Probamos al Mercedes-Benz Clase C: clásicos remasterizados

viernes, 3 de octubre de 2014



Probamos al Mercedes-Benz Clase C en su cuarta generación.
Por segunda vez en la breve historia de Autoblog nos subimos al Mercedes-Benz Clase C. En este caso nos tocó probar por cuatro días y más de 450 kilómetros a la cuarta generación del modelo más exitoso de la casa de Stuttgart, que hoy busca ser un remix de sus mejores éxitos.

Además de un fanático de los autos me considero un melómano. La música me acompaña a cada rato, ya sea manejando o escribiendo las notas que ustedes leen. Y así como soy exigente con los modelos que pruebo, también me gusta serlo con lo que escucho.

Soy de esos que prefiere un vinilo con su ruido a púa de fondo a un MP3 impoluto, me gusta sentarme con un par de auriculares a disfrutar (cuando tengo la chance) de un equipo de audio Hi-Fi que valga casi tanto como un juego de living, o de atesorar como un huevo Fabergé las grabaciones raras o digitalizadas de un vinilo de bandas o solistas que me gustan.


Pasando a los autos, probar un Mercedes-Benz Clase C es como escuchar un disco de The Beatles. Ya sabés con qué te vas a encontrar, esperás escuchar esas grabaciones en Abbey Road en tus auriculares saliendo en estéreo con una calidad envidiable. Sos consciente de que no es nada que sea nuevo para tus oídos, porque sabés los temas de memoria. Pero cuando termina el disco, te sentís bien, cómodo y satisfecho.

Haciendo un paralelismo con la banda de Liverpool, el Clase C no es el "Revólver" o el "Sgt Pepper". Es el "White Album". Tiene todo lo que siempre nos gustó, es ese que captura a la perfección la esencia, y además se vende a millonadas. También es el indicado para hacerle conocer a un extraterrestre de que se tratan The Beatles, o en el caso del auto, la marca de Stuttgart. Son un clásico. Y para que se perpetúen de generación en generación, se tienen que adaptar a las concepciones más modernas. Por eso se remasterizan.


Para esta cuarta generación de la Clase C, la casa alemana decidió tomar la esencia que tanto la ha caracterizado a través de los años, y le dio una vuelta de tuerca, por aquello de "algo está cambiando en Mercedes-Benz" que nos hablaba Facundo cuando probó al Clase A (ver prueba) hace algo más de un año.

El nuevo Clase C por fuera le hace un guiño a ese joven que nunca tuvo un Mercedes, y por dentro, llama al usuario de siempre, el que simplemente quiere viajar cómodo en una butaca multicontorno, rodeado materiales nobles y clásicos. Es decir, hoy el Clase C busca seguir sonando con el refinamiento de un Stradivarius, pero en la práctica y moderna forma de un iPod.

La semana que viene veremos qué tan bien suenan los clásicos alemanes remasterizados en la prueba de este C 200 BlueEFFICIENCY.