Probamos al Seat León: a per la independència

miércoles, 8 de agosto de 2018



Primera vez que probamos un producto de Seat tras su retorno a Uruguay y lo hicimos con el León.
Por primera vez entró a nuestro garage un producto de la marca española más famosa de todos los tiempos, Seat. Evaluamos durante cuatro días y por más de 740 kilómetros a su representante en el segmento C, el León. Pero antes del análisis a fondo, un adelanto de la prueba que verán en unos días.

Martorell es un municipio de la comarca del Bajo Llobregat, en la provincia de Barcelona, comunidad autónoma de Cataluña, España. Pero en el mundo automotriz, también es el nombre asociado desde hace 68 años a la Sociedad Española de Automóviles de Turismo, o Seat, si la pasamos a su formato de sigla.

En Uruguay ha sido una marca rodeada de incertidumbre, dado que su presencia fue intermitente. Pasó por varios importadores, sus modelos no fueron de los más vendidos del mercado local y el último hito por estas tierras se remonta a finales del siglo pasado con el Córdoba, que llegaba desde España como la alternativa a su gemelo fabricado en Argentina, el Polo Classic de Volkswagen.


Tanto Seat como Barcelona, son dos nombres que dependen de algo más grande. En el caso de la marca, del monstruo industrial que es el Grupo Volkswagen (del que Seat es propiedad desde 1986) y del país España en el caso de Cataluña, aunque según algunos catalanes, no debería ser más así. Pero pese a tener características de pertenencia similares, ambas buscan separarse de sus "dueños" todo el tiempo.

Por ejemplo, los catalanes se rehúsan a hablar en español castizo. Usan el català como idioma oficial y decirle "español" a un barcelonès, es casi que una ofensa para la gran mayoría. Y Seat jamás se autodenomina como una empresa española perteneciente a otra de origen alemán. En sus publicidades reza orgullosa que sus productos son "Created in Barcelona" (creado en Barcelona). Sin embargo, todos sus modelos llevan por nombre (menos el Mii) localidades españolas: Ibiza, León, Ateca, Arona, Toledo, Alhambra o dentro de algunos meses, Tarraco, para su SUV más grande.


A su vez, dentro del Grupo Volkswagen, está alejada de su "marca madre" en términos de diseño. Los Seat son más jugados en sus líneas en comparación a sus hermanos de Wolfsburgo o mismo de los otros que salen de Ingolstadt (por Audi, digo). Tratan de darle un aire más latino que germano, y eso es volver a apelar a sus raíces españolas. Aunque después en las publicidades no aparezca una bandera amarilla y roja ni de casualidad.

En Uruguay es parecido. Hoy Seat no es importada por Julio César Lestido (importador y representante de Audi y Volkswagen), sino que llega gracias a Homero de León, que no tiene relación alguna con la firma alemana. Así que de este lado del Atlántico, la Sociedad Española de Automóviles de Turismo es tan independiente de su "madre" como siempre hubiera querido serlo.


Es entonces que vale la pena preguntarse si Seat quiere de veras ser una empresa independiente de Volkswagen o no. Y lo pregunto desde el punto de vista de sus productos. El León, por ejemplo, comparte todos los elementos estructurales y mecánicos con los Volkswagen Golf o Audi A3. Sin embargo, según Seat, su modelo es muy diferente al de las dos marcas alemanas, por tener una impronta más deportiva y emocional. Latina, digamos.

Por este motivo es que es muy interesante evaluar al León. Hoy es el único de los tres productos de Seat a nivel local (al menos por ahora) que tiene correlación con dos productos de Volkswagen y Audi que ya fueron evaluados por Autoblog. ¿Será muy diferente de sus hermanos alemanes o la independencia catalana será también aquí una utopía? Lo sabremos en unos días cuando podrán leer la prueba completa del Seat León.