Nos subimos a la tercera generación del Honda Fit, y en unos días publicaremos la prueba completa. |
Cuando fuera presentado allá por el año 2001, el Honda Fit representaba toda una revolución para la marca, ya que estaría participando en un segmento inexplorado hasta entonces. Si bien muchos intentan arrastrar a este producto hacia el territorio de los hatchbacks de segmento B, la realidad es que también toma elementos de un monovolumen de ese tamaño.
Pero más allá de ese detalle, el producto en sí era tremendamente innovador, especialmente en materia de modularidad y soluciones en pos de la misma. Por ejemplo, el tanque de combustible en un Fit va debajo de los asientos delanteros, y no por debajo del baúl como en muchos otros automóviles.
Esto lleva a no solo proteger el tanque ante un impacto posterior, sino además que deja libre mucho espacio para poder trabajar el habitáculo. Ya que estamos ahí, el pequeño Honda cuenta con una solución que ningún rival pudo igualar jamás, el sistema ULT. La "U" es por "utilidad", la "L" de largo, y la "T" de tall o alto en español, y realmente poder jugar al Tetris con tu auto acomodando carga (ver video).
Plegando tanto el asiento como los respaldos traseros, este hatch/monovolumen permitía llevar una bicicleta pequeña o una planta en sus plazas traseras, sin desarmar ruedas, o tener que podar ni una rama para que entre. También esa misma solución permitía dejar todos los asientos abatidos transformando al Fit en una pequeña cama de dos plazas rodante. En lo personal, este producto de Honda siempre me recordó mucho al primer Renault Twingo. ¿A ustedes no?
Cuando llegó la segunda generación (ver lanzamiento) del producto, en el año 2008, creció en tamaño, mejoró en calidad y equipamientos, pero mantuvo el sistema de configuración de interiores ULT intacto, así como también con el depósito de combustible ubicado adelante (ver imagen). En las plazas traseras, plegando el asiento contra el respaldo, se podían seguir llevando objetos de hasta 1,28 m en forma vertical.
Por entonces, en nuestro mercado ya el Fit era uno de los productos más vendidos de Honda junto a los caballitos de batalla, Civic y CR-V. Es más, en el año 2013, por ejemplo fue el modelo que más comercializó la marca con 291 unidades entregadas, frente a 111 del Civic y 123 del CR-V.
En el 2014 fue el turno de la renovación para el Honda Fit (ver lanzamiento). Ahora con un diseño más maduro y deportivo que en las dos versiones previas, y tres cambios muy importantes. El primero es que dejó de venir desde la planta brasileña de Sumaré para ser importado desde Celaya, en México, es decir, la misma fábrica que abastece del modelo al los Estados Unidos.
El segundo cambio, es que ahora incorpora un motor de 1.5 inyección directa y 130 cv, bastante más moderno que el 1.4 de 101 cv que traía el brasileño. Y en tercer lugar, por primera vez en la historia del Fit, el sistema ULT sumaba una letra más, la "R" de refresh. Ahora además de los modos clásicos, se le suma uno para sentarse a descansar, porque "japonés, inteligencia".
En resumen, es un auto con tanta innovación, y pensamiento lateral en función de la modularidad, que incluso tiene su propio doppelganger que a su vez, es su rival más acérrimo. Y todo esto lo consiguió porque un grupo de ingenieros lograron lo que hacen cuando están realmente inspirados: pensar afuera de la caja. La evaluación completa del nuevo Honda Fit, en los próximos días.