Fiesta de electrónica: se realizó en Uruguay el Audi quattro driving experience

martes, 8 de octubre de 2013



Familiar pero con carácter: la A4 Avant 2.0 TFSI durante una de las pruebas en pista del quattro driving experience.
El sábado valió la pena madrugar. La pista de entrenamiento de Carrasco fue el lugar elegido por Audi para el quattro driving experience, evento que se desarrolla a nivel global y en el que pudimos probar varios modelos de la gama en condiciones de pista y off-road. Crónica y galería completa, después del salto.

Hay dos formas de despertarse cuando suena la alarma. La primera es la que probablemente te pasó hoy, mendigando minutos de sueño y haciendo cuentas para ver hasta cuando se puede seguir con la adictiva y peligrosa tecla snooze.

La segunda ocurre cuando sabes que te esperan en una pista varios modelos premium que juntos superan los 1.000 cv. Así arrancó el sábado.

Autoblog fue invitado al Audi quattro driving experience, un evento que la marca desarrolla en diversos puntos del globo para la prensa especializada y sus clientes, con el objetivo de conocer la gama de modelos y aprender técnicas para una conducción más segura. 


Apenas llegar a la pista de entrenamiento, con puntualidad alemana, nos esperaban las víctimas. Un Audi A3 1.2 TFSI (ver nota), el A3 1.8 S tronic que probamos hace algunas semanas (ver nota) y una A4 Avant que escondía detrás de su cara de familiar, nada menos que 225 cv y tracción quattro.

En el bando de los Q, había tres opciones. Una Q3 2.0 TFSI (ver nota) y dos Q5: una 2.0 TFSI de 224 cv y -palabras mayores- una 3.0 TFSI de nada menos que 272 cv (ver nota). Después de una completa charla sobre seguridad, posición de manejo y la tracción quattro, salimos a la pista.

Experiencia Auto Cross: prueba de frenos ABS y control de estabilidad ESP

En la primera estación nos esperaban la A4 Avant y el A3 1.2. No tengo que aclarar por cual fui. La consigna era la siguiente: acelerar a fondo en una recta y cerca de 100 km/h esquivar una fila de conos sin tocar el freno.


Primero fui de acompañante, con el instructor al volante. Después desconectó el ESP -no hagan esto en casa- y repitió la maniobra, previo aviso a los Bomberos: "miren que esto puede salir mal chicos". La A4 Avant sobreviró e hizo un trompo que en otras manos podría haber terminado mal.

Una vez a los mandos de la Avant, tocó salir con el acelerador contra la alfombra y el Drive Select en Dynamic. La tracción integral no permite derrapes, y los 350 Nm de junto a la caja S tronic le permiten alcanzar los 100 km/h en siete segundos.

Espero a estar a unos pocos metros de los conos y, contra todo instinto de conservación de la especie, volantazo a la izquierda y después a la derecha para volver al carril. Leves correcciones, y la situación vuelve a estar bajo control: increíble. ¿Que pasaría sin el ESP? Antes 225 cv al límite no eran para cualquiera.


Después de la A4 Avant, el A3 1.2 parece un juego de niños. Tiene una buena respuesta desde la parte baja del cuentavueltas, pero se nota que el chasis recibiría sin problemas más potencia. Llevado al límite muestra su carácter subvirador: asesiné un cono.

La segunda estación era para demostrarnos las bondades del sistema ABS. Al final de una recta habían instalado una curva de conos. ¿La idea? Trazarla con el pie a fondo en el freno. Primero salimos con el A3 de 180 cv, para empezar con un conocido.

Patada al acelerador y a la pista. Una vez en el punto de referencia, pedal izquierdo a fondo y el Sportback se detiene sin vicios y en pocos metros. Tan pocos, que la curva recién comenzaba. Ahora que conocemos el desafío, a atacarlo con los 272 cv de la Q5.


Es solo una décima de segundo más rápida que el A3, pero arriba de la Q5 la aceleración es brutal. En unos metros esta mole de casi dos toneladas ya viaja cerca de los 100 km/h. Patada al freno, y esta vez salió bien: se detuvo, pero sin perder un centímetro de la trayectoria.

Y vuelve la misma duda ¿que pasaría sin ABS?

Experiencia Todoterreno: actividad off-road

Y de la actividad en pista, pasamos al off-road con los dos modelos restantes: Q3 2.0 TFSI y Q5 2.0 TFSI. Comenzamos con la primera.


La pista se iniciaba con una recta a fondo, que terminaba en una frenada con curva -nuevamente para comprobar el funcionamiento del ABS en barro-. Después nos enfrentábamos a una pendiente lateral con poca adherencia donde la tracción quattro debía dar lo mejor de sí.

Ninguno de estos dos obstáculos fue una traba para la Q3, ni tampoco la recta rápida con pozos que venía después, o las subidas y bajadas empinadas que ponían en aprietos a los ángulos del menor de la gama de SUV de Audi y mostraban el funcionamiento del Hold Assist de la Q5.


Y ahí venia la mejor parte. Después de otro tramo rápido entrábamos a una zona de pasto totalmente inundada. Tanto en la Q5 como en la Q3 pudimos probar la conducción en este terreno casi sin adherencia con el control de tracción y sin él.

Con las ayudas electrónicas se limita la aceleración. Por más que pisemos el pedal a fondo, las ruedas van a seguir girando a una velocidad adecuada para el terreno, para no perder la dirección. Si desactivamos los controles, vemos lo que pasa con más de 200 cv desbocados en el barro: se vuelven indomables.

Vuelvo a lo mismo. ¿Que haríamos sin electrónica? Gracias por tanto.

Galería: Audi quattro experience