Probamos al Renault Duster: las segundas partes también mejoran

martes, 6 de octubre de 2020



Probamos a la segunda generación del Renault Duster en sus versiones Zen Techno e Intens Outsider (foto).
Renault Uruguay presentó a mediados de setiembre a la segunda generación de su SUV más exitoso, el Duster. Autoblog pudo probarlo apenas unos días después en su variante Intens Outsider, tope de gama, para conocer a fondo todo lo que mejoró uno de los modelos más populares de la marca.

En la industria audiovisual, más que nada en el cine, las secuelas suelen ser un intento desesperado por exprimir hasta el último billete de algo que fue un éxito inusitado la primera vez que se estrenó. Pasó con películas icónicas como "El Padrino", sagas como las de "Star Wars", "James Bond" o más acá en el tiempo, con un mundo tomado por las series on demand, con "La Casa de Papel" o "Stranger Things".

Llevando ese argumento al universo de los automóviles, pasa pocas veces en que la siguiente generación de un modelo es ligeramente peor a la que reemplaza. Casos hay un montón y no viene al caso mencionarlos. Pero la reducción de costos y maximización de ganancias de las industrias vienen siendo los dos "sospechosos de siempre" a la hora de elegir un culpable de esos retrocesos en términos de calidad, dinámica o motorizaciones.


El Renault Duster de segunda generación (ver lanzamiento) es un ejemplo de superación en varios aspectos y un ejemplo de cómo también se puede mejorar en la secuela. Aunque mantuvo la misma plataforma de la versión anterior, es decir, la B0, en realidad la carrocería es (casi) completamente nueva, aunque usando algunas piezas de la generación anterior, como las ventanillas laterales y trasera. Las dimensiones del nuevo Duster aumentaron respecto a su antecesor (ver lanzamiento) siendo 40 mm más largo, 10 más ancho, 10 más alto, pero manteniendo la misma batalla.

Tiene una línea de carrocería más alta, un parabrisas avanzado 100 mm con respecto al Duster actual, más inclinado, que alarga el habitáculo e incrementa la sensación de espacio, nuevas barras de techo de aluminio, ópticas, paragolpes y llantas diamantadas de diseño renovado con hasta 17 pulgadas de diámetro en el nivel más equipado, mientras el resto llevan de 16 en aleación de serie. En términos estructurales, Renault declaró que la carrocería ahora es 12,5% más rígida que antes.


En el interior presenta nuevos materiales más cuidados que en la primera generación e incluso que en aquel update que tuvo allá por el año 2015 (ver prueba). Siguiendo con el habitáculo, los asientos también son nuevos, con espumas más anchas y gruesas. También fue renovado el volante que podrá ser con o sin comandos, dependiendo de las versiones elegidas y una central multimedia con Android Auto y Apple CarPlay de serie. Atrás quedaron los interiores sacados de una página de diario, con un solo tono de gris o negro, las tapicerías espartanas, o el cobertor del baúl más cercano a una lona de picnic que a una plástico rígido.

Ahora el Duster trae una opción de caja automática, controles de tracción y estabilidad de serie, y una estructura que sacó cuatro estrellas para adultos en las pruebas de Latin NCAP. De todas formas, debe más airbags, es cierto. Pero comparando con lo que era el modelo anterior, el salto es notorio al menos desde la teoría. Renault supo estar casi sola con el Duster anterior allá por 2011 en un segmento que estaba creciendo rápido. Hoy la categoría está más nutrida que nunca y las exigencias son cada vez más altas. ¿Será mejor que sus rivales de segmento? En algunos días más, tendremos la evaluación completa doble a este producto en su versión más equipada, la Intens Outsider con caja CVT y también en la Zen Techno con transmisión manual, que es la entrada de gama.