La marca checa perteneciente al Grupo Volkswagen llevará dos show-cars al festival Wörthesse. |
Škoda CitiJet concept
Por lo visto en el Grupo Volkswagen estrenaron una guadaña nueva y no han tomado ningún reparo en usarla con prudencia a la hora de preparar sus modelos para el Wörthersee. Al igual que ya pasara con el Seat Cupster concept (ver nota), el Citigo de Škoda también pasó por el bisturí y perdió no solo el parabrisas, sino también el techo. El estilo del CitiJet nace de la cabeza de 16 jóvenes estudiantes de diseño de la Škoda Akademie, o academia de diseño de la marca para hablar en criollo.
El concepto básicamente es el mismo ya visto en el modelo de origen español, pero trasladado a lo que la marca checa entiende por un citycar, dado que la recta utilizada es la misma: adiós techo y plazas traseras, hola superficie vidriada envolvente y grandes llantas de aleación (16 pulgadas es mucho para un automóvil que apenas araña los 3,5 metros de largo), además de unos faldones bien generosos, que le dan un poco más de personalidad a un auto que se comercializa con tres nombres diferentes.
El habitáculo está inspirado en el Citigo Sport de calle, e incluye tapicería en cuero negro con costuras rojas, que contrastan con el volante, también en ese combo cromático y de materiales. Los asientos y alfombras están realizadas en un material especial denominado "Sport", el tablero está pintado en rojo y blanco, mientras que en el departamento de audio va sobrado, con un equipo de 300 watts conectado a LEDs que se encienden al ritmo de la música, acompañados de los que van en el chasis, de color azul. Sí, las (perdón por la expresión) mersadas también llegaron a Europa, no crean que es patrimonio sudamericano.
La mecánica permanece intacta, y como el Citigo doméstico, el CitiJet lleva bajo el capot con un sencillo motor 1.0 MPI de 75 cv, que se para en la vereda de enfrente de la deportividad que transmite este pequeño urbano de origen checo.
Škoda Yeti Xtreme
Con una concepción más conservadora, pero no por ello menos llamativa, el Yeti Xtreme hace su debut como el segundo representante de Škoda en el festival austríaco Wörthersee montado por el Grupo Volkswagen para sus fanáticos y entusiastas.
Lo que primero salta a los ojos de quien lo mire serán, además de sus colores gris y verde "pelota de tenis", son los pasos de rueda ensanchadísimos, que albergan unos generosos neumáticos que van montadas sobre llantas de aleación de 17" con cinco radios blancos y verdes. Frente a un Yeti de calle, también se rediseñaron los paragolpes y zócalos.
En su interior, en lugar de perder las plazas traseras como en el CitiJet, el Yeti Xtreme pierde el baúl. Si bien no desaparece, queda completamente inutilizable al llevar ahí el neumático de auxilio de igual medida a las cuatro titulares. De todas formas, lo más bienvenido del interior son los cuatro asientos tipo baquet firmados por Recaro.
El verde chillón del exterior dice presente en gran parte de su habitáculo, en especial sobre las costuras de los asientos y tablero. Tampoco los diseñadores de Škoda hicieron un uso moderado a la hora de repartir en el interior apliques de fibra de carbono, así como también dotaron al Yeti de un volante de corte más deportivo. El equipo de audio es exactamente igual al del CitiJet, con 300 watts de potencia.
Bajo el capot del Yeti Xtreme nos encontramos con un 1.8 TSI que desarrolla una potencia de 150 cv, repartida a ambos ejes, contando además con una transmisión DSG. El impulsor eroga un par máximo de 250 Nm, y según los checos, acelera de 0 a 100 km/h en 9 segundos, además de conseguir una velocidad máxima de 192 km/h.