Seguridad

Aplauso, medalla y beso. Los dos productos muestran una dotación de seguridad impensable para el segmento B-SUV hace unos pocos años, y que obliga a que nosotros los product managers con marcas premium a cargo, nos veamos obligados a subir la vara un poco más.

Sin repasar la lista completa, que la pueden ver en las respectivas pruebas de 2008 (ver prueba) y Tracker (ver prueba), vemos que la Chevrolet aventaja a la Peugeot en la presencia del aviso de ángulo ciego. Ítem que funciona correctamente entre 10 y 140 km/h, pero emite un aviso molesto cada vez que se desactiva, al superar esa velocidad. Innecesario.

La 2008, por su parte, arremete con un paquete de asistencias a la conducción de primer nivel: alerta de cambio involuntario de carril, alerta de atención al conductor, reconocimiento de señales de tránsito, control de crucero activo con función de detención y sistema anti-encandilamiento en carretera. Todas de excelente funcionamiento, solo limitadas por la infraestructura local.

Conclusión

La versión probada de la Chevrolet Tracker, tope de gama, vale en el mercado local USD 32.990. Definitivamente me atrevo a afirmar que es la opción imbatible para quienes prioricen la relación precio/producto. No hay otro SUV-B que cuente con una mecánica moderna, una amplia dotación de seguridad y un completo equipamiento de confort en estos valores.

El product manager de Chevrolet logró convertirla en la compra racional del segmento.

Peugeot jugó otra carta. La 2008 GT Line cuenta con niveles de equipamiento, terminaciones y tecnología que no encontramos en segmentos superiores. Ni a veces muy superiores. Y con un diseño que, al menos a mi, me enamoró.

Felicitaciones product manager de Peugeot, tenés el mejor producto del segmento.

Los dos hicieron un excelente trabajo. Y los dos productos son a su manera la mejor compra. Solo hay que decidir cuál es el impulsor: si el corazón, o la razón.



















Agradecimientos: Facundo Puig, Bruno Peluffo, Franco Santiago, Felipe Klimas Silva (GM Uruguay) y José Luis Donagaray (Peugeot Uruguay).